El sicario
Gatilló su rifle con mira telescópica al corazón de su víctima, desde la vieja azotea, sin resultado positivo. El hombre seguía vivo: su mujer guardaba aquel corazón celosamente con ella, haciéndolo un blanco escurridizo para el sicario. Mirándolos marcharse felices, la imagen permanecería pegada al ojo abierto en la mira.
Bienvenido, Arturo.
ResponderEliminarHe visto, más que leído, tu micro porque lo has contado tan bien que me ha resultado muy visual. Me ha recordado, aunque sin historia de amor de por medio, a la novela (o película, la antigua) 'El chacal' en el momento que el sicario tiene en el punto de mira a De Gaulle pero siempre encuentra un obstáculo delante del blanco.
Gran estreno. Me ha gustado.
Saludos.
Pablo
¡Muy bueno!
ResponderEliminarHay partes de nosotros que no pueden morir, porque le pertenecen a otros.
Felicidades.
En verdad que el amor todo lo puede; incluso logra dar esquinazo a la muerte, como magníficamente nos has mostrado en tu tarjeta de presentación, Arturo. ¡Bravo!
ResponderEliminarUn saludo.