Caperucita y el lobo
—Eres Caperucita Roja —me dijo con una sonrisa distante.
—Y tú eres el lobo —respondí un tanto fría y ausente.
—El lobo no. El cazador.
Me contestó apartando su mirada, como si no pudiera soportar el peso de lo que ambos sabíamos que había terminado sin necesidad de más palabras.
—Y tú eres el lobo —respondí un tanto fría y ausente.
—El lobo no. El cazador.
Me contestó apartando su mirada, como si no pudiera soportar el peso de lo que ambos sabíamos que había terminado sin necesidad de más palabras.
A ver si lo entiendo. Caperucita espera a alguien para salir el fin de semana. Pero, en lugar de su pretendiente aparece el cazador, es decir otro que no le interesa tanto, y para darle largas le llama por el nombre de Mr. Lobo. Y aquí acaba todo porque uno capta la indirecta y la otra sigue esperando al que, en este cuento, brilla por su ausencia.
ResponderEliminarPor cierto se esperaba la segunda parte de tu penútima historia. Seguro que para más adelante, esperemos...Pero creo que me gusta más este relato (al menos bajo mi interpretación) porque el otro me sigue dejando a medias, hay muchas dificultades para conocer la identidad del/la protagonista.
¡Muchísimas gracias por tu comentario! Pero ahora vayamos por partes.
EliminarComo ya dije en uno de los comentarios a mi anterior relato, en mi opinión cada relato tiene tantas interpretaciones como lectores lo lean, así que no hay interpretaciones correctas o incorrectas, cada lector hará la suya propia y esta será válida, aunque sea diferente de la lectura que yo hago de mi propio relato. Creo que la magia de la literatura se encuentra ahí, en la creación de realidades diferentes por parte de cada lector.
Ahora bien, si lo que interesa es conocer mi propia interpretación, ahí va. Entre Caperucita y el lobo ha habido algo, pero llevan un tiempo sin verse por avatares del destino. Cuando se ven, ambos se dan cuenta de que lo que había entre ellos se ha apagado, es decir, que les pasa eso de "me gustabas, pero ahora que te veo otra vez me doy cuenta de que no", de ahí la distancia y la frialdad en los gestos y en las palabras que ambos intercambian. Después, el lobo lo corrobora diciendo "El lobo no. El cazador", es decir, le dice a Caperucita que está en posición de buscarse a otra, de ahí que no hagan falta más palabras para dar esa historia como acabada por completo.
En cuanto a mi anterior relato, digo lo mismo que antes, que cada uno lo interprete como lo quiera interpretar :) pero como no eres la primera persona que me pide una continuación, quizá escriba una segunda parte. Pensaré en ello y si las Musas me visitan de nuevo con esa idea, me pondré manos a la obra.
Un saludo y muchas gracias por tus palabras,
Virginia
Lo que yo digo, una cosa es lo que a uno le parece y otra lo que realmente es. Gracias por el empujón.
ResponderEliminarAh, en realidad soy el que pidió esa segunda parte, lo que pasa es que cambié el nombre, así estoy más cómodo. No quiero obligar a que nadie escriba segundas partes, digamos que es una expresión recurrente cuando el relato esconde algo más de lo que a primera vista parece, como el tuyo y algunos otros (Te recomiendo que leas "Realidades opuestas" de Rosy Val, y las opiniones del público. Una pena que no esté entre los 8 primeros del mes). Sólo me interesa que en ciertos relatos me den la perspectiva del autor.
Gracias en cualquier caso
Por cierto, imagino que no me has dado una interpretación, como has escrito arriba, si no que me has dado la versión oficial. Eso espero...
Eliminar...y que salga la 2ª parte...
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