El hueco
Bajo el nórdico recordó cuando el calor se lo daba el cuerpo de al lado porque hasta las sábanas dormían en el suelo. Pero los años habían impuesto tal orden que tampoco en el techo quedaba rastro del futuro que pintaron.
Se levantó y solo su hueco dejó como despedida.
Se levantó y solo su hueco dejó como despedida.
Ah, qué bonita imagen la de los sueños pintados en el techo. Cabeza con cabeza, imaginando futuros que a veces son y a veces no.
ResponderEliminarBuen relato, Ana.
Saludos
Qué bonita forma de describir una despedida.
ResponderEliminarMuy bueno Ana, felicidades.
Besos.
Malu.
¡Qué ganas de desordenar me han entrado! Gracias, Ana.
ResponderEliminarUn saludo.