Estómago traicionero
Estómago traicionero, me hiciste sentir mariposas y se llenó de polillas mi pobre corazón, esperando una mirada, una señal que me dijera que sentía lo mismo que yo. Pero al verlo fruncir el ceño y apretar los puños cuando la vio bailar con otro, noté que nunca la había olvidado.
Una buena imagen para el desamor, las polillas. Y una lástima ese ceño apuntando en la dirección equivocada.
ResponderEliminarUn saludo, Nereka.
Mala estratega. Debe buscar un terreno que domine o por lo menos neutral, no es buena idea mezclar nuevos y antiguos amores en la misma pista de baile.
ResponderEliminarMe gusta tu relato Nereka. Saludos.
Gracias :P
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