El remedio
Sentado en la hierba, contempló el mar a sus pies, teñido por el sol del ocaso. Se empapó del murmullo de las olas y se rodeó de ansiada soledad. Trató de pensar algo profundo y después trató de no pensar. Algo hizo mal. Anocheció y buscó el camino a casa.
No es por hacerte la pelota -algo que no necesitas-, pero el microrrelato que has escrito, amigo Álex, es redondo. Y no entiendo por qué nos dices en Facebook que prometes cambiar la temática de tus historias... Si los cuentos que nos narras ya son de por sí atrayentes, ¿para qué cambiar? Si es por innovar, de acuerdo, pero recuerda que los experimentos... mejor con gaseosa.
ResponderEliminarUn saludo muy cordial.
¡Ah! Se me olvidaba decirte que va mi "Me gusta". ;)
¡Muy amable, José Antonio! Lo de Facebook lo decía porque me he dado cuenta de que, a falta de una idea brillante, a menudo tiendo al lugar común del protagonista desengañado que no encuentra o ni siquiera sabe lo que busca. Que me gusta, vaya, pero preferiría probar con otras fórmulas y dejar este asunto para una futura novelilla o algo. ¡Pero muchas gracias por el comentario! Me ha animado mucho.
EliminarLeí una vez que aunque no queramos, siempre pensamos en algo, el problema es que no atendemos a nuestra mente.
ResponderEliminarCon el cuadro que has pintado, me han entrado unas ganas de irme a la playa tremendas ; )
Las palabras están muy bien escogidas y tú debes saberlo pues has sido quien las has elegido. Tu protagonista, me temo, no es muy filósofo y, a pesar del entorno que le acompaña, parece que no lo ha aprovechado ni para pensar, ni para no pensar. El problema es que abunden, cada vez más, personas vacías.
Saludos, Álex.
Pablo
En mi cabeza era un acantilado, por eso lo de que está sentado en la hierba. El protagonista sabe que tiene que aclarar su cabeza y cambiar algo, y piensa en la típica estampa que parece que debería ayudarle a uno a pensar, pero una vez en ese momento "de foto" se pregunta qué debería pensar que no haya pensado ya; espera una especie de epifanía desde fuera cuando en lugar el cambio debe venir desde dentro, aunque fuera sentado en el sofá de su casa. El caso es que vuelve tanto o más confuso que como se fue, por no haber encontrado ese remedio para su incómoda mente.
Eliminar¡Muchas gracias por el comentario en cualquier caso, claro!
EliminarEstá claro por la hierba lo del acantilado, Álex y mirando el ocaso. Eso es lo que más me gusta cuando voy a la playa. Esa paz. Para mí eso es la playa, no la de la arena, esa no me gusta mucho.
EliminarDespués de leer tu comentario he releído tu relato y lo he visto más claro. A veces hay que meditar y saber qué y cómo. Me temo que yo hoy estoy igual de ofuscado que tu protagonista con mis interpretaciones. Gracias por la ayuda.
Saludos.
Pablo.
No, hombre, una cosa es lo que haya pensado el autor y otra lo que le puede sugerir al lector. Digamos que, sobre todo en un formato tan corto, el lector pone buena parte de la historia a través de su propia perspectiva.
Eliminar(¡Esto me lo apunto para el próximo prólogo!)
Me ha encantado, Álex. Creo que puede sugerir infinitas cosas, según quien lo lea, y eso tiene mucho mérito. Para mí es un intento de ponerse en hora de una persona en crisis personal. Tengamos problemas o no, pienso que es bueno hacer una introspección de vez en cuando. Esta manera que propones resulta muy atractiva; ya ves Pablo, que se nos quiere ir a la playa.
ResponderEliminarEnhorabuena y un abrazo.
Enrique.
Y tanto, Enrique. Con el calor que hace aquí abajo he visto el paisaje que ha pintado Álex y, bueno, se me han caído dos lagrimones.
EliminarEstoy contigo en que el relato acepta varias lecturas y esa es la libertad que tiene el lector y que se consigue con los buenos relatos como éste.
Saludos.
Pablo.
Exacto, Enrique, perfectamente podría haberse llamado "El intento". Precisamente por resultarle atractiva la idea cree que propiciar esa escena le va a hacer reflexionar de una forma distinta, por eso se sorprende al ver que no le sale y cree que "Algo hizo mal". ¡Un saludo y muchas gracias por el comentario!
EliminarLos personajes desorientados y desengañados dan mucho de sí.Toda existencia humana, a veces de forma inconsciente, no es sino la búsqueda de un camino y de un sentido. En esta materia nunca se profundiza bastante, viene a ser como un pozo sin fondo. Qué mejor temática que una imposible de agotar, lo que no quiere decir que no se pueda tratar de buscar otras.
ResponderEliminarUn abrazo, Álex
¡Muchas gracias, Ángel! Es un pozo sin fondo, desde luego, pero a ver si para la próxima se me ocurre algún relato no tan marcado por el relativismo, por decirlo de alguna manera. ¡Saludos!
EliminarLa imagen es propia del que se encuentra en la búsqueda de "sí mismo". Suele suceder que, aún en las mejores circunstancias, no suceda.
ResponderEliminarEn estas cincuenta palabras sí consigues transmitirnos ese "ambiente de soledad". Lo malo, es que tu protagonista no lo aprovechó. Confío que en otro relato nos digas qué consideraba, él, como "profundo"... La "nada", ya sabemos que es difícil de conseguir.
El tema es que él (o ella, que en realidad he querido hacerlo "unisex") ha forzado esas circunstancias creyendo que así pensaría con claridad en algo profundo o despejaría su mente al llenarla de "nada", pero su mente sigue funcionando igual, así que cree que algo ha debido de ir mal y se vuelve a casa confuso. Se podría haber puesto al tipo en un curso de meditación o yoga, por ejemplo, preguntándose si es el único al que no le cambia el chip mental. ¡Gracias por pararte a comentar, Salvador!
EliminarÁlex, Álex, Álex... El remedio te lo voy a explicar yo: ¡Vete de vacaciones, pero ya! Deja el blog, los cuentos y las votaciones. Lánzate a una semana de pasión, pero de la loca y desenfrenada y nos la cuentas el mes que viene.
ResponderEliminarHala, haz la maleta.
¡Me vooooooooooooooooooooooooooooy!
Eliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=ui0EgRsFVN8
Ja, ja, ja. ¡Felices vacaciones!
EliminarEn realidad, es muy difícil mirar el mar y no pensar; o, sencillamente, no se puede.
ResponderEliminarFeliz descanso.
Bueno, para muchos forma parte del paisaje cotidiano, como es el caso del protagonista, lo que influye en el "gatillazo epifánico", si me permites el esperpento de expresión.
EliminarEstá claro (y ahora que he leído los comentarios, más) que tu personaje vive rodeado de "ruido" y que pretende eliminarlo sentándose en medio de un paisaje idílico esperando el influjo de los hados, y claro, estos seres son esquivos por mucho que creamos en los cuentos.
ResponderEliminarBuen viaje, Álex.
Un saludo.
Perfectamente expuesto, Margarita. El viaje tendrá que esperar, me temo, pero espero que no más de tres meses. ¡Muchas gracias por comentar!
EliminarParece ser que a tu prota, que no sé qué busca... no le ha servido de nada rodearse de tanta naturaleza. A mí, sentarme frente a la playa, acariciada por un precioso sol, sí suele darme un buen resultado...
ResponderEliminarUn abrazo Alex.
¡Por lo menos te puedes poner morena! Un abrazo, Rosy, gracias por el comentario.
EliminarNo siempre funcionan los paisajes paradisíacos cuando uno está en crisis. A veces, incluso la acentuan más. Como bien comentas por ahí arriba, quizás en el sofá de su casa, en soledad, a oscuras y en silencio, podría haber obtenido un resultado mejor. Puede que contemplar esa escena tan maravillosa, más que ayudarle a profundizar en sus pensamientos, le hizo distraerse, impidiendo lograr su objetivo. De todas formas, el micro me ha parecido precioso, Álex. Un abrazo
ResponderEliminarEs muy probable que fuera eso lo que sucedió, Juana. Me alegro mucho de que te haya gustado. ¡Gracias y un abrazo, Juana!
EliminarSi es que lo que no se puede hacer es querer dejar de pensar en todo y ponerse a pensar en algo profundo. La mejor manera de dejar de pensar es hacer algo que te haga pensar en otra cosa...Puenting, una pelea con guantes, tirarse en paracaídas, ... ya sabéis, esas cosillas...
ResponderEliminarBien relatado, también me gusta
Eso es pan para hoy y hambre para mañana, querido conductor; los fantasmas son pacientes, siempre te esperan. Te lo dice alguien que ha hecho puenting y se ha tirado en paracaídas (¡y os lo recomiendo!). Gracias por el comentario.
EliminarQue no se torture tu protagonista. No se puede mirar el mar y no pensar. Sencillamente, no se puede.
ResponderEliminarA mi también me gusta, por cierto.
Saludos cordiales, Álex.
Te iba a contestar, pero tenía un bichillo en el cerebro diciéndome que ya habías comentado antes, y así era ;-)
EliminarQuerido Álex, bien podría ser este relato el comienzo de una gran novela, no te digo más.
ResponderEliminarUn beso y un me gusta, mucho.
Malu.
¡Muchísimas gracias, Malu! Un beso.
Eliminar