Reciclar
Cada noche separo los residuos. Las tonterías de mi hermana, plástico; los sueños de mi madre, orgánico; los gritos de mi padre, tóxicos.
Cada noche el indigente que vive entre nuestros contenedores me confirma que no tenemos nada aprovechable mientras busca un poco de futuro entre estupideces, llantos e insultos.
Cada noche el indigente que vive entre nuestros contenedores me confirma que no tenemos nada aprovechable mientras busca un poco de futuro entre estupideces, llantos e insultos.
Un retrato feroz sobre la vacuidad cotidiana, sobre la incapacidad para ser feliz con lo que somos a pesar de lo que tenemos (o quizás por ello mismo), mientras otros muchos sólo aspiran a sobrevivir.
ResponderEliminarEnhorabuena, has compuesto un excelente relato.
Si te deshaces de algo sombrío tíralo bien lejos, sino siempre podrá recogerlo alguien y darle aún peor uso.
ResponderEliminarMe gusta tu relato Dídac.
Salu2
A mí me parece bien el hecho de deshacerse de tanta basura sobrante, lo difícil es que ese indigente sea capaz de sacar algo aprovechable entre la podredumbre de la que se prescinde. Lo importante sería no producir más desechos de ese tipo.
ResponderEliminarUn saludo
Me ha encantado tu forma de expresar lo vacíos y ciegos que podemos llegar a estar con todo lo que tenemos. O al menos esa es la lectura que hago yo.
ResponderEliminarUn saludo, Didac.
...y preguntome yo, a que/quien puede representar el indigente? ya que busca algo de futuro entre llantos, estupideces e insultos...
ResponderEliminarQue difícil buscar un buen futuro con tan pobre materia prima.
ResponderEliminarLo mejor será escapar.
El indigente sabía que en esa casa nada era aprovechable.
Saludos Didac. Muy ingenioso.
Pablo
ah vale, acabas de acercarme a la mente del autor,... creo entender que el indigente es el hijo o el hermano o el que lo cuenta, ando yo todavía verde eh? soy como el segundero...Gracias Pablo, ahora os digo que me gusta el relato y este pequeño empujón (comentario) de Pablo.
ResponderEliminarMe ha gustado muchísimo. Creo que el indigente es el narrador. Y yo me identifico con él, que busca un poco de futuro entre tanta basura.
ResponderEliminarSaludos, Dídac.
¡Qué grande, Didac! Cuatro personajes, cuatro historias y un narrador por descubrir.
ResponderEliminar¡Muchas gracias a tod@s por los comentarios! Besos, abrazos y saludos.
ResponderEliminarDídac
Pero a pesar de toda esa podredumbre humana, yo identifico algo de esperanza. Ese futuro que busca el narrador-indigente-familiar (poco futuro, a decir verdad) me invita a vislumbrar que no todo está perdido... en el ser humano, cada vez más rodeado de grandes estupideces, inútiles llantos e insultos irrespetuosos entre los unos y los otros.
ResponderEliminarVa mi "Me gusta" y un aplauso original, para nada reciclado ( ; ) ).
Saludos, Dídac.
Todo eso que mencionas.... ¿para qué reciclarlo? A veces sencillamente es imposible y hasta insano.
ResponderEliminarEstá muy bien, la verdad
Bueno, muy bueno.
ResponderEliminarMe ha gustado.
Saludos
Partiendo de que nuestras vidas no son transferibles ni reutilizables, pienso que nadie debería desperdiciar la suya. Particularmente saco la enseñanza de que todos los personajes de la historia viven equivocados.
ResponderEliminarMuy bueno, Didac. Enhorabuena.
Saludos.
Me ha gustado mucho Didac, yo creo que todos tenemos residuos, lo importante es saber identificarlos y deshacerse de ellos y sobre todo, intentar que nadie se los lleve para que no se contamine con lo que nos hace-hacía daño.
ResponderEliminarBesos.
Malu.
Más saludos a los últimos comentaristas. Mil gracias!
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