Retahílas
Te lo cuento despacio, como quien desgrana una mazorca: compré frijoles, reñí con la vecina, tardó en secarse la colada, hoy no me duele la pierna renca. Tú escuchas en silencio, sin ojear el periódico ni prender el televisor. Con esa atención nueva que nunca me prestabas antes de morirte.
Nada mejor para que una relación funcione que saber escuchar al otro. A veces con uno que lo haga puede ser suficiente.
ResponderEliminarMuy bueno, Elisa. Además de haber diseñado para much@s la pareja perfecta, escribes de maravilla.
Saludos.
Todos queremos que nos escuchen y tu protagonista ha encontrado al oyente perfecto, lástima que su plática no tenga posibilidad de pasar de soliloquio a enriquecedor diálogo, aunque no menos triste es que su callado acompañante no le prestase más atención en vida. Aparte de este jugoso y completo contenido, en el aire flota la duda de si la muerte sobrevino de forma natural o tuvo alguna ayuda.
ResponderEliminarMuy buen relato, Elisa. Saludos
Pues me has dado una idea, la próxima vez que "éste" no me escuche...
ResponderEliminarjajajaj
Muy bueno, me ha gustado, mucho
Un interlocutor siempre atento, incluso al tema más rutinario y simple, lástima que no pueda asentir con la cabeza y sonreír en alguna ocasión.
ResponderEliminarMe gusta tu relato y cómo consigues mantener oculta la sorpresa hasta la última palabra.
Saludos.
Trágico final, aunque no sé si su vida en común fue algo mejor. Quizá, ahora que puede hablar, y despacio, nos diga más cosas.
ResponderEliminarConsigues un montón de interrogantes, Elisa. Muy bien contado.
Un saludo.
Elisa, me gusta tu forma de escribir.
ResponderEliminarTu historia está muy bien contada con sorpresa final.
Me ha recordado a cierta vecina que, sin tener un final trágico, se libera y puede expresarse cada vez que se queda sola y su marido se va con su hermano al pueblo, en los meses de verano.
Muy buen micro.
Saludos
Pablo.
Qué buena Elisa siempre. Da igual lo que cuente.
ResponderEliminarSi es que yo lo digo siempre, hay que tener conversación. Lo que no sé es si el "interlocutor" B está de cuerpo presente o en espíritu. Quizá en su "nueva vida" escuche mejor, quién sabe ...
ResponderEliminarBesos.
Malu.