Provocación imperdonable (Homenaje a Max Aub)
Como un caño. Se oía el chorro de aquel colega en el retrete vecino. Encima salió silbando, ¡sin tirar de la cadena! No tuve más remedio que hacerlo. Hubiera sido imposible con las papeleras antiguas, pero estas de acero inoxidable son resistentes. Recuérdenme que felicite al Secretario por su adquisición.
Por descontado que a primera vista tu relato está muy bien, material de primerísima calidad, pero me pierdo cuando dice tu protagonista que no tuvo más remedio que hacerlo..., y hacerlo con una papelera de las nuevas...que ha pasao!?!?! Que le hizo a la papelera...??? y al colega...
ResponderEliminarHabrá segunda parte...?!?!?
ResponderEliminarCon permiso... yo entiendo que la papelera se la parte en la cabeza, o algo parecido... pero lo que no entiendo es por qué. Tiene envidia del "caño" del susodicho?
ResponderEliminarEsa es mi duda... más que nada porque el título así me lo sugiere...
Saludos.
Reconozco mi ignorancia: no había oído hablar de Max Aub, así que he buceado un poco para conocer algo sobre él. Parece que en las cafeterías usaba las papeleras como sombreros icónicos e irreverentes. Quizá, ante el poderío del vecino de retrete, lo que hizo fue quitarse el sombrero. Aún así, ese Secretario...
ResponderEliminarAlfonso, espero que, a diferencia de tu título, tú sí me perdones no llegar al fondo de tus palabras.
Un saludo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarLos personajes de Max Aub matan por cualquier motivo, por ejemplo:
Eliminar“¿Usted no ha matado nunca a nadie por aburrimiento, por no saber qué hacer? Es divertido.”
Este homenaje me parece muy bueno, como en los “Crímenes ejemplares”, Alfonso transmite muy bien la misantropía y lo absurdo del personaje. Lo mata con la papelera porque le molesta el ruido que produce el chorro del individuo al orinar. Buen micro,
Saludos.
Es un homenaje a "Crímenes ejemplares" de Max Aub, un librito magnífico, muy citado como uno de los precursores modernos del actual microrrelato. ¡Lo has clavado, Beto!
EliminarPD: Pero olvidas que aquel compañero de trabajo, encima, ¡no tiró de la cadena...!
Más allá del absurdo, la cuestión es que hay personas que, por el motivo que sea (envidia, desesperanza, rencor...), odian la felicidad de los otros. Es triste, pero es así.
ResponderEliminarBuen relato, Alfonso.
Saludos
Si es que los hay que parecen que disfrutan provocando al personal, oye (je, je, je). Me ha encantado este excelente homenaje. Suerte, Alfonso.
ResponderEliminarUn saludo.