El reloj de cuerda
El segundero iba impulsado por un burro joven. Uno viejo tiraba del horario y, del minutero, uno de mediana edad. Este último, abstraído en sus responsabilidades, discutía con el joven por ir tan alocado, siendo contestado "¡Tú, a tus cosas!", mientras el viejo sólo soñaba con ser escuchado alguna vez...
María, que ocurrente lo de darle vida a las manecillas del reloj con un burro jovrn, adulto y anciano, dependiendo de la velocidad de cada una.
ResponderEliminarSaludos.
Pablo
y digo yo,...sabe más el diablo por viejo o por diablo?
ResponderEliminarMaría, me ha gustado esa comparación que haces con los burros y las manillas del reloj., además del símil con los jóvenes siempre con prisa, los medianos siempre creyendo que tienen la razón y los "viejos", lentos pero callando y sabiéndolo "casi" todo.
ResponderEliminarBesos.
Malu.