A mis años
Cincuenta años después de todo lo que estudié —Bachiller Superior con dos reválidas, Licenciatura de cinco años, máster y tesina, con libros y clases magistrales—, no me sirvió para nada. Ahora soy un analfabeto. Ni para entrar al Facebook. Tengo que matricularme en la escuela de adultos, ¡a mis años!
De analfabeto nada, Gil. Con tu permiso diré a tu personaje que sabe escuchar sin tener un móvil entre las manos, jugar a las cartas o al dominó con sus amigos, sabe aprovechar el tiempo paseando por los parques en vez de perderlo frente a una pantalla y disfruta con el tacto de un libro y su olor a papel, porque la tecnología aún no le ha quitado el placer de lo tangible.
ResponderEliminarVa mi me gusta. Bien contado.
Pablo.
Gracias Pablo me gusta tanto el olor del libro como el sabor de las palabras. A veces con los oídos recorro el camino de la tinta porque los ojos se me están desmandando un poco... bueno bastante. pero se supera. GRACIS POR TU COMENTARIO
EliminarA ver, que pa entrar en el feisbuk solo hace falta ... anda, pero si yo no lo uso, y tengo menos de 70 !!!
ResponderEliminarA lo mejor es que resulta mas interesante darle a la rueda mientras OBSERVAS por el retrovisor las escenas que ocurren en tu vehículo para luego contarlas tan bien solo con cincenta palabras. SALUDOS Y GRACIAS por tu omentario,
EliminarEscribo este comentario con lágrimas en los ojos ya que me encuentro en la misma situación, pero sin tener aún la licenciatura... Encima ahora le llaman Grado, que mola, pero menos.
ResponderEliminarUn abrazo, Gil.
Muchas gracias Joaquin, pero no creo que hagan falta las lágrimas, por echar de menos el acceso a lo masivo, tal vez tampoco por el grado ni la licenciatura de las de ahora... solo que nos quedamos un poco al margen de esta comunicación tecnológica, pero me gusta mas jugar al dominó. Tal vez los años, como las máquinas, nos van adelantando, pero pienso en la segunda ley de la termodinámica.... gracias por tu comentario.
EliminarLa tecnología es el futuro, pero sin pasado no existimos. Encontrar el equilibrio es la sabiduría, creo. No estoy de acuerdo contigo Gil, sobre ese concepto del analfabetismo. Yo no uso muchas tecnologías de hoy, porque no quiero o no las necesito, cuando me sean útiles las aprenderé y desde luego no me considero analfabeta. Me encanta el tacto del papel de los libros y también me gusta el photoshop cuano retoco fotografías. Ánimo que tú puedes
ResponderEliminartendré que coger un tren para seguirte, aunque tenga los vagones de madera y la máquina de vapor en marcha, pero a ver si se ven algunos relatos tuyos mas por aquí, que son muy buenos. Gracias por tu comentario.
EliminarJosé María, cuando he leído tu micro pensaba decirte que ese "analfabetismo" del que hablas es cíclico: a nuestros padres les pasó lo mismo con nuestras reválidas y tesinas y...; y también iba a decirte que, gracias a los conocimientos e investigaciones de las generaciones anteriores, las nuevas pueden disfrutar de los avances actuales, así que algo hemos hecho bien. Pero ahora que he leído tus respuestas a los comentarios de los compañeros, ya no voy a contarte nada de eso. Y es que, si tus cincuenta primeras palabras me habían gustado, con las siguientes me has conquistado.
ResponderEliminarUn saludo.
Después de esto solo cabe darte las gracias y esperar a que tu publique algo y poderlo comentar. Pero obras son ... y solo me queda escribir. Voy a a ello. SALUDOS
EliminarCuando no se sabe jugar con una máquina se juega con las palabras, con los seudónimos con las ironías y las metáforas... es una forma de crear. Eso es lo importante, porque nos sobrepasa.
ResponderEliminarGracias por tu comentario.
La tecnología está hecha para facilitar la labor del hombre, aunque pueda parecer que a veces se la complica. Estoy convencido de que tu personaje, tan cultivado y brillante, acabará por saberse manejar, siquiera mínimamente, en ese mundo tan tornadizo para el que no fue preparado, en primer lugar por él mismo, y en segundo lugar por una cuestión de comunicación. Detectar las propias carencias que todos tenemos y señalarlas es el primer paso para superarlas. Al margen de todo ello, que no nos quite ninguna pantalla el olor de un libro. Seguro que hay espacio y momentos para todo.
EliminarUn abrazo, José María
Estaba yo por estos lares buscando una conexión porque echaba ya de menos tu comentario. Gracias Ángel. Tengo que aprender a ser mas joven para enseñarle a mi personaje como se entra en estos berenjenales... A lo peor eso ocurre cuando me derrote el síndrome de Peter Pan.
EliminarSALUDOS Y A ESCRIBIR
José María, yo creo que todo lo que estudió tu protagonista le debió servir para mucho. Ahora bien, entrar en Facebook es muy sencillo, todo es cuestión de ponerse y tener ganas.
ResponderEliminarUn beso, me alegra leerte.
Malu.
Muchas gracias por tu comentario. Malu, a veces los protagonistas de los relatos no son mas que sombras en el espejo, y las sombras no saben moverse en lo complejo de la informática.
EliminarBesos y recuerdos de la hija del ferroviario.
Un beso fuerte para la hija del ferroviario, dile que se la echa de menos.
EliminarEspero veros en una futura quedada.
Y mucho ánimo con la informática, facebook, twitter y lo que se ponga por delante.
viva tu optimismo contagioso. Seguiremos en la brecha pese a las fronteras de la técnica....¿Y si se va la luz, que hacemos? Se nos ha olvidado coger la pluma estilográfica
EliminarDice un proverbio chino: "Vivir hasta viejo, estudiar hasta viejo" (entendiendo por "viejo" el momento en que cierta señora portadora de una guadaña viene en tu búsqueda) y así es, créeme, porque a mi edad no sólo sigo estudiando, sino que no recuerdo haber dejado de hacerlo nunca. ¡Ojo!, y no es porque cateara, ¿eh? ;)
ResponderEliminarSuerte con tu micro. Al resto (el face y tal) enseguida le pillarás el truquillo.
Un saludo.
No tengo ni idea de cuando voy a llegar a viejo. Creo que esa es una etapa que se da en los que ya no tienen proyectos y a mi me sobran, además tengo el síndrome de Peter Pan. Quiero seguir creando hasta que la sangre y la tinta se agoten mi8 tintero. GRACIAS POR TU COMENTARIO
EliminarEso mismo me dije yo hace un par de años: "¡A mis años!". Y eso mismo me sigo diciendo hoy por hoy. Luego de estar casi veinticinco años trabajando en diferentes puestos, me vi parado y sin perspectivas a corto plazo. Y me puse a estudiar un ciclo superior de formación profesional relacionado con la industria alimentaria, algo que nada tenía que ver con mi formación universitaria (filólogo en hispánicas) ni con mi experiencia profesional. Y de la noche a la mañana, tras dos años de estudios con veinteañeros, me descubro enfundado en una bata blanca (que me sienta como a un santo dos pistolas) haciendo análisis microbiológicos y fisicoquímicos en un laboratorio de seguridad alimentaria. Y ahora, ¡de becario! (¡a mis años!) en un centro dedicado a la investigación y experimentación en conservas vegetales, procesando distintas verduras y frutas. Eso sí, me desenvuelvo con cierta soltura -eso creo- en el manejo del Facebook.
ResponderEliminarLo importante, Gil Hernando de Santiago, es aprender, porque eso no nos lo quita nadie. Así que ánimo.
Por lo pronto va mi "Me gusta" aquí (y también en la página de Facebook de Cincuenta palabras).
Un abrazo entrañable.
Si eres capaz de analizar desde el punto de vista bioquímico y filológico los relatos, estudiare con detalle tus comentarios, por si entre col y col se me pierde una lechuga, muchas gracias por tus palabras, y seguiré tu ejemplo. Un abrazo
EliminarAunque tarde, mi comentario positivo.
ResponderEliminarPor mucho curriculum que hayamos acumulado, siempre hay que aprender.
Lo has reflejado estupendamente en tu relato.
Suerte, José María
Solo espero que no me suspendan ni en la Escuela de Adultos ni en la Academia de las 50
Eliminargracias. Bsosddd
Sólo te digo lo que sólo me ha salido al leerlo:
ResponderEliminar¡Llevas razón!
Un saludo, un me gusta y un ¡ánimo! para que no te desconectes de esta vertiginosa vida, aunque para ello tengamos que apuntarnos a la escuela de adultos.
Gracias por tu comentario y por tu apoyo. Ya somos dos para fomentar el estudio de la Academia. Procuraré no suspender, aunque en este caso me gusta copiar a los maestros, en su sabiduría y genio, naturalmente, no plagiar.
EliminarSaludos.