Concentrado
El caos revolvía cada vuelta del tambor de la lavadora. Lo blanco se mezclaba con el color y un sonido atronador ocultaba el griterío de risas infantiles en la cocina. Mientras, yo intentaba mantener el equilibrio, preguntándome si salvaría alguna de mis siete vidas, cuando la máquina terminara la colada.
Si la han puesto en lavado rápido, lo mismo salva alguna. Lo malo que lo hayan puesto en lavado caliente.
ResponderEliminarEso sí, tras el centrifugado va a salir con lustre, siempre que salve alguna de esas siete vidas.
Dicen que la curiosidad mató al gato ¿no estaría mirando dónde no debía en el momento menos oportuno?
Muy divertido.
Saludos, Jero.
Pablo
Gracias Pablo! Un abrazo
EliminarFresco y divertido relato, muy bueno.
ResponderEliminarSaludos.
Me alegra que te haya gustado Beto. Hasta pronto!
EliminarSupongo que la cosa iba a depender de a cuántas revoluciones estuviese puesto el programa de centrifugado. ;) Un micro muy visual, Jerónimo. Un saludo.
ResponderEliminarGracias Matrioska! y revolucionario!
EliminarSi supiera que luego los niños tienen previsto meterle en la secadora...
ResponderEliminarMuy bueno Jero.
jajajaja espero que huya enseguida! Un abrazo Rafael
EliminarAhora entiendo lo de que la vida da muchas vueltas, muchas más si se tienen muchas. Seguro que esto ya ha pasado más de una vez y no hay que descartar que vuelva a suceder,
ResponderEliminarUn abrazo, Jero
Gracias Ángel. Espero que lo de las siete vidas se base en la realidad gatuna, por la supervivencia de la especie. Un abrazo
EliminarCosas de niños jejeej. ¡Me gusta!
ResponderEliminarGracias Carmen! Un beso
EliminarYa lo siento por el gato, pero a mí se me acaba de escapar una buena carcajada. ¡Bravo!, Jerónimo.
ResponderEliminarUn saludo.
Me alegra mucho Fina. Un beso
Eliminar¡Guau! o mejor dicho ¡Miau! Qué historia más estupenda. Confiemos en que más allá del mareo y del disgusto, nuestro amigo no haya sufrido daños mayores.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias Notincgas! ¿una segunda parte ya fuera de la lavadora ? Quién sabe! Un saludo afectuoso
EliminarEl gato que está triste y azul... siete vidas para siete vueltas. Que buen relato. Enhorabuena.
ResponderEliminarNecesitará más para superar el centrifugado :) Un abrazo José María
EliminarMuchísimas gracias a todos por los comentarios. Disculpad la demora y la respuesta global. Hay épocas que uno anda como el gato del microrrelato. Un gran abrazo para todos
ResponderEliminarMe gustaría que este gato conservara alguna de sus vidas para poder seguirlo en alguna otra aventura. Podría ser el comienzo de una saga.
ResponderEliminarEnhorabuena Jerónimo, un abrazo.
Gracias Juancho. Me apunto la idea a ver si sale algo bueno de la lavadora. Un abrazo
EliminarSolo se me ocurre decir: ¡Pobre gato!
ResponderEliminarVa un "Me gusta" que se acompaña de una sonrisa... Eso sí, solidaria con el animal, que tampoco es necesario hurgar en la herida.
Un abrazo, Jerónimo.
Muchas gracias José Antonio! Gracias por tu comentario, tu sonrisa y tu solidaridad. Un abrazo fuerte
EliminarA mi me ha gustado mucho. Enhorabuena.
ResponderEliminarGracias Miguel. Un abrazo
ResponderEliminarPobrecito!!!
ResponderEliminarSeguro que un gato tan reflexivo seguirá adelante! Un abrazo
EliminarJerónimo, siempre se ha dicho que la vida da muchas vueltas, jajaja, Coincido con los compañeros, aún le quedan seis vidas, seis historias tan originales como esta. Un abrazo.
ResponderEliminarqué presión! prometo una segunda parte :) Un abrazo
EliminarDigo yo que quién le manda al gato meterse a la lavadora si es que ha sido él o ¿quién o quiénes lo han metido ahí? Quizá esos niños traviesos que gritan el la cocina.
ResponderEliminarMuy original con esas vueltas de lavadora o de la vida y las 7 vidas del gato.
Besos.
Malu.
Gracias Malu! Me alegra mucho que te haya gustado
EliminarUn gran abrazo