In fraganti
Sabía que los encontraría juntos en su cama. Al abrir de golpe la puerta del dormitorio la luz de la noche reflejó, separándose, los cuerpos desnudos y sorprendidos de los amantes. De inmediato, se abalanzó sobre ellos cayendo justo en medio. Subió la manta y, ya seguro, se quedó dormido.
¡Que levante la mano quien no haya padecido/sufrido/soportado una situación similar en su vida! ¡Solteras y solteros, abstenerse (si no se tienen hijos, que pudiera ser que sí)!
ResponderEliminarSimpática microhistoria, Joaquín. Creas una situación que parece una cosa y resulta ser otra. Eso sí, la sorpresa de los amantes, en diferente escala de valor, viene a ser la misma.
Saludos y va mi "Me gusta".
En esta ocasión he optado por un final tierno y feliz. Claro que no se si los amantes serán de la misma opinión... A tu "padecido/sufrido/soportado", yo casi le añadiria "provocado". Lo que ocurre es que igual esa historia jamás nos lo contaron. Gracias y un fuerte abrazo, José Antonio.
EliminarMuy ingenioso y con sorpresa final, Joaquín. Me imagino las caras de los amantes en el momento en que el protagonista queda dormido entre los dos.
ResponderEliminarMe ha gustado.
Saludos
Pablo
Es mejor imaginarse sus caras en ese momento. Yo justo cuando se abría la puerta tampoco he querido mirar... ;) Gracias por tu comentario, Pablo.
EliminarHas querido jugar con la incertidumbre del tercer miembro del trío, y lo has "clavado". Muy buen relato. ¡Enhorabuena!
ResponderEliminarPues fíjate Rafael que yo ya tenia cierto cargo de conciencia por pensar que en lugar de "clavarlo", si se me permite la expresión, lo que había hecho era "desclavarlo". Con tu comentario ya me quedo algo más tranquilo. ;) Muchas gracias y un abrazo.
EliminarReal como la vida misma. Y lo a gusto que se queda el tercero...
ResponderEliminarGracias Elisa. Historias que nos pueden resultar familiares y que vistas con perspectiva nos producen alguna emoción agradable. Y como bien dices, lo a gusto que se queda el tercero... Los otros dos tendrán que adaptarse. O sea, a dormir..
EliminarUn abrazo.
Muy bueno. Saludos.
ResponderEliminarMuchas gracias, Angel. Un abrazo.
EliminarLos personajes de tu micro son pillados in fraganti y el final del mismo nos ha pillado a todos por sorpresa. ¡Suerte!, Grau.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias, Fina. Un poco de eso tratan nuestros micros. Amagar al lector hacia un lado y quebrar en el último momento por otro. Si además gusta y hace sentir algo, misión cumplida. Un abrazo
Eliminar¡Magnífico!
ResponderEliminarVaya, Patricia.. Si con una sola palabra me haces sentir tan bien, estoy deseando leer tu próximo relato de 50. ;)
ResponderEliminarGracias y celebro que te haya gustado. Un abrazo.
La sospecha hecha certeza y después... la seguridad del encuentro. (Eso para el niño). Para ellos... el sobresalto, el disimulo... la separación de los cuerpos. Muy original, siendo tan cotidiano.
ResponderEliminarCreo que lo has definido muy bien, Salvador. La percepción de dos realidades distintas en el mismo momento y lugar. Los padres y el niño. Personalmente aún voy más allá y los veo a los tres en la misma "dimensión". Es decir, dormidos. Gracias y un abrazo.
EliminarRealmente ingenioso. Por un lado sí que es lo que parece, pero por otro no, Bonita y dulce sorpresa final.
ResponderEliminarSaludos, Joaquín.
Gracias, Enrique. Me alegro de que te guste. Es un relato que parece que vaya a tener mal final pero que creo que termina relajando con un desenlace tan tierno. Un abrazo
EliminarSe masca la tragedia desde el primer momento, manteniendo la tensión casi hasta el final, pero mira tú por dónde que acaba de la manera más tierna.
EliminarGracias, Joaquín, por hacernos sonreír y recordar. ¡Saludos y suerte!
Mucha tensión al principio y mucha relajación al final. Si he conseguido evocar recuerdos agradables y estos vienen acompañados de una sonrisa, yo ya tengo premio. Gracias M Jesús. Un abrazo.
EliminarLos padres y esa intimidad buscada y tan difícil de encontrar. Tengo un amigo que dice, sabiamente y con conocimiento de causa. que el mejor anticonceptivo es un hijo, algo que los que nos hemos encontrado en situaciones similares no podemos sino corroborar, eso sí, sin perder la sonrisa. Todo esto lo vemos al final, ya que el inicio de la lectura hace temer una venganza pasional, lo que convierte el texto en un juego de equívocos bien logrado.
ResponderEliminarUn abrazo, Joaquín
Gracias por tu comentario, Angel. Cuanta razón tiene tu amigo... Entre unas cosas y otras nos pasamos media vida vigilantes de nuestra intimidad. Me alegro de haberos "equivocado". Ese era uno de los objetivos. Un abrazo.
Eliminar¡Qué sorpresa! Todo pintaba mal para los amantes pillados in fraganti, pero el tercero en discordia no quería ajustar cuentas sino acurrucarse entre el calor de los dos.
ResponderEliminarGran relato de suspense y pasiones frustradas ;))
Me gusta Joaquín. Un saludo.
Gracias, José. De eso se trataba. El niño creo que aún duerme ajeno al susto que nos ha dado a todos. ;) Un abrazo.
Eliminar¡Hala! he dicho en voz alta al terminar de leer tu relato, Joaquín, no he podido evitarlo. ¡Qué sorpresa más buena! Felicidades.
ResponderEliminarUn saludo.
Que un relato provoque ese tipo de reacciones a la persona que lo lee es un premio para quien lo escribe. Gracias y un abrazo, Margarita.
EliminarMuuuuy seguro, me encantó.
ResponderEliminarLo primero es lo primero, y si de paso les cortas el rollo..... pues eso
Efectivamente, Luisa. Cada cual tiene sus prioridades que no tienen por qué coincidir con las de los demás. Deberán buscar otro momento..;) Un abrazo.
EliminarJa, ja, ja ... Joaquín, por favor, qué bueno. Digo como José Antonio, qué levante la mano ... Qué bonito es ser padres, ¿verdad?
ResponderEliminarTe felicito por el relato que hace que los lectores en estas 50 palabras pasemos de la tensión al imaginarnos una infidelidad, a la risa y sorpresa al ver que es el propio hijo quien sorprende a los padres.
Besos.
Malu.
Ser padre es bonito incluso en semejantes interrupciones. Muchas gracias por tu comentario, Malu. Me alegro mucho de que te haya gustado. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarBueno, te haré otro comentario, ya que el anterior parece El naranjito con gorra. Tu primo me ha dado unas instrucciones y ahora al menos se me ve la cara. Los niños son oportunos o inoportunos, segun se mire. Muy bueno. Un abrazo sobrino.
ResponderEliminarSabia yo que mi tio Angel se pondría al dia en cuestion de las nuevas tecnologias. A ver si me cunde el ejemplo.. Gracias de nuevo y un abrazo a la family. ;)
EliminarUn micro divertido y entrañable, ¿quién no se ha visto en semejante tesitura? Algunos desde los dos puntos de vista incluso. Además se mantiene muy bien el suspense hasta el final. Enhorabuena Joaquín.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias, Juancho. La intención era esperar lo máximo posible antes de desvelar la identidad del protagonista. Un abrazo.
EliminarMuy logrado el efecto sorpresa que convierte en sonrisa el gesto tenso del lector. Felicidades, Joaquín. Saludos
ResponderEliminarEso esperaba conseguir. Eso y evocar recuerdos en aquellos a loz que la escena, en un sentido u otro les resulte familiar, que parece que somos unos cuantos. Gracias h un abrazo, Juana.
ResponderEliminarJajaja cómo me ha gustado tu micro, encontrarme con ese final... fabuloso.
ResponderEliminarEste mes te toca estar nominado.
Saludos Joaquín
¿Nominado...? Pero si yo con que le guste a alguien ya me siento vencedor... jajaja. Me alegro de que a ti tambien te haya gustado, Rosy. Gracias y un abrazo.
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