Serespositivos
La carta resbaló de entre sus dedos. Miró a su mujer. La abrazó y balbuceó:
—¿Por qué te cambié el turno en el hospital? Me hubiera tenido que pinchar yo con aquella maldita jeringuilla.
Ella le tranquilizó.
—La ciencia avanza cada día más, mi amor. Ahora hay que ser positivos.
—¿Por qué te cambié el turno en el hospital? Me hubiera tenido que pinchar yo con aquella maldita jeringuilla.
Ella le tranquilizó.
—La ciencia avanza cada día más, mi amor. Ahora hay que ser positivos.
Bellísimo título.
ResponderEliminarMuchas gracias Patricia
ResponderEliminarComprensibles los sentimientos de culpa de él, admirable la actitud de ella. El juego de palabras del título, la sencillez y rotundidad del texto, se combinan para sortear inútiles lamentaciones y mantener la esperanza.
ResponderEliminarUn saludo
Gracias por tus comentarios Ángel, soy gran admirador tuyo
ResponderEliminarStbn
Me gusta el juego de palabras que utiliza en este relato, un micro inteligente, muy bueno. Suerte.
ResponderEliminarSaludos.