Patinazo artístico
Deseaba intensamente pasear con ella bajo la luna. Quise ser original y le espeté por teléfono un "Hola, hermosa luz de agosto" que juzgué seductor. Se ve que ella no había leído a Faulkner, porque me contestó con un "No, aquí no queremos nada" que me dejó mudo y perplejo.
Antonio, me ha gustado tu micro y me ha parecido muy ingenioso el 'cameo' que haces con la estupenda 'Luz de Agosto' de mi admirado Faulkner.
ResponderEliminarVa mi me gusta.
Por cierto, el título es genial.
Saludos.
Pablo
Yo le aconsejaría a ese hombre enamorado que se tranquilizase, y volviese a mirar si el número marcado es correcto, y de ser correcto seguro que tras la agonía, que se deje de rollos y le diga algo como "Pero si soy yo, el Manolo!!!", que te vengas que me apetece dar una vueltecilla por el parque", o similar. Lo digo por experiencia propia...
ResponderEliminarReal como la vida misma, buen relato y sin más miramientos, me gusta Antonio!!!
Me imagino la escena... vaya un chasco, si te interesa mucho la chica tienes que cambiar de táctica.
ResponderEliminarVa un me gusta
Y que táctica propones?
EliminarPues... conmigo funcionaria lo del parque ¡por ejemplo!
EliminarCómo eres conductor, jajaja
JOooo...pero si él quiere poner un poco de poesía al asunto...
EliminarNo pretendo ser prosaica, pero es que no es lo habitual que te hablen así, y menos, por teléfono, y menos aún si no sabes quién es el que llama. Y si añadimos la cantidad de gente que se cuela en nuestras casas a la hora más intempestiva para vendernos colchones, ollas antiadherentes y seguros de enterramiento, pues lo normal es que te salga el "no" de entrada sin pensar que es un aprendiz de Faulkner con futuro el que te habla.
ResponderEliminarSi me permites el consejo, Antonio, yo volvería a intentarlo, pero a partir de la tercera cita.
Un saludo.
Bueno, están a las que le gustan que ellos sean románticos, y bla bla bla y están a las que les da igual. El problema de este protagonista puede tener 2 explicaciones:
Eliminar- que no conozca demasiado bien a su amada y ella sea de las no excesivamente románticas.
- se haya equivocado de número
Ah! y que a ella le guste quedarse en casa en agosto.
Habría que saber en qué fecha le lanzó el piropo. Si no conocía la obra de Faulkner, y si por casualidad era agosto, ella pudo interpretar que lo que pretendía de ella no era más que un amor de verano... Hay que tener mucho ciudadito con la carta de presentación. Lo mejor es que utilice una manera más sencilla para dirigirse a ella, y además que lo haga cara a cara, nada de teléfonos. Micro con chispa, Antonio. Saludos
ResponderEliminarJuana, y si la susodicha vive en la otra punta del barrio, como la invitas? lo digo por lo de dirigirse a ella cara a cara...Yo parto de que ya se conocen.
EliminarJejeje, también pudiera ser que no le apetezca salir con él...
Por cierto Antonio, estaría este relato basado en algún suceso parecido? ya sea propio o ajeno. Este tipo de situaciones acaban recordándose durante mucho tiempo con cierto cariño (cuando solo es un malentendido claro)
ResponderEliminarSi te llaman por teléfono y te sueltan eso de "hermosa luz de agosto" y si, encima, es a las cuatro de la tarde... la reacción será la que narras o, incluso, podría ser hasta peor. Y ello aunque pongas voz de circunstancias.
ResponderEliminarEl título, coincido con Pablo Núñez: ¡muy bien traído!.
Va mi "Me gusta", Antonio.
Saludos cordiales.
Estamos tan cansados de que lluevan ofertas diarias, que no buscan sino nuestra aportación económica, que todo nos parece ya igual. Además, peca de optimismo quien piense que todo el mundo conoce la obra de Faulkner, pero nunca es tarde, alguien habrá que responda a esa llamada del modo adecuado.
ResponderEliminarUn abrazo, Antonio
Gracias a todos por los comentarios, aunque sea ya casi final de mes. Sobre la curiosidad de si está basado en algún hecho real, he de deciros que por fortuna no. Seguro que me habrían contenstado como en el cuento, o pero.
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