Memoria
Había perdido la memoria, anduvo desorientado por muchas calles. Trataba de reconocer la puerta de su casa, hasta que encontró una parecida. Dudó mucho en tocar, finalmente lo hizo. Abrió una mujer que, tras un momento de silencio y con expresión de enojo, dijo:
—¡Te dije que algún día regresarías!
—¡Te dije que algún día regresarías!
Muy tierno. Con suspense...y final feliz.
ResponderEliminarMe ha gustado, Gabriel.
Enhorabuena por tu micro.
Saludos.
Pablo
Gracias Pablo. Que bueno que te gusto
EliminarLo he releído y el final feliz puede ser...o no.
ResponderEliminarNo sabemos cómo acabará esa relación.
Saludos de nuevo.
Así es. No sabemos en que terminará. Cada quién le puede poner su final.
EliminarEso me ha parecido a mí. Que no va a acabar muy bien la cosa...
ResponderEliminarMuy bueno, Gabriel.
No. De seguro algo malo ocurrirá. Saludos Patricia Richmond
EliminarYa puestos a imaginar, a mi se me ha ocurrido que la mujer también podría ser una desmemoriada y así tendríamos dos seres sin pasado con la posibilidad de compartir un futuro. Y en cuanto al enojo de ella, ya se le pasará.
ResponderEliminarMuy sugerente tu relato, Gabriel
Saludos
Buena idea Notincgas. Para un relato un poco más largo. Saludos
EliminarLo ideal habría sido para esa mujer despechada que su marido hubiera vuelto con total uso de voluntad y memoria. Parece que este hombre se marchó hace tiempo y vuelve cuando le empiezan a fallar las facultades. A mí no me serviría de consuelo. Muy interesante el tema que planteas, Gabriel. Saludos.
ResponderEliminarGracias Juana Igarreta. Saludos
EliminarGabriel, yo tengo varias preguntas, si en realidad había perdido la memoria, si volvió porque quiso y sobre todo, ¿cómo le va a recibir esa mujer?
ResponderEliminarMuchas incógnitas que dan para más relatos de 50 palabras.
Besos.
Malu.
Claro, da para muchos más relatos. Saludos Malu
EliminarLo interesante es que cada quien puede armar su final
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