Traspasar el umbral
Cada día, puntual como los anteriores, la encuentro camino del trabajo y de vuelta a casa. Inmóvil y silenciosa, extendida su mano derecha. No pide, regala una sonrisa especial hasta que te pierdes al doblar la esquina.
Su porte, su elegancia te invita a cruzar el umbral de su escaparate.
Su porte, su elegancia te invita a cruzar el umbral de su escaparate.
Muy bueno! Hermoso final
ResponderEliminarGracias Gabriel, me alegro que te guste
ResponderEliminarNo se si se trata realmente de la figura de un escaparate o lo que se pretende es profundizar en la vida de quien pide, en cualquier caso sorprende el final. Me gusta.
ResponderEliminarHay un poco de todo. Queda a gusto de cada cual
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