La ouija
Mi editor ha puesto el grito en el cielo cuando le he dicho que no voy a poder cumplir con la próxima entrega. Hasta he cambiado el teclado por una tabla de ouija, pero sigo esperando un milagro, que algún espíritu se compadezca y empiece a señalarme las malditas letras.
Ingenioso, original, sorprendente, imaginativo, y muchos calificativos más que te podría poner en este maravilloso micro que te has sacado de la manga, Luis.
ResponderEliminarComo te habrás dado cuenta, me ha encantado.
Una genialidad.
Enhorabuena por esa imaginación.
Un saludo y gracias por el buen rato que me has hecho pasar al leerlo.
Pablo.
Hay veces que necesitamos milagros para que las palabras fluyan. Esta semana, por ejemplo, he tenido una sequía que me devoraba los nervios. He probado a escribir nuevamente a mano, cambiando colores y lápices, con el ordenador y hasta dictando al magnetófono. Malditas Musas.
ResponderEliminarGracias por pararte, Pablo. Un abrazo.
Perdón, pero la superstición no me deja cerrar el comentario así. Quería decir, ¡benditas Musas!
ResponderEliminarMe ha encantado tu historia, Luís. Para mí que tienes a los espíritus contigo, a los tuyos y a los míos. Ahora mismo voy a probar tu técnica y te cuento. Pero antes de invocaciones, súplicas y ruegos, ¡enhorabuena!
ResponderEliminarUn saludo.
¡Ag, qué buenísimooooooo!!! ¿Cómo no se me habrá ocurrido a mí nunca? Si añades unas velas negras y dibujas un pentagrama en el suelo, inspiración terrorífica asegurada.
ResponderEliminar¡Abrazos!
Gracias Margarita y Patricia. Puede que tenga a veces a las Musas conmigo, pero es que les hago la pelota... Os voy a confesar un secreto. La semana pasada acabé un relato con el que estaba en cierto modo bastante satisfecho. Hecho, y las Musas me abandonaron durante una semana las muy.... sin nombre.
ResponderEliminarBsss
Mira que son caprichosas esas señoras a la hora de repartir inventiva, aunque como tienen algo de brujas y misteriosas, estoy seguro de que con tu método de invocación no se van a poder resistir. Lo malo es que esta información privilegiada que has compartido con todos nosotros tiene un factor inquietante: si alguna vez escribimos algo y sentimos escalofríos sabremos que hay espectros cerca. Qué miedito.
ResponderEliminarUn buen exponente de tu humor elegante.
Un abrazo fuerte, Luis
Pero ha probado a llamar a la musa?
ResponderEliminarAhí te va un "me gusta"
Luis, eres un crack, creo que tu relato es de lo más original que he leído en 50 palabras.
ResponderEliminarUn beso fuerte y que las Musas nos acompañen.
Malu.
¡Las Musas nunca te abandonarán, Luis! A veces se toman un descanso, pero siempre regresan con aquellos que las honran, como tú.
ResponderEliminarHola, Malu, homónima de pila y de sueños. Muchas gracias.
ResponderEliminarBesitos.
Hola Sandra. Un beso agradecido desde otra latitud y otra longitud, pero desde la misma estación espacial.
ResponderEliminarHola Ángel, Suerte con Cuenta 140. En mi opinión es el mejor, pero además con diferencia, de los seleccionados. Te agradezco que te pares aquí.
ResponderEliminarUn abrazo
Hay cosas que cuanto más se buscan menos se encuentran. Lo mejor es que mientras tanto nos entretenemos, que ya es algo.
ResponderEliminarMuy bueno y original, Luis, como cabe esperar de ti.
Saludos.
Si no fuera porque el más allá me infunde demasiado respeto (léase temor), mañana mismo saldría en busca de una ouija y a esperar el milagro. ¡Bravo! Me ha encantado.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias, Fina. ¿Miedo, temor? Yo he ido y he vuelto varias veces. ¡Será por imaginación...!
EliminarUn abrazo y gracias por detenerte.
¡Qué bueno! A ver si aparece Chejov o Andersen y escribes al dictado.
ResponderEliminarSuerte, Luís.
Amigo y maestro Rafa, gracias. Y suerte también para ti, aunque con ese dominio de la lengua... la suerte no te hará falta.
EliminarUn abrazo.