El extraño caso del inspector Clyde
Clyde era inspector de policía. Cuando su oscuro emergía, el asesino actuaba. Durante toda su vida las dos personalidades habían coexistido. Había luchado hasta la extenuación contra su yo perverso; no podía más.
Cuando la noche empezó a dominar al día, se enseñó su placa, se esposó y se detuvo.
Cuando la noche empezó a dominar al día, se enseñó su placa, se esposó y se detuvo.
¡Grande!
ResponderEliminarGrandes siempre tus comentarios y ánimos. Muchas gracias, Patricia. Un abrazo.
EliminarSalvador, tu Inspector, además de tener esa doble personalidad, tiene un alto grado de responsabilidad, tanto que ha conseguido detener al criminal que lleva dentro. Me imagino que él mismo será el guardián de su preso cuando esté encerrado en su celda.
ResponderEliminarQue originalidad encierra ti micro. Me ha gustado.
Saludos.
Pablo.
Pablo, no siempre es así, pero esta vez el bien ha vencido, y tienes razón, no hay mejor carcelero que él mismo. Muchas gracias por tus palabras. Un abrazo.
EliminarPuestos ya, Salvador, imaginémonos por un momento una tercera personalidad: la del Sr. Juez... ¡Y que se juzgue él mismo! Quizás se absuelva o se condene.
ResponderEliminarGran microrrelato para desmitificar todo un clásico.
Va mi "Me gusta" y mi sincero reconocimiento porque tu relato es de los buenos buenos.
Un saludo.
José Antonio, la idea me parece estupenda, y ya puestos una cuarta personalidad para que se ejecute la pena de muerte él mismo, jajaja. Muchas gracias por tu comentario. Un abrazo.
EliminarMuy bueno, Salvador, lastima que en esta página no entren muchos del orden público que estan vendidos a la corrupción y ayudando a delicuentes. A lo mejor podrian enderezar su camino y ayudar a la sociedad. Un saludo.
ResponderEliminarLos corruptos solo tienen una personalidad que intentan disfrazar con una buena imagen. Muchas gracias por tus palabras y reflexión. Un abrazo.
EliminarQue el inspector haya podido con el asesino y no al revés le dará una segunda oportunidad a tu personaje. Me ha gustado el relato, Salvador. Un abrazo
ResponderEliminarJoaquín, creo que al final su vocación y su buena conciencia han podido con su gen oscuro. Muchas gracias. Un abrazo.
EliminarUn Jekyll y Hyde, en toda regla. Qué buen micro... con un final muy agudo.
ResponderEliminarUn abrazo, Salvador.
Rosy, cierto, ha sido mi pequeño homenaje al clásico. Muchas gracias y un abrazo.
EliminarEl bien venciendo al mal. ¡Me gusta! Suerte, Salvador.
ResponderEliminarUn saludo.
Fina, muchas gracias, me alegra que te haya gustado. Un abrazo.
EliminarMuy bien explotado ese lado oscuro que, sin duda, todos tenemos, aunque tu inspector-delincuente en grado extremo, como también le ocurre con el lado bueno. No es fácil narrar de una forma aparentemente sencilla un tema tan profundo como la dicotomía humana, nada menos, pero tú lo has hecho.
ResponderEliminarUn abrazo, Salvador
Es cierto, Ángel, una dicotomía que nuestra conciencia nada maniqueísta tiene que gestionar. Muchas gracias por tus palabras. Un abrazo.
Eliminar¡Qué levante la mano quien no tenga un poquito de Jekyll y Hyde! (Sólo un poquito), todos tenemos nuestro lado oscuro, no tan exagerado como tu protagonista, pero lo tenemos, no?
ResponderEliminarMuy bien contado Salvador, un beso.
Malu.
Malu, cierto, nuestra conciencia tiene claroscuros, pero sin llegar al negro, jajaja. Muchas gracias y un abrazo.
EliminarUn micro muy original, Salvador. Ahora habrá que esperar que, con la luz del día, el lado bueno no se deje engatusar de nuevo por el lado oscuro. Un saludo.
ResponderEliminarMatrioska, esperemos que el dominio del bien sea total, aunque por si acaso se esposó, jajaja. Muchas gracias y un abrazo.
EliminarMe ha gustado tu desarrollo, Salvador. No es fácil describir la dualidad que nos conforma y que ha veces resulta incompatible.
ResponderEliminarUn saludo.
Antonio, al final somos la suma de nuestros comportamientos, simplemente no hay que llegar al extremo del protagonista. Muchas gracias y un abrazo.
EliminarDe nada, salvador y perdón por el lapsus de la h. Mejor 'a veces'.
EliminarMe pregunto, Salvador, que ocurrió justo antes de esa noche para que tu inspector, al fin, se decidiera a ponerse las esposas. Me lo pregunto sabiendo que no vas a contestarme porque tus letras tienden a crear interrogantes. Y eso me gusta.
ResponderEliminarUn saludo.
Margarita, el protagonista muchas veces ha intentado detener a su Hyde particular, pero es una personalidad poderosa y él lo sabe; su fuerza mental no es suficiente y tiene que recurrir a las esposas. Muchas gracias por tus palabras. Un abrazo.
EliminarPara enfrentar cualquier circunstancia destructiva en nuestra vida; hay que recurrir a la fuerza de voluntad, si estamos dispuestos a vencer a ese otro yo que nos domina. Es bueno que tu protagonista haya podido derrotar a su lado oscuro. Buena historia, Salvador, bien contada.
ResponderEliminarSaludos.
Beto, tenemos las bases, como son la educación, el raciocinio, la integridad, pero, como tú bien dices, la voluntad de elegir el camino correcto es lo principal. Muchas gracias y un abrazo.
EliminarA pequeña escala, todos tenemos que lidiar con ese delincuente y, de tanto en tanto, ponerle en el calabozo, a pensar. Lo difícil, a veces, es aprender a perdonarle.
ResponderEliminarSi estas reflexiones me las ha suscitado tu relato, sin duda es un buen micro.
Saludos cordiales
Interesante reflexión la tuya que, sin duda, enriquece el relato. Muchas gracias por tus palabras. Un abrazo.
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