El sabio Frestón
La enfermiza obsesión que el sabio Frestón sentía por don Quijote le hizo inventar aventuras apócrifas del caballero manchego. Utilizó el pseudónimo de Cide Hamete Benengeli. El libro, que un tal Saavedra tradujo del árabe, tuvo tanto éxito que las hazañas reales de don Quijote acabaron cayendo en el olvido.
Genial. Gran homenaje en 50 palabras al libro de los libros.
ResponderEliminarEnhorabuena, Plácido. Me ha encantado.
Un abrazo.
Pablo
Muy buen micro, Plácido, fantástica esa vuelta de tuerca que das a la ya dada por ese tal Saavedra. :) Un saludo.
ResponderEliminarUn relato muy bien contado y que además me ha permitido conocer cosas que desconocía.
ResponderEliminarGracias Plácido.
Fantástico!
ResponderEliminarHe tenido que ir a informarme, pero ha valido la pena. Un beso
Había leído novelas y ensayos basados en el libro por antonomasia de la literatura española, pero me faltaba un micro. Chapó, Plácido. Es lo único que se me ocurre decir.
ResponderEliminarUn saludo.
Curioso microrrelato que nos desvela una más que probable historia de cómo nació el mejor libro de la literatura en lengua española. ¿Por qué no pudo ser así?
ResponderEliminarVa mi "Me gusta" y mi sincera enhorabuena.
Un saludo, Plácido.
También yo he tenido que pasar por la sección de documentación antes de poder comentar tu micro, Plácido. Solamente por lo que he aprendido ya merece la pena.
ResponderEliminar¡Gracias!
Un saludo.