Nunca lo sabré
Trabajamos veintiséis años juntos, nos jubilamos, cambiamos de localidad y continuamos llamándonos. Nuestra amistad continuó. Hablamos allá por noviembre. Hacía tiempo que no nos veíamos. Quedamos en vernos a principios de año. Quería contarme algo. Ayer me llamó su mujer... Había muerto. Nunca sabré qué quería decirme... Nunca lo sabré.
Parece el arranque de una novela policiaca... ¿Y si le mandó algo por correo antes de morir? ¡Fuera esas penas!
ResponderEliminarUn abrazo, Salva.
Y la novela se sacó de la realidad... y la realidad se hizo novela
EliminarMe ha recordado un poco a la historia del libro de Helene Hanff , ‘84, Charing Cross Road’, cartas entre ella y un editor y librero británico a lo largo de los años. Se hicieron amigos pero siempre posponían su encuentro por circunstancias diversas. Y, al final, él falleció y nunca se conocieron en persona. Aunque en tu relato sí se conocían.
ResponderEliminarMuy buena idea para un relato policíaco como dice Patricia :)
Suerte.
La ficción se asemeja tanto a la realidad que hay que desentrañar el misterio. ¿quién mejor que unos especialistas para ello? Gracias
EliminarHay cosas que no hacemos más que posponer. Es cierto que con el día a día ya tenemos bastante, pero también que lo que se deja desatendido acaba por secarse, cuando no por desaparecer del todo. Es algo tan corriente que no me extrañaría nada que hubiese ocurrido tal como lo cuentas. Al menos, los personajes de tu relato mantuvieron una relación telefónica que, aunque menos completa, también es válida y mejor que nada.
ResponderEliminarUn abrazo, Salvador
Así es. Lo dejamos todo para mañana... y mañana es hoy y... no nos dará tiempo actuar en tantos frentes. Es real, Ángel.
EliminarMuy buen relato, Salvador.
ResponderEliminar¿No habrá posibilidad de que haya dejado ninguna nota?
Enhorabuena y gracias por tan interesante micro.
Saludos.
Pablo
No. No la hay. No la hubo. Así de terrible.
EliminarLa llegada de la muerte deja muchos lazos inconexos entre las personas que se comunicaban entre sí durante su vida, bastantes incógnitas sin aclarar y multitud de misterios sin resolver. Entiendo que Salvador aboga por no esperar a ese momento fatídico para avivar las relaciones paralizadas entre las personas que esperan a un hipotético futuro para ponerse al día de sus cosas y deja en el aire un desasosiego inquietante que es un verdadero tormento para el que lo sufre...
ResponderEliminarEsa ha sido mi intención. Gracias.
EliminarAngustioso ese "nunca lo sabré" de tu relato. Tanto como afortunado considero ese "nunca la sabré" referida a la hora de mi muerte, y la de cualquier otro, y por eso seguiré posponiendo palabras sin pronunciar y vasos sin beber y caminos sin andar y abrazos sin dar y tantas cosas por hacer. Porque así me siento viva.
ResponderEliminarComo siempre, Salvador, -te lo digo en tiempo presente y ojalá pueda decírtelo en tiempos futuros-, es un placer leerte.
Un saludo.
Intentamos no saber de la muerte pero ella...nunca se olvida de nosotros.
EliminarDedicar tus palabras es muy emotivo..a quien compartió muchos momentos contigo,
ResponderEliminary seguramente no sería el momento de saber eso que tenía que decirte...
Muchas gracias
EliminarMuy interesante ese interrogante eternamente abierto, Salvador. Todos nos iremos con algo pendiente de contar a alguien. Sería bueno poder encontrar las respuestas al otro lado, aunque creo que no tendrían mucho significado después de haber resuelto el gran interrogante que supone el más allá. Saludos
ResponderEliminarSabia reflexión. Gracias.
EliminarUna de esas malas pasadas que la azarosa realidad nos juega a veces. El que haya ocurrido de verdad le da una enorme dimensión. Creo además que está muy bien escrito, Salvador.
ResponderEliminarEnhorabuena y saludos
Es terrible, Enrique. Gracias.
EliminarEstoy segura de no ser la única a la que tu relato le ha hecho preguntarse cuántas cosas se habrá quedado sin saber de quien ya no podrá decírselas.
ResponderEliminarGracias por compartir con nosotros tan emotiva historia.
Saludos.
Seguro que no estoy solo en esta realidad
EliminarInquietante desenlace. Una confidencia anunciada que nunca llegó. ¡Ufff, de novela!
ResponderEliminarUn saludo.
La muerte se llevó el secreto.
Eliminar¿Qué sería eso que quería contarle ahora y que no le contó durante tantos y tantos años de relación? ¿Qué sería eso que la muerte inesperada impidió que se supiera?
ResponderEliminarTu turbador relato me ha hecho que me hiciera estas dos preguntas (y algunas más que no reflejo en este comentario) y que siga aún con el desasosegado sentimiento de querer saber algo que ni el interesado ni mucho menos yo sabremos nunca.
¡Espléndido! Va mi 'Me gusta' y mi reconocimiento, Salvador.
Es la eterna inquietud. Nunca lo sabrá.
ResponderEliminarSeguro, seguro, que lo que quiere decirle es que sus mujer quiere matarle...
ResponderEliminarEn fin, la imaginación es libre.
Me gusta.
La imaginación.
EliminarEs lo que tiene no hacer las cosas a tiempo y cuando hay que hacerlas. Angustiosa duda para el que se queda sin saber y quién sabe si un imposible descanso para el que se va.
ResponderEliminarBesos Salvador.
Malu.