El rescatador de cuentos
Quedó vagabundo, pero rico de historias. Salvó una mugrienta libreta de su pobreza para poder plasmar los cuentos huérfanos que encontraba. Cada mes escoge uno y relata su historia en cincuenta palabras. Mágicamente, una página publica el cuento rescatándolo del olvido. Y le regala la maravillosa libertad de ser leído.
Vaya, Pablo. Esa mugrienta libreta me parece la esencia de algo muy difícil de describir, pero que nos mantiene alerta y en placentero vilo a diario, ensimismados a menudo, y secretamente deseosos de que abunden esos cuentos huérfanos que no siempre se dejan liberar a gusto.
ResponderEliminarEste que acabas de rescatar es una preciosidad y un verdadero regalo para todos los que llevan siempre esa libreta encima.
Un abrazo, amigo, y mi más sincera enhorabuena.
Enrique.
Enrique, muchas gracias por tus palabras tan cariñosas.
EliminarTus comentarios siempre son muy atinados.
Efectivamente este relato está inspirado en tantos rescatadores de cuentos que habitan en esta página, que como bien dices, llevan mugrientas libretas,(a veces transformadas en formatos digitales más modernos) y lápiz en ristre esperando a desenfundarlo en el momento sublime que sienten el fogonazo de un nuevo relato que llama a las puertas de su imaginación.
Gracias a tí y a los más de trescientos autores de cincuenta que inspiraron a este humilde cuentista.
Un fuerte abrazo.
Pablo.
Me he imaginado a ese rescatador siempre en estado de alerta para evitar que se le escape ninguna historia. Por otro lado, me alegro de que por fin tu cuento huérfano haya sido adoptado. Ahora sólo nos queda esperar el mes en el que él sea el elegido. ¿O acaso ya lo ha sido? Enhorabuena y suerte, Pablo.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias Fina.
EliminarEl cuento huérfano ya está en buenas manos.
Ha encontrado infinidad de rescatadores de cuentos en esta página y espera su oportunidad para ser publicado.
Un beso y gracias por pararte a conversar.
Vuestros comentarios son un gran regalo. No sabes lo que agradezco que os quedéis un ratito.
Un besote.
Pablo.
Te agradezco que me hayas descubierto esta página tan maravillosa. Me levanto a las 6 de la mañana y mi primer acto es leer el último relato o los comentarios , que no se con cuál disfruto más. Os doy las gracias a todos y todas, en especial a mi hermano Pablo. Un saludo de una simple lectora.
Eliminar¡Qué alegría! Muchas gracias de parte de todos y que sigas disfrutando de la página por mucho más tiempo.
EliminarAnónima hermana (aunque por la hora que dices que te levantas ya sé qué anónima hermana eres) y nunca simple lectora (los lectores son el alma de los relatos), sé de buena tinta que te has convertido en una gran seguidora de cincuenta (normal).
EliminarGracias por pasarte cada día por aquí y seguir dando más vida, si cabe, a este hogar.
Saludos.
Pablo.
¡Qué personaje tan romántico has creado! Vagabundo, libre, buscador de cuentos... Y cuántos interrogantes que espero que vayan siendo revelados en futuras historias: cómo se llama, qué le llevó a vagabundear, por qué está mugrienta su libreta, hasta cuándo seguirá atesorando cuentos...
ResponderEliminar¡Fascinante!
Muchas gracias Mrs. Highsmith Poe.
EliminarMe alegra mucho que te haya gustado este relato y tu comentario lo enriquece, dando tantas ideas que pueden ser rescatadas en un futuro.
Un besote enorme.
Pablo.
EliminarPatricia, por si te vuelves a pasar por aquí te diré que me viene rondando una historia explicando por qué ese rescatador es vagabundo. Si soy capaz de agarrarla, puede que algún mes salga a la luz. Lo que sí ruego es paciencia. Si soy capaz de rescatar su historia quiero tratar a ese vagabundo como merece y le dedicaré su tiempo.
Besote.
Pablo.
No os parece que este relato podría ser llevado a las pantallas por Disney? si lo sacasen en pantalla grande tampoco me la perdía!
ResponderEliminarGracias por tus palabras, conductor.
EliminarMe alegra que te haya parecido tan cinematográfico, me encanta el cine, y como tú apuntas en pantalla grande.
Si en Disney están interesados que pregunten por aquí.
Es maravilloso que de un relato de cincuenta palabras pueda haber tantas interpretaciones y todas tan interesantes.
Un abrazo conductor. Nos seguimos leyendo.
Pablo.
Seré escueta....
ResponderEliminarEres muy bueno, Pablo.
Abrazos admirados.
Rosy, eres escueta pero tus pocas palabras me han llenado de alegría.
EliminarUn besote y gracias por emocionarme.
Pablo
¡Qué emotivo relato, del principio al fin!, pero me quedo con tus dos últimas frases: creo que a todos nos fascina el saber que nuestros cuentos son rescatados del abandono y compartidos con docenas de amigos que nos leen. ¡¡Grande, Pablo!!
ResponderEliminarUn saludo.
María Jesús, gracias por tus amables palabras.
EliminarEs fascinante rescatar una historia y que se comparta y libere para que sea leída por la familia que formamos cincuenta palabras.
Creo que todos,en nuestros momentos de soledad, nos encontramos con la mirada perdida y con la imaginación corriendo tras una historia encontrada, a la que queremos liberar. Si nos observan, debemos tener el mismo tipo de expresión en esos momentos, que es la firma de los autores de esta casa.
Un fuerte abrazo.
Pablo.
Si algo se puede asociar a un cuento es la ilusión. Las ilusiones de quien lo escribe y las que genera en quien los lee. Que no nos falte nunca la ilusión, y si esta queda atrapada en algún lugar, que alguien nos la rescate. Gracias por tu rescatador de ilusiones, Pablo. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias a tí, Joaquín, por tus bellas palabras.
EliminarLa ilusión es un motor para conseguir sueños.
Es muy ilusionante recibir comentarios como los de todos vosotros.
Un fuerte abrazo.
Pablo
Mientras a algunos les da por practicar el parapente o dedicarse a la filatelia, hay otros locos que esparcen por el mundo unas creaciones a las que llaman cuentos, apenas un puñado de letras, pero con ambiciones secretas y no reconocidas, con vocación de transmisión, de permanencia y hasta de eternidad, concebidas para compartir de forma universal, pequeños hijos que, una vez fuera de una "mugrienta libreta", tienen vida propia. Rescatado queda este cuento tuyo, como esa idea de Poe que buscaba autor hace algunos días.
ResponderEliminarUn abrazo, Pablo
Admirado y querido Ángel, muchas gracias por tus palabras. Bendita locura la de concebir y compartir un puñado de letras para crear una historia y que tome vida propia dentro de cada lector.
EliminarQuiero decirte algo, no solo te admiro por tus excepcionales micros, sino también por tu dedicación admirable para regalarnos tan sublimes comentarios.
Para mí es un gran placer que siempre te pases por mis relatos y me dejes tus sabias y acertadas palabras.
Un fuerte abrazo.
Pablo.
A mí me pasa lo mismo que a tu hermana anónima, aunque yo recojo vuestras palabras por la noche para llevarlas conmigo a la cama y saborear cada historia con el silencio oscuro de la noche como fondo, para que nada desvirtúe los detalles.
ResponderEliminar¡Qué suerte que salvaste esa libreta, Pablo, y que la compartes con nosotros!
Un abrazo
Querida Margarita, lo que es una suerte es recibir tus hermosos comentarios y que siempre te pases por mis relatos.
EliminarRescatar esa libreta fue un gran placer. Al igual que volver de vez en cuando a releer esa 'Filosofía matemática' que me gusta tanto. Ese micro si que fue un gran regalo para esta página. No se lo digas, que quede entre nosotros, pero adoro a ese cuento.
Que pases una buena noche junto a nuestros relatos y que pronto nos llegue uno tuyo. Aquí estaré esperando para leerte.
Un besote Margarita.
Pablo.
¡Qué placer, Pablo, leer tus historias metaliterarias y qué bonito clima has logrado crear entre todos los cincuentistas que asomamos por aquí.
ResponderEliminarMi sincero agradecimiento por todo ello.
Saludos cordiales
Notincgas, gracias a tí por pasarte por aquí.
EliminarMe alegro que te guste el micro y, el buen ambiente cincuentista (me gusta como nombras a nuestra familia) ya existía antes de llegar yo. Solo sigo el camino que habéis construido los que lleváis más tiempo por estos lares.
Un placer que te hayas parado. Aquí estaré esperando tu próximo micro. (Esa saga micro-cromática me tiene enganchado).
Un abrazo.
Pablo.
Querido Pablo, ya lo comenté con los amigos cincuenta palabristas/palabreros o cincuentistas cuando nos vimos a finales de enero en Madrid, que habías sido todo un descubrimiento para mí con tu relato del mes de enero. Veo que no me equivoqué y que nos estás sorprendiendo con todos y cada uno de los relatos que mandas.
ResponderEliminarEn concreto, con este último, te diré, diré a todos: que levante la mano cualquiera de los que aquí escribe que no sea a ese tipo de vagabundo, rescatadores de historias y con libreta en mano (sea el soporte que sea).
Magnífico, no voy a decir más para no estropearlo.
Beso fuerte.
Malu.
Querida Malu, como agradezco tus generosas palabras conmigo. Y como me alegro que te gusten mis relatos. Es para eso para lo que rescatamos todos historias, como bien dices en libretas, una, por el placer de escribirlas y otra, creo que la que más nos llena, por el placer de ser leídas y disfrutadas por los que nos leen.
EliminarMe creas una responsabilidad cada vez que envíe un micro con tus palabras. Lo único que espero es no defraudarte nunca. Aunque a veces las musas son escurridizas y cuesta más liberar una buena historia.
Malu, has conseguido un milagro, y no es la primera vez que me ocurre en cincuenta, que a pesar de que mañana sea lunes, me vaya a la cama con una sonrisa en la boca.
Un besote.
Saludos.
Pablo, responsabilidad ninguna, no temas que estoy segura que los sucesivos relatos serán igual de buenos o mejores. Las musas, ya sabemos todos lo caprichosas que son ...
EliminarEsperando el próximo relato del mes que viene, a ver con qué nos sorprendes ;)
Querida Malu, haré todo lo posible por estar a la altura de lo que os merecéis.
EliminarSaludos
Hace poco dediqué un escrito a una de mis viejas libretas de notas.(No cabe en 50 palabras). Por eso, como los demás, me he sentido muy identificada con tu precioso micro. Me ha encantado, Pablo, esa profesión tan romántica de "Rescatador de cuentos". Me ofrezco de ayudante. Saludos
ResponderEliminarQuerida Juana, me alegran mucho tus palabras como la de todos los que os pasáis por aquí.
EliminarEn esta página todos tenemos esa romántica profesión de rescatadores de cuentos y eso nos une en esta mágica comunidad donde liberamos lo que tenemos dentro.
Tú nunca serás ayudante sino maestra de rescatadores como yo, que acabo de llegar a esta casa.
Un besote.
Pablo.
Un bello relato que huele a esperanza y libertad.
ResponderEliminarEnhorabuena. Saludos,
Muchas gracias hija del ferroviario. Me alegro que te haya gustado y tu interpretación es muy correcta. Libertad y esperanza, que nunca nos falten.
EliminarUn saludo.
Pablo.
Creo que a todos nos ha sonado muy familiar, lo que hace que, al menos a mí, nos llegue hondo.
ResponderEliminarMuy bueno Pablo, aunque me has asustado al no ver tu cara de actor "hollyboodiense" al pie del relato mientras lo leía. Luego he visto tu firma. Enseguida he entendido todo. jejeje!
Un abrazo y suerte.
Estimado Isidro, gracias por pararte.
EliminarMe alegro que te haya llegado hondo.
Mi intención era la que tú apuntas, el crear un personaje en el que nos reconozcamos los que tenemos la pasión secreta, o no, de escribir.
También tenía la intención de crear un microrelato complementario al anterior, el cuento huérfano, en el que este busca un autor.
Aquí tenemos al rescatador y el fin es que los dos se encuentren en el camino y uno rescate y el otro sea liberado.
Siento haberte asustado pero de momento no comento mis relatos, prefiero que lo hagáis vosotros ;-)
Te aviso que estoy pensando en sustituir a Cary Grant de mi foto de perfil. Ya lo veremos.
Un abrazo.
Pablo.
No sustituyas al Cary Grant, yo te lo veo como anillo al dedo...y más con esa expresión de ... espera que te explico!!!
EliminarJajajaja, de acuerdo conductor, lo mantendré.
EliminarDe hecho la escogí por esa expresión que tiene y que parece que se asoma a curiosear.
Hice esa foto hace mucho tiempo a la portada de un video VHS, que aún tengo por ahí, de la película 'Arsénico por compasión', y me gustó esa cara de asombro de Cary Grant. Lo dicho. Se queda.
Saludos.
Pablo.
¡Magnífico microrrelato, Pablo! Y no puedo añadir mucho más porque esto de tardar en comentar hace que muchos otros compañeros lectores se adelanten a mis posibles palabras. Pero eso también me gusta, porque significa que compartimos criterios y que nos agradan mucho esas cincuenta palabras (las del título aparte) que leemos los unos de los otros y los otros de los unos.
ResponderEliminarPor lo que se ve, en esa mugrienta libreta, salvada de no sé qué peligro de pobreza, abundan muchos otros relatos. Como todos sean como este, la página hospitalaria que los acoge va a ganar puntos de una manera exponencial.
Va mi reconocimiento primero, mi enhorabuena después, tras esta mis felicitaciones y, por último, mi "Me gusta", muy merecido como en las anteriores ocasiones.
Saludos.
Estimado José Antonio, tu visita, tardía o no, siempre es esperada y bienvenida.
EliminarCreo que todos tenemos guardados relatos en una libreta que gracias a esta gran casa, irán saliendo fuera de ella.
Te agradezco enormemente tus generosas palabras, me alegra que te haya gustado este rescatador de cuentos y por mi parte, seguiré trayendo historias. Merece la pena sacarlas a volar por el mero hecho de que os quedéis aquí un ratito charlando conmigo.
Espero que las que vengan también te gusten y si no es así, pásate a darme un tironcillo de orejas.
Un gran abrazo.
Pablo.
Creo que somos muchos los que rescatamos esos cuentos “huerfanos’ y lo reescribimos con otras historias, para que sean adoptados y publicados en 50 palabras. Bonito homenaje que hace a esta maravillosa página, me gusta. Suerte.
ResponderEliminarSaludos.
Beto, gracias por pasarte por aquí.
EliminarMe alegro que te guste el micro y, efectivamente, está inspirado en todos los que cogeis una historia, y por arte de magia la convertís en un relato de cincuenta palabras sin que pierda la esencia ni la trama.
Un saludo.
Pablo.