El reencuentro
Cuando su terrible enfermedad la arrancó de mi lado supe que, en adelante, mi vida carecería de sentido, que sería perpetuo rehén de la soledad y la tristeza.
Hoy, después de tantos años de aquel día que cambió mi vida, me siento feliz, vuelvo a reunirme con ella, me muero.
Hoy, después de tantos años de aquel día que cambió mi vida, me siento feliz, vuelvo a reunirme con ella, me muero.
Amigo Domingo: ¡como me alegra verte de nuevo por aquí!
ResponderEliminarSiempre me maravillan las palabras que escoges para todos tus relatos. Me encanta el vocabulario que usas.
La historia que cuentas me recuerda un poco al relato de Ángel, aunque en este caso el protagonista espera a que llegue su hora para reunirse con su amada.
También me ha recordado vivencias de mi profesión. Desde una oficina de Farmacia he apreciado más de una vez el amor, aunque a veces demostrado con discusiones, de parejas de ancianos inseparables y como, cuando uno se va, el otro comienza a marchitarse hasta que llega el momento, que tú tan bien cuentas, de partir para volver a unirse con su pareja.
También me ha recordado a mi abuela, a la que tú conociste muy bien, y que se llevó viuda tantos años. Supongo que a la hora irse se fue con una sonrisa en la boca al ver que mi abuelo, después de tantos años, la estaba esperando para volver a vivir otra nueva vida juntos.
Total, que me has puesto melancólico y que me ha gustado tu relato, aunque esto último no es una sorpresa.
Un enorme abrazo y que pases unas buenas fiestas que, si no me equivoco, comienzan la semana que viene en donde pasamos tan buenos veranos y navidades durante tantos años.
Pablo
Querido Pablo: muchas gracias por tu amable comentario pero, jolines, tus comentarios superan a los propios textos comentados ¡Vaya repaso que has hecho de nuestra propia historia! Me has pegado la melancolía.
EliminarUn abrazo.
P.D.: Espero verte algún día de la semana que viene en las fiestas.
Ojalá pueda, Domingo.
EliminarUn abrazo. Y perdón por algún acento que me he dejado por el camino. El móvil es muy cómodo para escribir en cualquier sitio, pero también muy traicionero.
Pablo
Hola Domingo
ResponderEliminarComo bien ha dicho Pablo, hemos coincidido de alguna forma al tratar un tema similar, aunque de forma diferente. Cuando una pareja lleva junta tantos años, inevitablemente sucederá que uno de los dos se vaya primero, el que se queda tiene ante si, aparte de los achaques de la vejez, el dolor de la ausencia, de una vida en la que piensa que ya está de sobra, de ahí que tu personaje se sienta "feliz" cuando todo termina, de ahí que el mío propicie ese final para volver a reunirse lo antes posible.
Un abrazo
Así es, Ángel. Además, nuestros personajes llegan al desenlace de forma diametralmente opuesta: el tuyo quiere acabar con su vida de forma rápida y el mío espera a la muerte viviendo una larga vida triste y solitaria. Valiente el primero, paciente el segundo.
ResponderEliminarun abrazo.
Leer tu micro e imposible no pensar en ejemplos bien cercanos. Bonito homenaje a ese amor cuya llama jamás se apaga.
ResponderEliminarUn saludo, Domingo.
Muchas gracias Fina.
EliminarSaludos.
El que vive un amor así sabe que la muerte no significa más que una separación y que, una vez pasado ese trance, se volverá a reencontrar con su amor porque le estará esperando. Muy bonito tu micro, Domingo. Un saludo.
ResponderEliminarGracias, Matrioska.
ResponderEliminarSaludos.
Sensible y sentimental microrrelato, Domingo, que acerca a cualquiera que lo lea el tema de la muerte y el del amor en vida, haciéndole patente situaciones personales que seguramente ha podido vivir.
ResponderEliminarMuy bella manera de tratar el amor más allá de la muerte, que seguro que seguirá si lo hubo durante la vida.
Va mi "Me gusta".
Un abrazo.
Gracias. Amor y muerte, dos cosas muy ligadas entre sí.
ResponderEliminarSaludos.
Desde luego que ese reencuentro es muy esperado. Y así es el amor, a pesar de la muerte y de los años sigue estando presente y latente.
ResponderEliminarMuy bonito Domingo. Besos.
Malu.
Muchas gracias Malu.
EliminarUn beso.