Indecisiones faraónicas
Tras exprimir a cinco generaciones de egipcios, y justo en el instante en que se acababa de colocar el último y puntiagudo bloque de piedra sobre lo más alto de su imponente y colosal pirámide funeraria, Amenapakthón III decidió que prefería ser incinerado y sus cenizas, arrojadas al río Nilo.
Se le podía haber ocurrido antes.
ResponderEliminarSimpático relato que encierra una reflexión sobre el capricho de los poderosos y el poco respeto al pueblo.
Saludos, David.
Pablo
Se me cayó encima la pirámide, has logrado dejarme de piedra. Un beso
ResponderEliminarCaprichoso este Amenapakathón III, pero porque puede.
ResponderEliminarUn relato simpático, con cierto trasfondo, y donde costumbres de ayer y de hoy, en este caso funerarias, se dan la mano.
Saludos
Parece que su cohorte de asesores no le aconsejó debidamente en el momento oportuno, ¡cachis!
ResponderEliminarDescanse en paz.
Un saludo, David.
Un relato descrito con limpieza y con una aparente facilidad que no resulta nada fácil. Me ha gustado David.
ResponderEliminarSólo me queda decir una cosa (que si no la digo reviento):
¡Qué cabrón ese Amenapakthón!
Esto, por desgracia no ha cambiado, seguimos a merced de las dilapidadoras manos de nuestros caprichosos dirigentes. Ingenioso y mordaz. Enhorabuena David!! Un abrazo!!
ResponderEliminarUn micro muy ocurrente, y audaz, saltándote todas las tradiciones faraónicas. Por otro lado un faraón muy caprichoso.
ResponderEliminarSaludos.
Esperemos que Amenapakthón IV, al menos, sí lo aproveche. Buen micro, David, aunque cinco generaciones me parecen muchas generaciones. :) Un saludo.
ResponderEliminarCoincido con Juancho. Hay cosas que nunca cambian. Si sustituyes el nombre del faraón por el de cualquier dirigente actual, el micro conserva todo su sentido.
ResponderEliminarMuy bueno, David.
¡Saludos!
¡Qué hidepu este Amenapakthón III! Espero que con él terminara su linaje o al menos su descendencia tomara por costumbre lo de la incineración.
ResponderEliminarSimpatiquísimo microrrelato que no deja de lado la mordaz crítica a los caprichos de los poderosos atemporales, sean faraones, césares, jeques, reyezuelos varios, presidente de repúblicas o alcaldes (también valen presidentes de comunidades autónomas o de diputaciones provinciales).
Va mi "Me gusta", porque me ha gustado, y un saludo muy cordial junto a mi cariñosa y calurosa bienvenida, David.