Décadas de decadencia
Le regaló un collar de oro en sus bodas de plata. Y unos pendientes de plata en las de oro. Entre ambas, cinco lustros deslustrados y muchos años de añoranzas, de abriles desabridos.
Pero me admiro al mirarlos de que antes, sin embargo, se quisieran menos que ahora, con embargos.
Pero me admiro al mirarlos de que antes, sin embargo, se quisieran menos que ahora, con embargos.
Enrique, desde mi punto de vista este relato es de lo mejor que he leído desde que estoy en cincuenta palabras.
ResponderEliminarUna obra de arte que solo podía crear un genio como tú.
Ese juego de palabras en el que va decreciendo el valor material mientras va creciendo el amor es sublime. El título es perfecto y el micro redondo de principio a fin.
Si tuviera que ponerle una nota me iría al apartado 'Dudas' donde Álex pone los consejos para puntúar y a este le pondría la que está al lado de la frase: 'Me lo tatuaría en el pecho', un rotundo y merecido 10. Es perfecto, inmenso.
Siéntete orgulloso de tu creación porque lo mereces.
Sabiendo que tus relatos son de mis preferidos, con este me has logrado sorprender aún más de la capacidad que tiene tu pluma.
Gracias por el regalo dominical. Ahora mismo lo paso a mi libreta de 'mejores relatos de cincuenta' para poder tenerlo a mano y leerlo una y otra vez.
Enhorabuena, Enrique y no te envío suerte porque la suerte es mía por tener como amigo a un autor genial que acaba de regalarnos esta obra de arte.
Pablo.
Pablo, yo sí que me tatuaría tu comentario. y no ya por lo que signifique en cuanto a mi relato, que con eso sobraría, sino porque evidencia que esta amistad que cultivamos a diario cada vez tiene más lustre. Tus comentarios en esta página, además de por esa enorme, desbordante, humanidad tuya, destacan por su agudeza y buen criterio, pero creo que en este caso te has dejado llevar por la subjetividad, porque después de leerlo me pregunto qué has dejado en el tintero para cualquier cosa mejor que venga detrás. En cualquier caso, no sabes cuánto suponen tus palabras para mí, tanto en el aspecto de mi afición a escribir como en el personal.
EliminarAfortunado yo de tenerte ahí siempre y de poder mandarte un fuerte abrazo.
Enrique.
¡Magistral empleo, Enrique, de un muestrario de palabras homófonas! ¡Cómo has sido capaz de irlas intercalando por entre los entresijos de tu relato, en tan solo cuatro frases! No es nada fácil llevarlo a cabo en tan corto itinerario...
ResponderEliminarY luego, para remate, la historia que nos cuentas y ese final de... ¡embargo!
¡Embargado he quedado yo con estas cincuenta palabras a las que, nobleza obliga, hay que unir las dos del título, donde se unen tiempo y declive personal!
Por todo ello, y por mucho más, te mereces un merecido "Me gusta" y un reconocimiento de un reconocido admirador tuyo, que se descubre ante ti por haber descubierto hace tiempo a un grandísimo escritor que escribe con tanta facilidad (o eso nos haces creer).
Mi enhorabuena y un abrazo, fuerte y único.
Qué te puedo decir que tú no sepas sobre la construcción de un relato. La primera frase de este confieso que no es mía, la escuché por la calle, pero a partir de ella fue saliendo todo más o menos rodado menos la frase final, que estuvo escondida un tiempo hasta que las musas, o en mi caso más bien las musarañas, me la sirvieron en bandeja.
EliminarTengo que decir que, como los de Pablo, tus elogios me parecen desmedidos, aunque no creas que no me gustan… Nunca sabes que acogida puede tener tu relato, pero siempre se puede contar con vuestra cercanía y generosidad.
Un fuerte abrazo para ti también, José Antonio, y mi enhorabuena por ese magnífico juego de palabras del final, que tú sí que tienes facilidad, sin duda.
Enrique.
Amor verdadero recobrado tras eliminar lo superfluo. A parte de lo que ya te han dicho, que comparto palabra a palabra, también me ha admirado la musicalidad que has conseguido jugando con las palabras.
ResponderEliminarMe he subido a la mesa para aplaudirte.
Muchas gracias a ti también, aunque ahora que me doy cuenta, ni a Pablo ni a José Antonio de las he dado.
EliminarMe gusta pensar que el pan y la cebolla unen mucho más que el mazapán y la centolla (qué rebuscado), y creo que la realidad lo corrobora a diario.
Me he arrodillado cruzando las manos sobre mi pecho para recibir tus aplausos.
Un fuerte abrazo, Patricia.
Enrique.
Una historia muy bien llevada con un excelente juego de palabras en el camino.
ResponderEliminarMe ha gustado, Enrique.
Ojalá fuera más común esa utopía de compensar con amor el paso de los años y la merma de recursos
Un saludo
Como le decía a Patricia, es mi opinión, las personas se quieren más en la pobreza que en la riqueza, o al menos en le ausencia de esta. Creo que la vida opulenta te da una visión errónea sobre lo que de verdad importa.
EliminarMe alegro de que te haya gustado, Antonio.
Muchas gracias y saludos.
Enrique.
¡Ayyy, Enrique!, qué bien conjugado el paso del tiempo con el amor creciendo entre la decrepitud. Y ese espléndido juego de palabras. Y esos ‘abriles desabridos’… me han emocionado.
ResponderEliminarEnhorabuena, Enrique; qué te voy a decir… pues que me ha encantado. Un abrazo.
Muchas gracias, Chusa. La situación que cuento no es nueva en absoluto, pero si he conseguido mostrarla de modo que te llegue a emocionar para mí es un gran logro. Por cierto, que comentarios como este tuyo también emocionan.
EliminarUn fuerte abrazo.
Enrique.
Bueno, Bueno, Bueno... ¡¡¡qué micro más Bueno!!!
ResponderEliminarQué maestría, qué forma más inteligente de jugar con las palabras.
Un abrazo, un me encanta, un me gusta, un estás nominado, ¡desde ya!
Gracias por compartirlo.
Pero bueno, bueno, bueno. Qué todavía quedan casi cien relatos por aparecer, Rosy. Muchas gracias de todos modos por tus buenos augurios. Es muy gratificante recibir comentarios como este tuyo y los anteriores. Muchas gracias a ti por leerlo y por comentarlo con tanto entusiasmo. Si no fuera por estas cosas quizá no mereciera la pena esforzarse en faenas así.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Enrique.
Pues... ¡pues que no sé qué decirte, Enrique! Aquí estoy, con la boca abierta y los ojos cerrados saboreando cada una de tus 52 palabras, porque ninguna tiene desperdicio, porque cada una respira por separado y juntas laten más fuerte aún.
ResponderEliminarCopio y pego todo lo que te han dicho ya los compañeros, y seguro que también lo que te van a decir después.
Sensibilidad. Esperanza. Lucha. Conquista. Superación. Éxito. Generosidad. Todo esto y mucho más (si yo supiera escribir mejor...) transmite tu historia.
¡Gracias!
Un saludo
Pues menos mal que no sabías qué decir y que, según tú, no lo sepas hacer mejor. Muy gratificantes tus palabras, y más sabiendo la maestría que tú tienes jugando con ellas. Por eso mismo, lo cierto es que (secretamente) intuía que te iba a gustar aunque solo fuera un poco, o que por lo menos te iba a llamar la atención.
EliminarMuchas gracias por este estupendo comentario en el que me muestras cosas que ni yo sabía que había en mi historia, y aprovecho para felicitarte por haber sido seleccionada en Relatos en Cadena. Me pareció fantástica tu revisión del mito del amigo invisible.
Un fuerte abrazo, Margarita.
Enrique.
Enrique, llevo un buen rato frente al móvil siin saber que decir. Menos aún despues de lo que ya se ha comentado y que en mi opinión es totalmente merecido. Me gusta y comparto el mensaje, me gusta la forma de narrarlo, me encantan esos juegos de palabras que haces y que mi ignorancia sobre figuras literarias, retóricas o como se llamen me impjde ponerles nombre. Lo que si sé es cuando algo me gusta o no, y este me gusta mucho. Así que si Patricia te ha aplaudido encima de la mesa, yo salgo a la terraza y te hago la ola a ver si te llega.
ResponderEliminarFelicidades, Enrique. Un abrazo.
Aparte de llenar de calor la página con tus comentarios, siempre me arrancas una sonrisa o una risa, Joaquín. Yo también escribo de oído, y prueba de ello es que cuando he leído eso que ha puesto José Antonio de "homófonas" he dicho "Ah, claro, ya", pero luego lo he apuntado para no se me olvide.
EliminarMuchas gracias y me alegro mucho de que te haya gustado. Llevo un rato asomado a la ventana y desde las 13:30 o por ahí los abuelos sentados en los bancos está pendientes para levantar los brazos cuando llega la ola. Hay uno al que le cuesta un poco. Los cambios de tiempo...
Un fuerte abrazo.
Enrique.
En esta página he leído historias que me han llegado al alma; algunas, incluso, me la han tocado. Este relato tuyo, Enrique, me la ha acunado. En cuanto al continente, sólo un maestro de la palabra puede crear algo tan perfecto.
ResponderEliminarUn abrazo.
Menudas cosas me dices, Fina. Como tú bien sabes, hay veces en que primero surge la idea y procuras darle una forma bonita y otras en que el orden es al contrario. En esta, como le explicaba a José Antonio, las dos cosas surgieron al mismo tiempo y, de haberle colocado alguno de los pésimos finales que se me ocurrieron al principio, la historia no habría pasado de ñoña. Esto me enseña que merece la pena casi siempre dejar aparcadas las historias hasta que surja al menos un modo aceptable de resolverlas.
EliminarMuchas gracias por todo y un fuerte abrazo. Me alegro mucho de que te haya "llegado".
Enrique.
Cuando se llega a comentar con algo de tardanza, puede suceder que casi todo esté ya dicho y bien dicho. Pese a ello, no puedo por menos que añadir, aunque sea reiterar, que este texto llega al corazón, apenas cinco líneas en las que, mediante palabras sencillas, con las que has creado un juego de contrastes, transmites el anhelo de muchos seres humanos, que no es otro compartir la vida, sin que merme el cariño del primer día y sin que las circunstancias materiales tengan más importancia de la que realmente tienen, es decir, casi ninguna. Todo ello envuelto en belleza.
ResponderEliminarEn tus relatos siempre destacas y despuntas, pero en este te has salido de los baremos.
Enhorabuena y un abrazo, Enrique
Muchas gracias, Ángel. Creo coincidir contigo, y con la gran mayoría de los que nos damos aquí cita, en la intención de nuestras historias. La buena intención diría. En este caso mi mensaje no dice nada nuevo pero pienso que hay cosas en las que hay que insistir, y una de ellas es el optimismo (¿Algo que ver con aquella joya tuya llamada "Esperanza"?). Me alegro mucho de que esté gustando tanto por lo que dice como por la forma en que lo hace, porque son dos aspectos cuyo resultado no responde casi nunca a la buena intención con la que se planean, y hasta que no te lo dicen nunca estás seguro, al menos yo, de que pueda tener aceptación. El caso es que me estáis haciendo unos elogios que sí que se salen del baremo y a los que no sé cómo responder. Solo se me ocurre insistir en darte las gracias y mandarte como siempre un fuerte abrazo.
EliminarEnrique.
Obviamente, donde pone "la gran mayoría de" quise decir "todos". Maneras de hablar...
EliminarHas creado un preciso y emotivo puzle con palabras que encajan a la perfección, además de mostrarnos una bella historia de amor con altos y bajos, como no podría ser de otra forma, alcanzando tantos años de convivencia.
ResponderEliminarEnhorabuena Enrique y un fuerte abrazo.
Muchas gracias, Jose. Me parece muy acertada tu definición de puzzle y más teniendo en cuenta que desde que se lo mandé a Álex he tenido la intención de cambiarle algo, y no he podido mover ni una pieza. En cuanto a la historia, a veces la vida desgasta nuestros afectos y otras los hace más fuertes, y yo he preferido apostar por lo segundo.
EliminarMe alegro de que te guste así. Un fuerte abrazo y hasta pronto.
Enrique.
Literal, la piel de gallina.... No he cumplido bodas de plata siquiera pero te aseguro que ahora soy más feliz teniendo menos y pese a los embargos. Magistral el micro. Abrazos y gracias por las emociones.
ResponderEliminarMuchas gracias a ti por todo, Carmen. Es una ventaja enorme que los afectos nos mantengan unidos cuando las cosas no salen como quisiéramos. No hay nada que pueda darnos mayor fuerzas para afrontar lo que venga. Ya te veo en tus bodas de oro, con un collar de diamantes o de lo que sea, pero muy feliz.
EliminarUn fuerte abrazo.
Enrique.
Querido Enrique, pero ¡qué grande eres! Creo que no es un secreto la admiración que siento por ti, me considero fan absoluta de tus relatos y tu forma de escribir.
ResponderEliminarVoy a decirte la verdad, cuando me conecté ayer y vi que había salido un relato tuyo el mismo día que uno mío, me sentí pequeña y me dije: "con lo bueno que es Enrique ...", eso sin haberlo leído, después de leerlo ya ni te cuento ...
He preferido comentarte hoy para dejar posar mis sentimientos, pero después de consultarlo con la almohada y de releer estas "Décadas de decadencia" no cambio nada de lo que pensé ayer. Y aunque no puedo aportar nada nuevo a los comentarios que ya se han dejado aquí elogiándote, decirte que no me pueden gustar más estas 50 palabras, tan bien escritas, esos juegos de palabras, lustros deslustrados, abriles desabridos, sin embargo, embargos ...
Yo a este relato le doy un 11 sobre 10 y te nomino directamente para la final de este mes y te deseo, de corazón, que seas ganador porque este relato lo merece de todas, todas.
Un beso fuerte y gracias por este regalo que nos dejaste ayer.
Malu.
Muchísimas gracias, querida Malu. Me abruman todas estas cosas buenas dichas así "a bocajarro". Hace un rato le comentaba a Pablo que en cierto modo me siento algo incómodo en esta situación. Al principio no sabía bien por qué era, pero he llegado a la conclusión de que es porque son elogios desmesurados los que me estáis dando, y no lo digo por humildad ni por cuestionar vuestro criterio. Seguramente son el resultado de unir los afectos mutuos que se van generando entre nosotros a que el relato (cosa que admito) ha salido mejor que otras veces, y, mira, así es como lo voy a encajar. En cuanto a lo de que seas fan mía me da mucha alegría de que me lo digas, y en este caso no me siento mal porque yo también lo soy tuyo. Y no pienses que es por corresponder, pues desmenuzo cada relato tuyo cada vez que aparece para que no se me escape nada de las muchas cosas buenas que ofrece. Solo te advierto que te voy a defraudar más de una vez con lo que se vaya publicando mío, aunque intentaré que no sea así.
EliminarYa no me enrollo más. Te doy las gracias de nuevo por todo, incluidos tus buenos deseos para mi historia, y te mando un fuerte beso.
Enrique.
Me quiebro ante tus quiebros y requiebros.
ResponderEliminarUn abrazo, Enrique.
Muchas gracias, Luis. Sabiendo que últimamente no tienes mucho tiempo para comentar aprecio más que te hayas "parado". Si tú te quiebras ante mis requiebros, yo, con tus cuentos, ni te cuento.
EliminarUn fuerte abrazo y hasta pronto.
Enrique.
Para tratarse de un micro es, sencillamente, enorme. Me uno a Joaquín en esa ola. Muchas felicidades y gracias, Enrique. Un saludo.
ResponderEliminarMuchas gracias a ti, Matrioska. Enormes, vuestros comentarios.
EliminarTeniendo en cuenta la que puede liar el aleteo de una mariposa, habrá que estar pendiente de la ola de Joaquín.
Un fuerte abrazo.
Enrique.
El juego de la vida, los juegos de palabras, los requiebros los ires y venires del pensamiento, nos ofrecen en este relato muestra de que a algunos autores que aquí escriben, es difícil superar.
ResponderEliminarme queda un reto por delante, o la resignación.
SALUDOS
No digas eso, José María. Admito que yo pienso cosas parecidas al leer relatos de otra gente, pero al final decido que cada uno tenemos un modo diferente de contar y sobre todo distintas cosas que decir. Quizá la clave esté en encontrar "ese algo chiquitito que nos hace diferentes", que dice Kiko Veneno, y a partir de ahí disfrutar con lo que vaya saliendo, porque será genuinamente nuestro.
EliminarMuchas gracias por todo y un afectuoso saludo.
Enrique.
A los que nos gusta escribir microrrelatos sabemos lo difícil que es obtener uno realmente bueno y éste es de esos, de los buenos. El complemento perfecto entre la historia, las palabras justas para contarla, la originalidad en la manera de utilizarlas; mas su cadencia son una demostración de dominio del género. No dejo un “me gusta”, dejo un “me encantó”.
ResponderEliminarSaludos.
Qué comentario tan gratificante, Beto. Es cierto que cuesta sentirse completamente satisfecho con un relato, pero es que además cuesta bastante (al menos a mí me pasa) valorar los propios. Este mío de ahora se lo envié a Pablo Núñez cuando lo acabé para pedir su opinión, y su entusiasmo desde el primer momento me animó bastante y me creó buenas expectativas sobre él, aunque no esperaba tanta aceptación, la verdad. Pablo sí.
EliminarMuchas gracias por tus palabras, Beto. Me alegro de que te haya encantado.
Afectuosos saludos.
Enrique.
Excelente juego de parejas de palabras emparentadas sin que el relato carezca de sentido. Solo con un gran dominio de la lengua se puede escribir algo así. Una microobra maestra. La apunto ya como mi favorita del mes.
ResponderEliminarSaludos.
Muchas gracias, Rafa. Creo que es muy importante no sacrificar la historia en favor de la forma y, por lo que apuntas, seguro que compartes esta idea.
EliminarPor lo demás, vuelvo a decir que estos elogios me sobrepasan, más viniendo de gente que escribe tan bien, aunque los agradezco muchísimo y me sirven de estímulo para intentar escribir mejor.
Afectuosos saludos y hasta pronto.
Enrique.
Brillante. Excelente uso de las palabras al estilo del mejor Sabina o de Cortazar. No llego a leer todos los relatos, pero es sin duda de lo mejor. Mi más sincera enhorabuena.
ResponderEliminarMuchas gracias, Tuso. Reconozco que en algún momento de la historia noté la sombra de Sabina rondando cerca, y me halaga mucho tu apreciación porque es uno de mis poetas favoritos (Cortázar también me gusta mucho pero de él no me acordé).
EliminarUn afectuoso saludo y, por cierto, a ver si encuentras ocasión para que disfrutemos de nuevo de tus sensibles relatos.
Enrique.
Estimado Enrique. Leo tus comentarios y cada vez te voy admirando, si aún es posible, un poquito más.
ResponderEliminarPermíteme que desde aquí haga público este relato de cincuenta palabras que, ni mucho menos hace honor a tu persona, pero que a este admirado amigo se le ocurrió cierta noche.
Valor tengo de ponértelo aquí después de la obra de arte que nos has dejado allá arriba.
Un abrazo, amigo.
Enrique
Nos presentó el guitarrista de un relato y desde entonces, nos lanzamos letras que han forjado nuestra amistad a golpe de palabras. Cuentas historias que ganan lo que más aprecias, el corazón admirado de tus lectores. No sé si eres real, permíteme que lo dude, pues escribes como los ángeles.
Desde luego, Pablo, tú lo que quieres es que me meta en mi cuarto avergonzado y no salga hasta que se hayan ido todos. No hay nada que yo pueda decir que no sepa nadie ya a estas alturas: que tu humanidad no tiene límites como tampoco los tiene tu generosidad. Vamos, que eres un tío grande donde los haya y que puedo presumir de tener un amigo inmejorable. A ver cuándo te puedo dar en persona ese enorme abrazo que te mereces. De momento, gracias, gracias, gracias... hasta el infinito.
ResponderEliminarPor cierto, muy bonito el relato. Se me está ocurriendo a mí uno...
Hasta pronto.
Enrique.
A estas alturas, ya no sé que más decir.
ResponderEliminarBueno, empezando por lo elemental, debo señalar que es un relato extraordinario.
En segundo lugar, destacar los juegos de palabras. A mi, particularmente, me encantan, y tú has construido una ludoteca entera.
Por otro lado, al haber engarzado los distintos binomios, has logrado manufacturar una preciosa cadena, que, además, y como sólo sucede con los grandes relatos, se cierra sobre sí misma.
Y por último, y a pesar de los embargos, incluso tenemos un final feliz.
O sea que muy, muy bien.
Saludos
Muchas gracias, Notinc. Veo que has hecho una lectura minuciosa como muestra tu razonado y detallado comentario. Me alegro mucho de que te haya gustado tanto. Como le comentaba a José Antonio, el principio salió casi de un tirón, salvo algún ajuste posterior, pero el final se hizo algo de rogar, y preferí tomármelo con paciencia y esperar que surgiera algo acorde con el resto.
EliminarHasta pronto, Notincgas, supongo que este mes nos tienes reservado otro de tus estupendos colores con firma.
Un fuerte abrazo.
Enrique.
En fondo y forma, sencillamente perfecto. Enhorabuena.
ResponderEliminarMuchas gracias, Microrelatate. Me alegro de que lo veas así.
EliminarAfectuosos saludos.
Enrique.
Ya está dicho casi todo, por lo tanto voy a ser breve. Un micro muy bien narrado, emotivo e ingenioso y, por desgracia y sin que ello le reste un ápice de calidad, difícil de suceder en el mundo real.
ResponderEliminarEnhorabuena y suerte!!
Un abrazo!!
Muchas gracias, Juancho. Entre las posibles consecuencias que sobre el amor pueda tener una situación así seguro que hay un lugar para lo que ocurre aquí. Que este sea o no preferente supongo que dependerá de algún factor más. Particularmente pienso que la riqueza hace mas daño a los buenos afectos que la pobreza.
ResponderEliminarHasta pronto y un abrazo.
Enrique.
Enrique, tengo la buena costumbre de volver de vez en cuando a tus Décadas de decadencia y cuantas más veces lo leo, más me gusta.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pablo
Mira que eres, jajajja.
EliminarUn abrazo, amigo.
Se me había pasado tu relato, pero ahora que lo veo, lo leo y no me asusta pinchar un me gusta.
EliminarUn abrazo Quique.
Me uno a la admiración general, Enrique...cincuenta palabras magistralmente escogidas, colocadas, que no solo logran narrar el meollo de una historia sino que consiguen ritmo, juego y esencia...Impecable!
ResponderEliminarMuchas gracias, María. Estarás de acuerdo conmigo en que lo principal es contar algo; es lo que siempre intento, aunque esta vez la situación se prestó también al juego de palabras y ambas cosas se ayudaron entre sí. Celebro que te haya gustado.
EliminarUn abrazo.
Enrique.
Genial, Enrique. Me encantan los juegos de palabras, y la maestría con la que los haces.
ResponderEliminarEl resumen de dos vidas en 50 palabras, eso es arte.
Un beso:
Asun
Muchas gracias, Asun. Este relato casi se fue trenzando sólo. Supongo que a todos nos sucede algo parecido; nos vienen ideas y no sabes bien ni el modo ni el momento en que lo han hecho. Pero bueno, ahí está. Si te digo la verdad, he vuelto a leerlo ahora y no creo que sea como para todo lo que me habéis puesto, pero no os devuelvo ni una palabra. ;).
EliminarEstaré atento para leer tu debut. Mucha suerte y otro beso para ti.
Enrique.