Un padre abnegado
Como todas las jornadas, el sicario llegó a su casa sin demasiadas ganas de conversación. Sus hijos le reprocharon lo exiguo de su salario, motivo de vergüenza para toda la familia.
Él les escuchaba en silencio, mientras cavilaba con pesar: quizá la solución sea llevarse algo de trabajo a casa.
Él les escuchaba en silencio, mientras cavilaba con pesar: quizá la solución sea llevarse algo de trabajo a casa.
Fino humor negro.
ResponderEliminarGracias Elisa por tu comentario. Un gran abrazo
ResponderEliminar¡Maldita crisis!
ResponderEliminarBuen ejercicio, Jerónimo. No es fácil acomodar ironía y crítica social en un micro y tú lo has conseguido. Felicidades.
Saludos
Gracias! Desde luego que los problemas llegan a todos los sectores y quizá los jóvnes no nos comprenden y nosotros no comprendemos a quienes nos precedieron. Al final hay que seguir adelante, aunque la opción del sicario no parece la mejor . Un abrazo
EliminarNo sé si el trabajo completo, Jerónimo, pero un escarmiento sí necesitan esos niños.
ResponderEliminarMe gusta esa doble vida que planteas con tanta naturalidad y lo bien que plasmas un ambiente tan plomizo.
Un saludo.
Es verdad que la educación de los niños a veces deja mucho que desear. el sicario quizá estuvo ocupado en otros menesteres y sus hijos salieron consentidos ¿serán recuperables? ¿y su padre? Tema para otro microrrelato Un abrazo Margarita
EliminarYo pensaba que el trabajo de los sicarios, tan frío y desagradable, estaría mejor pagado, pero parece que no, ya se ve que la crisis llega a todos los sectores. La solución puede ser, como ha pensado tu protagonista, que haga horas extras en casa, algo para lo que no tendría demasiado problema en cuando a aceptación familiar, no hay más que ver lo insensibles y exigentes que son esos angelitos que tiene por hijos, de tal palo tal astilla.
ResponderEliminarEl género negro llevado al mundo cotidiano con simpatía.
Un abrazo, Jero
Gracias Ángel. Yo quería sacar también el lado débil y hasta tierno del sicario que con una vida tan terrible es incapaz de mantener a raya a sus hijos. Espero que lo consiga sin trabajar más Un gran abrazo
EliminarCreo que debe acogerse a un ERE POR EXTINCIÓN. Luego, dada su experiencia, quizás algún desesperado le contrate. Motivos no faltan. Humor negro para un negro panorama.Saludos
ResponderEliminarGracias Juana! Ojalá todos los sicarios se reconviertan y tengan tiempo para que sus hijos sean menos caprichosos. Un abrazo
EliminarCon la frase del final me salió una casi risa. Con la situación, entre exagerada, irónica y algo cruel me vinieron a la cabeza los chistes de ¿Cuál es el colmo de...?
ResponderEliminarLuego al releerlo lo he visto todo bastante más negro.
Suerte ♣
Es verdad Esperanza. También quise poner algo de ternura. El sicario que se dedica a lo peor dominado por sus hijos insolentes.Un beso
EliminarFuerte, yo pensé que los sicarios cobraban bien...
ResponderEliminarIronía de la buena.
Me gusta
Gracias Rosy! No sé cómo están las tarifas pero como se ha comentado la crisis llega a todos los sectores. Me alegra mucho que te haya gustado. Un abrazo
ResponderEliminarHola, Jero.
ResponderEliminarMuy bien ejecutado el micro.
Quizá tu sicario deja todas sus fuerzas en el trabajo y ha malcriado a hijos caprichosos. Ahora está pagando las consecuencias.
También veo un lado metafórico. Es muy imaginativo el destinar ese oficio a tu protagonista, sobre todo para darle al micro tan brillante final, pero creo que se puede extrapolar a madres y padres que, absorbidos por su trabajo, no se han dado cuenta que nunca hay que bajar la guardia en lo que se refiere a la educación de sus hijos, y menos, en este mundo tan competitivo que vivimos, en el qque desgraciadamente es más importante lo que tienes, que lo que das.
Saludos.
Pablo
Gracias Pablo! Me gusta mucho ese punto de vista que sugieres y que te haya gustado el micro. Un abrazo grande
ResponderEliminarLas horas extras siempre han supuesto un alivio en casa. No va mal encaminado.
ResponderEliminarAbrazo.
Gracias Rafa por tu comentario. A ver si llega a buen puerto. Un abrazo!
ResponderEliminarCon esa idea que le rondaba por la cabeza a nuestro sicario, Jerónimo, más que "trabajar a domicilio" sería "trabajar en domicilio".
ResponderEliminarBuen microrrelato, con ese tono de humor negro y también con cierto trasfondo social.
Va mi "Me gusta" y mi enhorabuena.
Un saludo.
Gracias José Antonio. El violento dominado por sus chicos que valora hacer uso de sus capacidades para paliar el problema. Un abrazo
Eliminar¡Qué ingratitud la de los hijos! Difícil situación para el padre, que como decida tirar por la calle del medio va a acabar esto mal, muy mal.
ResponderEliminarMuy bueno Jerónimo.
Un beso.
Malu.
Gracias Malu! Es dura la vida de los padres -sicarios o no- Y qué paciencia tienen aunque no infinita... me temo. Un beso
ResponderEliminarEres muy grande Jero, y Orestes... estáis haciendo grandes programas. Como docente amante de Salamanca y su universidad y escritor estoy ansioso por leerte. Un abrazo !
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