Toda una Venus (Por amor al Arte I)
Tras el dramático accidente solicitó el reconocimiento de invalidez. Sin embargo no pudo demostrar las circunstancias del siniestro y, a pesar de la evidencia, rechazaron su petición.
Pero ella conservaba esa espléndida belleza clásica y así pudo ganarse holgadamente la vida. Ella, precisamente ella, no podía quedarse cruzada de brazos.
Pero ella conservaba esa espléndida belleza clásica y así pudo ganarse holgadamente la vida. Ella, precisamente ella, no podía quedarse cruzada de brazos.
Hizo bien tu Venus, María Jesús, en tirar para adelante a pesar de su notoria discapacidad física. En esta vida, lo mejor es no cejar en el empeño, no dar tu brazo a torcer por nada ni por nadie. Como ella bien hizo.
ResponderEliminarEspléndida y simpatica revisión la tuya, llevada a nuestra época, de una de las esculturas clásicas por excelencia.
Así que va mi "Me gusta", mi reconocimiento (ya manifestado en anteriores ocasiones) y un fuerte abrazo, con el ánimo de que tú tampoco cejes en el empeño de seguir regalándonos tus microhistorias magníficamente narradas.
Gracias, José Antonio, tienes razón, no debe haber nada en este mundo que te haga cejar en tu empeño de conseguir cosas, de avanzar, cuando crees firmemente en ellas, bien sea escribir o hacer encaje de bolillos. Sí, esa puede ser la moraleja: no conformarnos y progresar, cada uno a su paso, con los recursos que cada cual tiene.
EliminarGracias por tus palabras de ánimo, que recojo entre mis brazos para que no se me escape ni una. Y un abrazo grande, grande para ti.
Me ha encantado M. Jesús.
ResponderEliminarDesde el título, que además augura una saga, hasta la frase final, el tratamiento de tu protagonista jugando con la Venus de Milo me ha parecido soberbio.
Hermoso micro que me ha llegado mucho pues además es un canto de lucha y optimismo para las personas que tienen cualquier tipo de discapacidad, o como prefiero decir, capacidades diferentes (y esto me toca muy de cerca tanto en mi familia como en mi trabajo, que lo uno me llevó a lo otro) y que son verdaderos héroes y maestros de luchar ante cualquier adversidad que se les presente.
Va un merecidísimo me gusta.
Saludos.
Pablo.
P.D. Que ninguna persona con capacidades diferentes, al igual que tu protagonista, se quede con los brazos cruzados (muy agudo además careciendo de ellos). Como ya te comenté arriba, la frase final es genial.
EliminarPablo, realmente surgió el tema de los discapacitados de rebote, según iba saliendo, y en este caso poniendo un toque de humor, aprovechando la circunstancia especial de la célebre escultura. Pero siempre con mucho cariño y respeto hacia ellos. Y, sobre todo, un reconocimiento a su esfuerzo por superar las dificultades que los otros nunca encontramos. En su favor diré que muchas veces nos dan auténticas lecciones de superación y que a su lado, en muchas ocasiones, ellos son los grandes y el resto, pequeñitos.
EliminarGracias por tu siempre amable valoración. Un saludo y un fuerte abrazo.
Me ha gustado mucho ese toque que le has dado.
EliminarBesote
Ingenioso y bien contado. Cruzarse de brazos, lo último.
ResponderEliminarEnhorabuena, Mº Jesús.
Gracias, Rafa. Parados, nunca; siempre luchando a brazo partido. ;)
EliminarMe alegra que te guste. Otro abrazo para ti, que estoy de reparto.
Muy original y didáctico, María Jesús.
ResponderEliminarUn saludo.
Gracias, Margarita. Aquí siempre aprendemos unos de otros, y si no, al menos nos divertimos.
EliminarUn abrazo cordial.
Buenísimo relato Mª Jesús. Va mi sincero me gusta y mi virtual abrazo a la autora.
ResponderEliminarIsidro, te agradezco tu ‘me gusta’ y recibo tu virtual abrazo, casi casi como si fuera real. Otro idéntico va para ti, amigo.
Eliminar¡Muy bueno, MJ! Un sano homenaje con sentido del humor para todas las Venus que nos dejan pequeñitos todos los días.
ResponderEliminarAbracicos.
Ahí le has dado, Patricia, y de lleno. Homenaje al Arte, a esa maravillosa Venus y, de paso, a esas grandes personas que nos hacen sentirnos pequeños cuando los observamos de cerca.
EliminarOtro abracico para ti, que yo también llevo sangre mañica en mis venas. ;)
No es posible cruzarse de brazos ante lo que cada día tenemos que ver y superar.
ResponderEliminarMe declaro admirador de la imaginación y sensibilidad de tus micros. Ya nos trajiste hace tiempo a otra vecina de museo de tu Venus y supongo que con esta serie vendrán otros maravillosos personajes relacionados con la pintura, escultura,... y todo por amor al arte.
Un abrazo y suerte Mª Jesús.
Efectivamente, José, hay que vencer el inmovilismo en todos los aspectos de la vida. La pasividad es la peor actitud. Ya veo que te has acordado de aquella otra gran señora italiana que también fue muy bien recibida por aquí. Bueno, te agradezco tus elogios y te anticipo que sí, que llegarán más personajes y figuras ilustres a la página.
EliminarGracias y un fuerte abrazo para ti también.
La Venus de Milo con brazos no habría sido lo mismo. Un planteamiento original y un canto a la vida.
ResponderEliminarUn abrazo, María Jesús
Pues sí, paradójicamente, para esta dama, carecer de brazos fue un éxito mo-nu-men-tal.
EliminarGracias por tu comentario, Ángel. Te devuelvo un enorme abrazo; el mío, de admiración.
La verdad es que cuantas más veces lo leo, más bueno me parece. Cada frase, te va abriendo un poco más la historia, sugiriendo una vida pasada, un presente, una personalidad...
ResponderEliminarY por lo que parece, tenemos aquí el principio de una saga artística. Bien por ti, Mª Jesús.
Saludos y un abrazo con brazos.
Un saludo, Notincgas, el magnífico crítico de microrrelatos. Pero para tu tranquilidad te diré que esta historia empieza y termina aquí, y que la señora de Milo se retira discretamente tras la dura jornada de hoy.
EliminarCelebro que te guste y mil gracias por tu comentario. Para ti, otro abrazo agradecido.
Querida Ma Jesús, eres toda un artista. El relato es muy original, muy artístico. Podría ser solamente la historia de la Venus de Milo, pero yo lo interpretó más como la historia de una mujer luchadora, que vive una realidad y sale adelanre de la mejor forma posible o, buenamente como puede. Y todo está perfectamente unido y relacionado con la escultura de la Venus.
ResponderEliminarGenial, me ha encantado.
Un beso fuerte, esperando la siguiente entrega.
Malu.
Querida Malu, eso es, la lucha de una mujer abnegada, que apechuga con sus problemas. Y que cuando se la cierran puertas, la necesidad y el ingenio la obligan a buscar alternativas. Todo ello envuelto en un tono de humor, para provocar una sonrisa al final, que a veces gusta. ;)
EliminarUn abrazo inmenso y que sigas disfrutando de tus vacaciones insulares.
Cuántas lecciones recibimos a diario de esos maestros de la superación.
ResponderEliminarMuy sutil, M. Jesús, tanto la moraleja como tu sentido del humor.
Suerte y saludos.
Enrique.
Siempre nuestra admiración y nuestro afecto por ellos, Enrique. Y nuestro ánimo para que no se queden nunca cruzados de brazos, que no son tiempos de esperar ayudas desinteresadas…
EliminarGracias por tus palabras, Enrique y un fuerte abrazo.
Muy logrado el juego que nos planteas con la Venus de Milo y su ausencia de brazos. Muy ingenioso y con un buen mensaje. Esperamos la segunda parte, que promete. Saludos
ResponderEliminarGracias, Juana, celebro que te guste la historia de esta mujer tan célebre.
EliminarUn saludo y un abrazo para ti.
Me deja muy intrigado no saber si esa Venus es actual o no. Espero ansioso la II entrega.
ResponderEliminarGracias por el relato.
Querido Salvador, esta Venus es eterna, es la de la antigüedad clásica y la de ahora mismo, con los problemas de una mujer bella que se encuentra con una minusvalía física. El surrealismo y la imaginación, por suerte, trasciende la cronología.
EliminarGracias a ti por comentar, y un abrazo cordial.
Fantástico cierre con esa contundente frase. Enhorabuena. Un saludo, Mª Jesús.
ResponderEliminarGracias, Matrioska , me alegro de que te haya gustado el desenlace.
EliminarAbrazos.
Genial tu relato. ¡Enhorabuena! Me gusta mucho cómo lo has escrito y el mensaje que transmite. Siempre hay que luchar, nunca resignarse.
ResponderEliminarAtento a la segunda parte ;-)
Saludos!
Gabriel.
Estoy convencida de que todo el mundo tiene algo bueno que potenciar.
EliminarGracias, Gabriel, por comentar. Un abrazo.
Muy explítico Chusa, como siempre. Efectivamente la imposibilidad no le permite cruzarse de brazos, por eso potencia sus otras posibilidades tal y como hacen todos los días muchos ciudadanos y ciudadanas que tienen minoradas algunas de sus capacidades físicas, pero que se esfuerzan en seguir adelante y darnos ejemplo de constancia, voluntad y sobre todo superación. Un fuerte abrazo Chusa de tu amigo Abilio.
ResponderEliminar¡Qué bien lo has resumido!, –ramalazo profesional, se llama–. Pues nada más que añadir, sólo que te mando un gran abrazo y las gracias por entrar.
EliminarOportunidades, como a todo hijo de vecino... pero vivimos momentos donde las exigencias físicas, a veces, demasiadas veces, están por encima de las intelectuales.
ResponderEliminarMicro que te hace pensar. Un me gusta, merecido y un beso.
Qué razón tienes, Rosy. "Se precisa personal con buena presencia intelectual; absténganse modelos y personas bien parecidas en general". Je, je, je... Bueno, tampoco es eso, ¿no?
EliminarMuchas gracias, Rosy, por tu comentario. Abrazos.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarExcelente relato, muy bien construido, mis felicitaciones por las piezas tan bien colocadas.
ResponderEliminarSaludos.
Qué maravilla de final y qué historia tan bien construida y tan redonda. Te felicito.
ResponderEliminar¡Besos!