Un presente inesperado
Hacía años que no esperaba ningún regalo. Se conformaba con estar ahí, observando la alegría inocente infantil, desbordando los límites acústicos soportables en las casi siempre frías mañanas de la Epifanía hogareña. Por eso, al escuchar "¡éste es para ti!", se sobresaltó. El contenido del paquete no le importó nada.
Rafael, acabas de hacer bueno ese dicho de "lo que importa es la intención". A quién no le gusta que se acuerden de él, con independencia del regalo.
ResponderEliminarUn saludo
Gracias Ángel por tu comentario. En definitiva, uno es lo que es si algún otro se percata de que eres...bueno, más o menos..jeje
EliminarMe alegra leer que el personaje protagonista retoma la ilusión por recibir un regalo el día de Reyes. Nunca es tarde si la dicha es buena.
ResponderEliminarUn beso Rafael.
Malu.
Encantado de que te guste Malu. Otro beso para tí..
EliminarEsas cosas inesperadas son las mejores de la vida. Muy bonito, Rafa.
ResponderEliminarUn lujo que te haya llamado la atención el relato. Gracias Patricia
EliminarMe gusta tu relato Rafael. Un final con sorpresa compartida con el propio protagonista.
ResponderEliminarUn saludo
Disculpa el retraso en contestar. Gracias por dejarte "sorprender" con mi relato...Un saludo
EliminarLa verdadera bondad se delata en estos detalles pequeños.
ResponderEliminarMe gusta, Rafa, tu relato y el comprobar que aún queda sitio para la pureza.
Saludos.
Perdona por el retraso en contestarte Enrique. Pureza o ingenuidad..., no sé,..el caso es que somos simples aunque nos compliquemos la vida. Con un gesto, nos sube la autoestima...Un abrazo y gracias.
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