El día siguiente
Fue noche de pesadillas horribles, que jamás había tenido.
El sol en la ventana iluminó la habitación. Se dio la vuelta, buscando con la mano el roce de su mujer. No estaba. Se levantó. Buscó en el salón, la cocina... Y entonces recordó haber estado de funeral el día anterior.
El sol en la ventana iluminó la habitación. Se dio la vuelta, buscando con la mano el roce de su mujer. No estaba. Se levantó. Buscó en el salón, la cocina... Y entonces recordó haber estado de funeral el día anterior.
Coincido contigo en lo duro que es "el día siguiente", Ángel. Despiertas con la sensación de que todo ha sido un sueño y abrazado a esa esperanza tan estéril como inevitable de que, con la salida habitual del sol, nosotros vamos a recuperar nuestros hábitos cálidos a su lado.
ResponderEliminarUn saludo.
Ok. Margarita. Gracias por tu comentario. Un saludo.
EliminarDicen que si a alguien le amputan un miembro sigue sintiendolo durante un tiempo. Lo mismo ocurre con nuestros seres queridos. Un abrazo, tio Angel. ;)
ResponderEliminarHola, Sobrino, llevo unos dias intentando contestar y perdi la pista de como hacerlo. Mi relato, pensado en nuestro amigo común Enrique, nos recuerda tambien algunos casos mas cercanos.Un abrazo.
EliminarEstimado Ángel, las personas queridas nunca mueren pues las mantenemos vivas en el recuerdo, pero mientras nos damos cuenta, que dura se hace la ausencia.
ResponderEliminarUn buen micro el que nos has regalado.
Saludos
Pablo
Hola Pablo, El regalo es para mi, saber que a alguien le pueda llegar mi mensaje, que está al alcance de cualquiera, cuando menos se lo espera y que como dices. "Que dura se hace la ausencia". Gracias y un cordial saludo.
EliminarToparse con la realidad... y aprender a vivir sin ella.
ResponderEliminarBuen micro.
Saludos.
Hola Ros., Gracias por tu comentario, la triste realidad, que nadie espera y que a cualquiera le puede pasar. Un saludo.
EliminarQue amanezca un nuevo día y la ausencia no haya sido un mal sueño, sino una realidad con la que no queda más remedio que lidiar; perder a quien ha sido tu compañera, esa persona con la que decidiste, de mutuo acuerdo, compartir tu vida, no debe de ser nada fácil, Tu relato me ha hecho volver a visualizar experiencias similares de personas muy cercanas y queridas, eso dice de tu texto, como poco, que tiene la virtud de estar pegado a la realidad.
ResponderEliminarUn saludo
Hola Angel, Lamentablemente, mas cerca o mas lejos, es raro no tener un caso similar, y siempre, cuanto mas cerca, mas dificil.Gracias por tu comentario. Un saludo.
EliminarDuro e intenso. Has conseguido arrancarme la sensación que seguramente pretendías.
ResponderEliminarUn saludo
Antonio, en estos tiempos tan cargados de injusticias, malos comportamientos, mentiras, etc. a las personas sensibles se les puede llegar con algo tan natural como la vida misma. Gracias por comentario. Un saludo.
EliminarUn "día siguiente" que dura muchos días, incluso años... y, en ocasiones, hasta toda una vida. Excelente relato.
ResponderEliminarUn saludo.
Llevas razón, fina, no solo el dia siguiente, en algunos casos, puede ser para toda la vida. Me gusta la ampliación que haces, con fino razonamiento. Un saludo y gracias.
EliminarVerdad que sí, que se hace dura, muy dura, la ausencia de alguien a quien te habías acostumbrado a ver. No solo esa sensación se produce con familiares directos, sino también con personas cercanas, esas a quienes un día saludas y otro ya no las ves.
ResponderEliminar¡Buen microrrelato, Ángel! Va mi "Me gusta" y mi enhorabuena.
Saludos.
Gracias, José Antonio, llevas razón, a veces no tienen que ser familiares directos, las personas estamos unidas por montones de causas, trabajo, amistad, actividades etc. Y en cualquier caso la ausencia es irreparable. Gracias por tu comentario. Un saludo.
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