La pupila
El coche se detuvo. Cuatro portazos hicieron temblar las luces mortecinas del caserío. El abogado llevó su portafolios, el banquero, su maletín y el padrino, su estilográfica de plata. Cuatro palabras, cuatro minutos y la madama se hizo cargo de la pequeña pupila, heredera de una fortuna que nunca disfrutaría.
Luis, parece el inicio de una buena novela decimonónica con todos sus ingredientes, comenzando por una niña huérfana, rica heredera, pero que no llega a saberlo hasta la edad adulta; a cargo de la dueña de un local de mal vivir donde seguro que conocerá a todo tipo de personas. Una escena y unos personajes costumbristas perfectamente esbozados en cuatro líneas que nos dejan con ganas de más.
ResponderEliminarUn abrazo, Luis
Hola Ángel. Gracias por pararte. Sí, efectivamente esto es una pequeña parte de un relato que empecé hace tiempo y he resumido. Intento condensar en el espacio que dejan dos comas, un personaje concreto. Un maletín, una estilográfica... en fin, imposiciones de los micros y que tanto me están enseñando. Perdona, Ángel que no esté un poco más participativo, y desde aquí pido perdón a Álex y a todos los que construimos este rincón. Estoy francamente saturado, y el comentar implica una responsabilidad enorme. Sin embargo te sigo muy directamente y leo absolutamente todo, con más o menos detenimiento.
EliminarÁngel se me ha adelantado, Luís. Acabo de recostarme en el sofá, con la manta en el regazo, dispuesta a ver el resto de la película.¡Qué construcción tan visual!
ResponderEliminarUn saludo.
Hola, Margarita. Un beso enorme por adelantado. Me dejáis una sensación bastante constructiva y el ánimo de retomar aquel relato. El hecho de que la idea pueda formar parte de algo más extenso me agrada, aunque aquí he buscado la plasticidad en unas imágenes muy concretas, como el tiritar de las luces con los portazos... no sé, algo más cerrado y definitivo.
EliminarBssss
Luis, gran relato. Me ha llamado la atención la importancia del número cuatro. En cuanto al argumento parece que la heredera es un personaje sacado de Dickens.
ResponderEliminarDándole la vuelta al micro, me ha recordado la escena al principio de la película Ciudadano Kane, claro que en esta pasa al contrario, es la madre la que deja que se lleven a Kane a disfrutar de su fortuna.
Un abrazo.
Saludos
Hola, Pablo. Reitero lo comentado a Ángel, referido a la participación. Siento no hacerlo más, y por eso valoro vuestro tiempo enormemente. Gracias.
EliminarEn cuanto al número cuatro, sí, sí que lo perseguí conscientemente, aunque sin ninguna significación especial. Todo empezó con la imagen visual de los cuatro portazos del coche, los cuatro personajes que se la repartieron y el minuto que cada uno de ellos necesitó. Me encanta tu sensibilidad para percibir estos mensajes escondidos.
Un cariñoso abrazo
Querido Luis, potente, intenso e inquietante relato que nos deja entrever que esa niña no lo va a pasar muy bien.
ResponderEliminarPerdonadme que me repita, pero ¡cómo están los micros del mes de mayo, señores!
Muy bueno Luis, se te echa de menos, de verdad, pero es que en esta vida no se puede todo y hay que dosificar, es comprensible.
Un beso fuerte.
Malu.
Hola Malu, "mi Malu". Te mando un beso enorme. Cómo me gustan tus relatos, y en particular el de este mes. No me extraña para nada la bestialidad de "me gusta" que te llevas, ¡GUAPA!
EliminarEste mes en particular me han encargado formar parte de dos jurados que me está consumiendo un tiempo impresionante. Supongo que me lo tomo muy a pecho. Cuando me despeje un poco, prometo volver al redil.
Un beso.
Hola, Luis. Yo también ando un poco liada. Pero he de decirte que tu relato me ha dejado estupefacta. En cuatro líneas, un novelón. Qué intriga, qué congoja más grande...
ResponderEliminarY qué malo al dejarnos así.
Un abrazo fuerte.
Un beso grande, Patricia. Este Álex nos encorseta demasiado.
EliminarCuánta importancia tiene escoger bien las palabras en una narración tan breve. Qué escenario, qué personajes y que situación, entre otras cosas, tan bien mostrados con tan poco. Es muy cierto que te quedas con ganas de más, y me da la impresión de que tiene que ser una gozada leer textos tuyos de mayor extensión.
ResponderEliminarBueno, Luis, ya tendrás más tiempo para nosotros. Un abrazo fuerte y hasta la próxima.
Enrique.
Hola Enrique. Gracias por pararte. Todavía sigo quebrado con tus quiebros y requiebros de este mes. En fin. No concibo el "Microrrelato" de otra manera, más que con la precisión. Aquí sí que se deja ver aquello de que los sinónimos no existen.
EliminarUn abrazo.
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EliminarAl leer tu micro (que me ha parecido de una precisión exquisita) me ha llamado poderosamente la atención ese uso reiterado del número cuatro y daba por hecho que no era para nada casual. La curiosidad me ha llevado a leer los comentarios y… ¿Sabes que en mandarín el número cuatro es homófono de “muerte”?
ResponderEliminarEspero poder leer más relatos tuyos porque me he quedado con ganas de más.
Un saludo.
Hola Fina. Soy una esponja y te agradezco enormemente tu información, que yo desconocía. A veces coger... no sé, un grano de arroz y desmenuzarlo hasta la saciedad es algo que me obsesiona.
Eliminar謝謝(Gracias en chino)
Bsss
Un micro en el que nos presentas en muy pocas palabras un claro escenario y en el que abres a la imaginación toda una dura historia. Me ha gustado mucho, Luis. Un saludo.
ResponderEliminarHola, Matrioska. Generalmente procuro, a pesar dela limitación de las cincuenta palabras, que ocurra algo, y cuanto más mejor. Aquí es casi la sinopsis de una pequeña novela. De hecho, además, considero que es lo que se debe buscar en cualquier "microrrelato" y concretamente, la personalidad que busca Álex para la página.
EliminarGracias por detenerte. Un beso.
Aplausos grandes, Luis. Has logrado que sienta una pena inmensa por esa muchacha y odie primero a quienes la 'venden' y después a la madama. Esa palabra, para mí, es la clave de este relato. ¿Habrá continuación?
ResponderEliminar¡Abrazos!