Un día diferente
7.00h: Despertador.
7.15h: Café
7.30h: Ducha
7.45h: ¿Qué me pongo?
8.00h: Atasco
9.00h: Trabajo.
Y así un día, otro... Haría algo diferente, volvería a casa andando, así podría pensar. Debería dejar el trabajo y viajar por fin. Vivir. Cuando una rama de un árbol cayó en su cabeza.
20.07h: RIP.
7.15h: Café
7.30h: Ducha
7.45h: ¿Qué me pongo?
8.00h: Atasco
9.00h: Trabajo.
Y así un día, otro... Haría algo diferente, volvería a casa andando, así podría pensar. Debería dejar el trabajo y viajar por fin. Vivir. Cuando una rama de un árbol cayó en su cabeza.
20.07h: RIP.
¡Qué lastima tener la agenda tan llena y la ilusión tan vacía!
ResponderEliminarSiempre viene bien leer un relato como el tuyo para acordarnos de que tenemos que parar.
Un saludo, Raquel.
Gracias Margarita,
EliminarEsa era la idea, hay que dejar de procrastinar tanto y vivir más aquí y aahora, y sobretodo ser feliz.
Saludos,
Hola Raquel.
ResponderEliminarTu relato nos hace ver que los sueños hay que realizarlos cuando estamos a tiempo.
Lo malo es que las obligaciones y la rutina acaban ganando la partida más veces de la cuenta.
Interesante tu micro. De los que hacen pensar.
Un beso.
Pablo
Un micro genial, Raquel. La rutina se impone en nuestro día a día; ¿dónde está el espacio que tenemos que reservar para nuestros sueños?. Cuando nos demos todo se acabó y no los hemos podido realizar.
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