Vida de fábula
Érase una vez una frase con la que comenzar cuentos. Al principio le gustaba aquello de sentirse especial y protagonista pero, apenas pasaron unos siglos, comenzó a sentir la monotonía. Le pesaba su vida gris junto a Colorín Colorado, y nunca se perdonó haber dejado escapar a un Final Inesperado.
Original y conciso, amén de gracioso...
ResponderEliminarConciso es desde luego. Me alegra que te parezca lo otro.
EliminarInfantil y maduro a la vez. Buen debut...
ResponderEliminar¡Gracias!
EliminarIngenio y realidad. Great!
ResponderEliminarGracias por tu comentario.
EliminarPobrecita, se le empacharon las perdices.
ResponderEliminarMuy bonito, M.A.
Así es la vida, a veces.
EliminarUn saludo, P.R.
Y es que vivir del cuento no debe de ser tan fácil como parece.
ResponderEliminarMe ha gustado, Miguel Ángel.
Un saludo.
Gracias, Margarita. Un saludo.
Eliminar¿Y las perdices?
ResponderEliminarEn el horno, supongo.
EliminarEste sí que es un cuento (perdón, un relato) para todos los públicos.
ResponderEliminarSimpático y evocador.
Un saludo
Gracias, Ángel. Me alegra que lo encuentres así. Un saludo.
EliminarMuy ingenioso Miguel.
ResponderEliminarTe mereces un "me gusta"
Gracias, Rosy. Un saludo.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarSon más las buenas historias que ha dañado, el Colorín Colorado, que las que ha salvado (¡ups! me salió con rima). Original propuesta, suerte.
EliminarSaludos.
Un saludo, gracias.
EliminarFantástico. Como siempre...
ResponderEliminarGracias, Manoli.
Eliminar