Olvido
Ella tenía un nombre, pero se le perdió al doblar la esquina. Una senil cortina velaba sus recuerdos. Dio vueltas y vueltas sin poder recuperarlo. Finalmente lo pilló en el autobús que la traía a casa, aunque en el portal volvió a escabullirse. Tanteó desesperada en los buzones. Allí estaba.
Esta muy bien leer a Sara, más cuando se la echa en falta
ResponderEliminarAy, los olvidos ... tema profundo y muy bien contado por tu parte.
ResponderEliminarBesos.
Malu.
Sara, muy elegantemente contados esos olvidos que no auguran nada bueno.
ResponderEliminarSaludos.
Pablo
"Olvido", qué palabra tan deseada a veces para seguir hacia adelante; y qué temida cuando no se desea y nos posee robándonos nuestra esencia e identidad. Sara, muy interesante este micro de olvido intermitente. Para no olvidar. Saludos.
ResponderEliminarMe has recordado a una 'seño' que tuve en el cole que se llamaba -y se llama- así. Ahora, por desgracia, le hace honor a su nombre.
ResponderEliminarQué enfermedad tan triste, casi más para los que te rodean que para tí mismo.
Suerte ♣
Elegante y precioso para expresar el dolor que esconde.
ResponderEliminarUn placer leerte, Sara.
Qué terrible sensación perder la memoria por momentos. Y qué ingrato ese abandono de la razón; el estar y no estar, el ser y dejar de ser. Terrible experiencia que suele conducir a un cruel final de ausencia absoluta. Precioso relato, Sara, muy bellamente contado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Magnífico relato en fondo y forma.
ResponderEliminarAhí va mi abrazo y mi like it.
Todo un drama cuando esta máquina biológica a la que llamamos cuerpo comienza a fallar, cuando nos damos cuenta de que no somos eternos, de que el deterioro es real y progresivo; nada más triste que constatar que nunca seremos los mismos. Todo esta crudeza reflejada en tu relato sin decirlo. Frente a esa realidad insoslayable sólo se puede oponer dignidad, voluntad de no molestar a nadie, esperanza en pasar a otra fase.
ResponderEliminarUn saludo, Sara.
Precioso y triste relato. Qué triste es el olvido si nos elimina hasta nuestra identidad. Besos. Gloria
ResponderEliminarUna original manera de ver la pérdida de la memoria. Me ha gustado mucho. Enhorabuena y suerte
ResponderEliminarMuy duro es ese olvido que va borrando las huellas que dejamos, y que nos dificulta progresivamente el camino de regreso.
ResponderEliminarGracias por vuestros comentarios.
Abrazos.
Breve pero con un mensaje contundente.
ResponderEliminarUn placer volver a leerte, Sara.
No hay mayor fe de vida que la memoria. Como tú bien dices el olvido acaba retirando hasta esas piedrecitas que dejamos caer al avanzar.
ResponderEliminarMuy bueno, Sara.
Saludos.