Virus informático
Empecé a pensar en un nuevo relato. Y ante la pantalla en blanco sentí el vértigo de los saltos de página, la opresión de los márgenes y la fluidez viscosa de las sangrías.
Revisé las impresiones que podían justificar mi bloqueo y entonces lo vi claro. Me compré una pluma.
Revisé las impresiones que podían justificar mi bloqueo y entonces lo vi claro. Me compré una pluma.
Me encanta... Yo también prefiero la pluma, el lápiz y el papel en blanco... Pero me adapto jejejeej. Genial tu relato como siempre. Abrazos de domingo.
ResponderEliminarPor lo que te voy conociendo, Carmen, no solo te adaptas si no que eres generosa "esta noche y todas las noches". Gracias por tus papeles de colores y por ese abrazo festivo.
EliminarUn beso.
Margarita, como siempre genial. Desde el título, pasando por el juego de palabras informático, hasta el final con esa magnífica decisión de escoger el método que desde siempre ha funcionado y nunca falla. Que suerte tiene esa pluma de haber caído en tan buenas manos, y que hayas rescatado este relato de ese virus informático.
ResponderEliminarBesote.
Pablo.
Sin duda la suerte la tengo yo, Pablo, por tus comentarios siempre generosos que me ayudan a tirar de pluma, de lápiz con la punta comida o de una simple tiza y seguir intentándolo una y otra vez.
EliminarUn beso agradecido.
Cuando no queda otra, nos tenemos que adaptar a los tiempos... pasados.
ResponderEliminarEl título ya nos da un aviso, pero el desarrollo del microrrelato nos encauza hacia ese preciso momento en que lo vemos meridianamente claro: mejor recurrir al sistema operativo tradicional, es decir, al papel y a la pluma (nos valdría también un lápiz o un bolígrafo, pero la pluma como que tiene más caché artístico).
¡Bravo, Margarita! Hago clic en "Me gusta" y aprovecho para saludarte.
Lo has captado a la primera, José Antonio. Ese caché que nos da la pluma combina con todos los tiempos y funciona con cualquier versión de nuestro sistema operativo y, además, impregna nuestras letras de un valor artístico si somos capaces de darle el ángulo adecuado para su escritura fluida y evitar los temidos borrones de tinta.
EliminarUn placer saludarte y muchas gracias por tu comentario.
Buen relato, Margarita... Siempre se ha dicho que para el escritor la página en blanco es un reto.
ResponderEliminarSí, Pedro, un reto y a veces también una agonía. Sin embargo, también es un auténtico placer cuando se va quedando pequeña.
EliminarGracias por tu comentario.
Un saludo.
¡Eres la maestra de los juegos de palabras!
ResponderEliminarUn saludo con reverencia de sombrero de plumas, amiga.
Mi querida Patricia:
EliminarJugar así con las palabras es fácil; lo complicado es poner pelos de gato en el forro de la chaqueta de tu personaje alérgico con tanta elegancia que no se entera o construir un belén viviente macabro en el patio de vecinos, y tantas historias más que hacen que me quite el sombrero cada vez que te leo.
Un beso de aprendiz.
A mí me encantan las plumas, además, no tienen virus, pero no hay más remedio que ir con los tiempos.
ResponderEliminarUn abrazo, Margarita
Las plumas tienen un "no sé qué" que enamoran y, aunque caminemos de la mano de los tiempos, ahí están ellas, altivas y cercanas, elegantes y dispuestas siempre a tatuar nuestras historias sobre el papel.
EliminarTú, Ángel, puedes escribir con lo que quieras.
Gracias por tu comentario.
Un abrazo.
¡Ah, cuántos peligros acechan tras la pantalla del ordenador! Yo por si acaso, nunca pulso el "escape".
ResponderEliminarBien contado, Margarita.
Saludos cordiales
Eres muy valiente, Notincgas. Hay días que tengo que atarme los dedos para no presionar el "escape" de forma compulsiva y salir corriendo ;)
EliminarMuchas gracias por tu agradable comentario.
Saludos.
Margarita... lo que no sé si recuerdas es que "a pluma" había que saber escribir. No era como con el lápiz o el bolígrafo. Había que darle una ligera inclinación y escribir con rapidez si no... salían borrones. Si te detenías era mancha segura. Pero, aún así, me gusta tu solución. Escribir rápido y limpio, como lo haces tú, dándole alas a la imaginación.
ResponderEliminar¡Qué recuerdos, Salvador! Lo has explicado a la perfección. Sin embargo, a pesar de sus inconveniencias, siempre he sido una entusiasta de las plumas y he llegado a reunir un buen puñado de ellas. Ahora, de vez en cuando, entre tecla y tecla, les saco brillo y pruebo ángulos nuevos.
EliminarEncantada de leerte y de saludarte, y muy agradecida por tu cariñoso comentario.
El pánico a la hoja en blanco expresado de otra manera con un sorpresa final. Enhorabuena y suerte
ResponderEliminarMuchas gracias, Jerónimo. Tienes razón, el pánico es el mismo independientemente de que sea un papel o una pantalla sin estrenar lo que tengamos delante. Lo bueno es encontrar la forma de terminar con ese miedo y ahogarlo con buenas historias.
EliminarUn saludo.
Ay, Dios mío... En más de una ocasión he sufrido ese virus y... ¡Qué mal se pasa! Lo peor de todo es que no hay remedio posible para paliarlo, sólo el tiempo, la paciencia y la inspiración lo curan.
ResponderEliminarUn beso y un me gusta grade.
Malu.
Estoy segura de que lo has sufrido, Malu, aunque cuanto más te leo, más difícil resulta creerte. Alabo tu paciencia y tus buenas ejecuciones con esa inspiración.
EliminarVamos a ver si con el tiempo hacemos una buena receta "con un par de fogones".
Un beso agradecido.
Se puede usar como recurso transitorio o como solución definitica. Lo importante es no pararse. Un hombre de mi pueblo pasó media vida "escibiendo" de memoria. Cuando la concejalía de cultura le proporcionó a alguien para que pasara a papel tolo lo que guardaba su cabeza, fue como hacer click en "imprimir archivos".
ResponderEliminarMuy buen planteamiento, Margarita, y tan bien escrito como siempre.
Suerte y saludos.
Enrique.
¡Qué delicia escuchar a esos hombres tan sabios! Y qué bonita expresión: escribir de memoria.
EliminarPor desgracia, cada vez son menos los que tienen la memoria llena de historias listas para ser contadas, solo a falta de una buena pluma o, como dices tú, de un click dispuesto a escucharlas y pasarlas a limpio.
Contigo no hay problema, siempre estás dispuesto a recoger nuestras letras y hacer una buena lectura de ellas. Muchas gracias por la parte que me toca.
Un saludo.
Muy ingenioso, Margarita. Has conseguido un relato redondo con estupendos juegos de palabras. Enhorabuena, suerte y saludos.
ResponderEliminarMuchas gracias, Juana. Si bien es cierto que los avances informáticos pueden contagiarnos algún virus, también es verdad que nos facilitan los juegos de palabras.
EliminarUn saludo.
Llega un momento que olvidas manejar un bolígrafo -tan agarrados al ordenador que estamos- y a veces entra la duda si algún día tendremos que volver a los cuadernillos de 'Rubio'. Pero lo peor es esa temible página en blanco que a veces nos blanquea la mente, como un mal sueño. Sea en papel, sea en la pantalla.
ResponderEliminarGenial micro, Margarita, con tus originales juegos de palabras.
Suerte y un abrazo.
¡Ay esos cuadernos de Rubio que repasábamos con nuestros lapiceros de punta blanda, en mi caso con más tesón que acierto! En esos años no pensábamos en la hoja en blanco y el protagonista de nuestras pesadillas llevaba un saco a la espalda en el peor de los casos.
EliminarY aquí estamos ahora, María Jesús, con la lección bien aprendida y la mente abierta a todos los colores.
Muchas gracias por tu comentario. Un abrazo.
Es verdad, Margarita, no hay nada como tener un cuaderno y un boli siempre cerca para poder plasmar las ideas que se presentan sin avisar. Sentarse delante de una pantalla y esperar a que lleguen las musas es un poco aterrador. Un saludo.
ResponderEliminarSí, Matrioska, es genial esa libretilla que suele acompañarnos "por si las musas".
EliminarY una buena idea para regalar.
Un saludo agradecido.
Aunque debo reconocer que, en mi caso, he sucumbido a las teclas, me ha encantado tu relato. Me parece perfecto. Enhorabuena!!!
ResponderEliminarSaludos!
Creo que a las teclas hemos sucumbido la mayoría porque la tentación es demasiado grande y está por todas partes. Lo importante es el resultado final y en esta página ya ha quedado demostrado que, aunque no usamos pluma, nunca la dejamos en blanco.
EliminarGracias y un saludo.
Las musas no se me acercan (¿?) si no estoy frente al teclado, aunque a veces ya tenga la idea, o esté inspirada, necesito de él, para plasmarlo, como que no me hallo si lo hago con un papel y un boli. Sin mi teclado posiblemente no escribiría, así que no me ataquen los virus.
ResponderEliminarBuen micro. Un beso. Un me gusta.
Pues nada, Rosy, a mimar ese teclado como si de la mejor de las plumas se tratase, y una buena vacuna que impida las infecciones.
EliminarMil gracias por tu comentario.
Un beso.
Pero de verdad te pasan esas cosas cuando te pones a escribir? Parece un deporte de alto riesgo eso de escribir en 50 palabras...Adicta a la adrenalina, eso también me gusta, como el relato.
ResponderEliminarUffff, Conductor, mejor no preguntes.
ResponderEliminarTus "me gusta" me gustan mucho. Mil gracias y un cordial saludo.
Desde que comencé a leerte he alucinado con la facilidad que tienes para hacer juegos de palabras. Primero me quedé con la boca abierta con tus brevísimos de Twitter y ahora me sucede con tus 50 palabras. Es increíble cómo elijes, cómo hilas y cómo das sentido a los términos. No puedo más que quitarme el sombrero.
ResponderEliminarBesos malabaristas.
Gracias, contorsionista de la imaginación. Vamos a darnos un tiempecito y pensamos si montamos un circo, ¿te parece?
EliminarUn beso, María.