¡Por Sigrid de Thule!
Mientras me llovían golpes multiplicados por mil, apenas pude reconocer a Villalba, un bellaco infame como los otros. Lo único que hice fue lanzar una patada al tuntún para darle en la espinilla. ¡Crac!
Don Lucas, el director, jamás comprendió aquel innoble gesto de tu Capitán Trueno. Tú sí, besándome.
Don Lucas, el director, jamás comprendió aquel innoble gesto de tu Capitán Trueno. Tú sí, besándome.
Gran micro José Antonio.
ResponderEliminarMe encantan los relatos de aventuras y éste, lo tiene todo.
Ese Capitán Trueno del siglo XX (no creo desgraciadamente que siga habiendo Capitanes Trueno en el XXI) no solo recuerda a los tebeos que íbamos a buscar corriendo a los quioscos, con la ilusión de descubrir nuevas aventuras con cada ejemplar. También recuerda esa fase de la vida escolar que, al menos yo, tanto echo de menos.
Seguro que Don Lucas tenía escondido en el cajón de su mesa más de un ejemplar del Capitán Trueno y del Jabato.
Sigrid, reina de Thule y del corazón del Capitán, sí que sabía lo que hacía.
Me quito el sombrero por el buen rato que me has hecho pasar y por el viaje que he recorrido por el pasado gracias a los recuerdos que tenía aletargados, y has conseguido despertar.
Como diría un prolífico autor de esta página, que hoy se ha convertido en Capitán Trueno, va mi 'Me gusta' y mi enhorabuena.
Un abrazo y, por favor, no dejes de saludar de mi parte a Maese Goliath y al Caballero Crispín.
Pablo
Muchísimas gracias por tu comentario, Pablo, en exceso laudatorio hacia mí y hacia este micro que más que de aventuras es de recreo en patio de colegio público.
EliminarLlevas razón, ya no hay héroes como los del siglo XX, pero para eso estamos aquí algunos, para recordarlos, para que no desaparezcan en la memoria de quienes disfrutamos con sus peligrosas aventuras.
Y por supuesto que saludaré de tu parte a Goliath y a Crispín. ¡Que no te quepa la menor duda! Pero de momento no va a poder ser. Junto a su Capitán Trueno, creo que andan 'desfaciendo entuertos' allá por el mar de la China. O vete tú a saber por dónde.
Un abrazo y muchas gracias por tus elogiosas palabras.
He visto tu nombre, José Antonio, y no he dudado en dejar lo que estaba haciendo para venir a leerte. No sólo ha merecido la pena (como ya sabía), sino que una vez más (como también me barruntaba) tu micro ha superado mis expectativas. ¡Bravo por ti, Capitán!
ResponderEliminarUn abrazo.
Fina, amiga, exageras en demasía. Un día se te van a pegar las lentejas y me vas a hacer que me sienta responsable (jajajaja).
EliminarCelebro una vez más que te haya gustado este relato que busca en la memoria de quienes formamos parte de una generación que aprendimos a leer no solamente con libros sino con unas modestas publicaciones que entonces llamábamos tebeos y que hoy todo el mundo denomina cómics.
Un abrazo para ti y gracias.
Me voy a arriesgar, José Antonio, pero es que veo más de una lectura en tu formidable historia. Pienso que nos has traído un heroe de pega capaz además de no jugar limpio para llevarse a la chica. Y lo cierto es que, aceptando esta posible interpretación, no sé cómo te las has apañado con tan pocas palabras para que el tipo caiga simpático y para darle a la escena cierto aire de astracanada. Cualquiera que fuera tu intención, lo cierto es que me ha gustado tanto como a mi amigo Pablo. Vaya también mi me gusta y mi enhorabuena.
ResponderEliminarUn abrazo.
Tampoco soy, Enrique, tan liante. Mi héroe, efectivamente, es de pega, pero de los que pegan en las espinillas o donde pillan. Es la manera más decente que tiene de defenderse y de defender a esa Sigrid rubia por la que bebe los vientos y de la que espera, como en esta ocasión, que le dé la recompensa a la que cree tener derecho. ¡Que para eso se parte el pecho y arriesga su integridad física!
Eliminar¡Ay esas peleas de patio durante el recreo o a la salida de las clases! Pero nada tiene que ver esta historia conmigo, que yo era y sigo siendo muy pacífico.
Gracias y nos seguimos leyendo. Hoy mismo para ser precisos.
Ay, J.A. La vida me ha enseñado que debo ser yo misma la que se enfrente a los enemigos de mi isla, pero, en el fondo, regalaría mi reino entero por un valiente capitán que no dudara en retarse para defender mi honor.
ResponderEliminarUn abrazo feminista.
Te recuerdo Patricia que Sigrid de Thule era mujer de armas tomar (literalmente). Pero una ayuda nunca viene mal. Yo creo que ella, en el fondo, dejaba que su Capitán Trueno hiciera algunas hazañas para que él se sintiese útil y porque a ella le gustaba darle, de vez en cuando, un beso.
EliminarGracias por tu comentario y por tu abrazo (feminista o no, prefiero abrazos a peleas).
Me ha retrotraído a mi infancia...No sólo el Capitán Trueno y sus inseparables Goliath y Crispín me han venido a la memoria, pero sería largo el comentario..¡Enhorabuena compañero!
ResponderEliminarMuchas gracias, Rafael.
EliminarCuando escribí estas cincuenta palabras (título aparte), yo también viajé a mi pasado buscando a un héroe (y a sus compañeros) con quienes las tardes, los fines de semana y, sobre todo, los eternos y calurosos veranos se hacían más cortos y pasajeros a la par que uno viajaba a tierras que, entonces, ni siquiera sabía que existían.
Me viene ahora a la memoria incluso una canción titulada 'Capitán Trueno' de Asfalto (https://www.youtube.com/watch?v=MZOgRkIzIgQ) que puede poner banda sonora a una época que parece que compartimos.
Un saludo y lo dicho: ¡Muchas gracias!
La mayor virtud de tu relato, como apunta Enrique más arriba, es que, al estar completamente descontextualizado, admite múltiples interpretaciones, tanto por lo que hace a los hechos, como a... las intenciones. En fin, que no sé si tu capitán Trueno es un campeón justiciero o un malandrín. Lo que sí sé es que me gusta.
ResponderEliminarSaludos, José Antonio.
Pues que te guste, Notincgas, ya es para mí más que suficiente premio. Y todas las interpretaciones caben como cabe que muchos justicieros tengan algo de malandrines y viceversa, que ya lo decía Asfalto en su canción 'Capitán Trueno':
Eliminar¡Ven Capitán Trueno, haz que gane el bueno!
¡Ven Capitán Trueno, haz que gane el bueno!
¡Ven Capitán Trueno,
que el mundo está... al revés!
Y me da que así sigue.
Gracias por tus más que amables palabras.
Me ha encantado esa mutación del héroe medieval en el del S. XXI, que ha sustituído la faltriquera y la espada por el traje y la patada acertada. Al fin de cuentas alguien debía darle su merecido a ese bribón de turno y acudir en socorro de la damisela indefensa (muy a pesar de Don Lucas).
ResponderEliminarConfieso aquí mi afición por el Capitán Trueno desde bien niña, (se los sustraía a mi hermano), aunque ahora ya se ha enfriado.
Enhorabuena, José Antonio, (por partida doble ;) ) Y un abrazo.
Siempre hay héroes, más o menos identificados, María Jesús. En esta época y en otras. Eso sí, sus métodos cambian según las necesidades.
EliminarYo también leía El Capitán Trueno (y El Jabato, aunque me identificaba más con el primero), aunque no tuve nunca que acudir a la lectura a hurtadillas.
Gracias por tu comentario y por tus buenos deseos. Son de agradecer.
Un fuerte abrazo también para ti.
José Antonio, sólo por traer aquí a colación el mundo de los cómics a mí ya me tienes granado. No sé que hubiera sido de mi infancia y primera juventud sin las viñetas, entre las que el Capitán Trueno era el héroe por excelencia, luego estaban los super héroes, pero esos, con la ventaja de sus poderes, tenían menos mérito.
ResponderEliminarNo importa si tu protagonista no ha empleado buenas artes si ha sido por una buena causa, un beso de la bella y decidida Sigrid tiñe de nobleza cualquier acción.
Gracias por estos buenos recuerdos y un abrazo
Me alegro de que mi historia haya servido para transportarte, Ángel, a otras etapas de tu vida, muy similares por lo visto a las mías. Ese era uno de los objetivos y parece que lo he conseguido.
EliminarY por un beso, ¿que no haríamos nosotros, entonces y ahora, por un beso?
Mi gratitud es para tu comentario. Y con él va mi abrazo más efusivo.
Saludos.
Me ha gustado mucho Ángel. Lo que nos hace humanos nos une siempre, a veces con toda la dureza de una explosión. Enhorabuena por este micro y por tus éxitos recientes. Un abrazo
ResponderEliminarJerónimo, creo que tu comentario ha dado un salto inconsciente y se ha colado en una página ajena a Ángel. No importa. Espero que lea tu comentario.
EliminarSaludos.
;) :D
Aquí voy a ser yo la oveja negra ya que no he sido nunca muy de tebeos, pero eso no quiere decir que no me haya gustado tu micro, José Antonio. Me ha parecido muy bueno y con lo que me gusta un final feliz, ya que por lo menos el protagonista se lleva el beso de la chica, que es lo que en realidad le importa.
ResponderEliminarUn beso.
Malu.
Efectivamente, Malu, lo que importa es la recompensa. Ese era el objetivo de la patada que nuestro Capitán Trueno buscaba. Lo demás le traía al pairo.
EliminarAgradezco tu comentario y tu beso. Y eso que yo no he tenido que romper ninguna espinilla.
Otro para ti.
¿Pues no resulta que tu relato me ha sugerido a un infantil y contemporaneo Alonso Quijano...? A saber cuando crezca a que "molinos" será capaz de enfrentarse.
ResponderEliminarQuiero aprovechar este túnel del tiempo que nos has abierto para saludar a mi querido y admirado Gerrero del Antifaz. ;)
Felicidades, José Antonio.
Joaquín Grau
Muchas gracias, Joaquín, por tu comentario. Pudiera ser que cuando crezca termine siendo director de una sucursal bancaria y deje de lado lo de 'desfazer' entuertos para, en cambio, centrarse en crearlos. Todo pudiera ser...
EliminarYo también leía al Guerrero del Antifaz, pero el Capitán Trueno era mi ídolo.
Un saludo.
Gracias por los recuerdos. Capitán Trueno y El Jabato. Sigrid me gustaba. Era alta, escultural, rubia y guapa. A mí me gustaban todos, pero prefería Claudia, la morena novia del Jabato que la reina de Thule. ¡Qué tiempos! Crispin, Goliath, Fideo…
ResponderEliminarPaco
Gracias a ti por tus palabras, Paco. Una morena, una rubia... Me ha recordado a las Coplas de don Hilarión, de 'La Verbena de la Paloma' ( ;) ). Eso sí, salvando la época.
EliminarUn saludo.