Ella
Inició muy al fondo de la casa, siguió por el pasillo y llegó hasta la recámara. Siempre estaba ahí presente, realmente era una monserga, nadie la quería, todos la despreciábamos. Decidimos atacarla y después de una reunión familiar se acordó que llamáramos al plomero para que acabara con esa humedad.
Hasta la última línea me has tenido con la incertidumbre de quién sería "ella" y lo que habría hecho.
ResponderEliminarBien mantenido el suspense, Gabriel.
Un saludo.