Prometeo encadenado
Un olorcito a humo llegó hasta su piedra. "He salvado a los hombres", suspiró aliviado. "Vale la pena soportar a diario los mordiscos de esta ave rapaz". Mientras meditaba éste y otros tantos pensamientos en su inhóspito páramo, miles de huestes incendiarias se debatían a muerte por culpa del fuego.
Muchos castigos tuvo que soportar Prometeo por devolvernos el fuego, pero tu relato deja muy claro que no hemos sabido hacer un buen uso de él. Una buena metáfora.
ResponderEliminarUn saludo, Paulo.
Para uno que tenía fe en los mortales… Ahora que si no llega a ser por el fuego hubiese sido por cualquier otra escusa, el caso es guerrear. Como te ha dicho Margarita, es una buena metáfora. Buen micro, Paulo. Un saludo.
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