Las manos
Observando las palmas de sus manos vio en ellas el dedo juguetón de su madre, unos lápices de colores, bolas de nieve, rasguños ya curados, los pechos de aquella chica, su hijo recién nacido, el volante de su coche, luego de su taxi, su esposa estrangulada, y ahora las esposas.
Estupendo relato, Joaquín. ¿Quién dijo que las manos no reflejan toda una vida? El título... yo hubiera puesto "Residuos", o "·quiromancia"... no sé... Perdona mi atrevimiento pero el relato me parece tan bueno... "Me gusta"
ResponderEliminarMuchas gracias, Luis. Por supuesto cada relato es modificable en la mente del lector. Ya sea el título, desenlace, etc... Así es que tu " atrevimiento" queda totalmente perdonado. Debo decir que en este caso el titulo fué antes que el relato. Se me ocurrió el titulo de "Las manos" y me recordó aquellos titulos de la serie "historias para no dormir" que solian seguir un formato tan simple como "articulo + sustantivo" (el tonel, el televisor, la mano...) de manera que traté de sacar un micro de ese estilo. Ese es el origen de este relato.
EliminarUn abrazo.
Joaquín: nunca pensé que en cincuenta palabras se pudiera contar la vida de una persona siguiendo un argumento. Pues estaba equivocado. ¡Vaya si se puede!
ResponderEliminarGrandioso relato, Joaquín. Para mí gusto, de lo mejor del mes. Me levanto de mi asiento y le doy un gran aplauso. Y por supuesto un abrazo.
Pablo.
Gracias Pablo. Ya echaba de menos cruzar unas palabras con todos vosotros. Si alguien puede contar una vida son las manos. Por ellas pasan nuestros mejores y peores momentos. Las ejecutoras finales de nuestros pensamientos, y por lo tanto las que están siempre en el frente de batalla. Eso sí, ojalá aprendiesen siempre a incumplir las órdenes erróneas de nuestro cerebro. Y como pocas cosas hay tan bienvenidas como un abrazo amigo, ahí llevas el mio tambien. ;)
EliminarPuro noir en 50 palabras!
ResponderEliminarEnhorabuena, Joaquín.
Muchas gracias Patricia. No se si puro o sucedaneo, pero en ese género podemos situar el micro, si.
EliminarUn abrazo. ;)
Muy bueno, perfecto. Ni le falta ni le sobra una coma.
ResponderEliminarFelicidades!!! Entre los mejores de este mes y... casi ha pasado
Muchas gracias por tu comentario Luisa. Se trata de que no falten ni sobren palabras o Álex te los tira para atrás.. ;)
EliminarUn abrazo.
Enhorabuena Joaquín. Una vida entera en cincuenta palabras. Me ha encantado. Abrazos.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario, Carmen. Con menos palabras hubiese sido aún mejor la vida del protagonista. Le sobraban las 7 últimas.
EliminarUn abrazo.
El espejo de unas manos, tierno y cruel al mismo tiempo.
ResponderEliminarUna ingeniosa perspectiva de la miseria/grandeza que esconden las manos del ser humano
De tus manos a mi aplauso, Joaquín.
Por nuestras manos pasa todo o casi todo lo que ocurre en nuestras vidas. Lo bueno, lo malo y lo regular. Mirandolas con atención se pueden convertir en ese espejo que comentas y en el cual tal vez observemos detalles sobre nosotros mismos y desconocidos hasta ese momento.
EliminarMuchas gracias, Antonio. Un abrazo.
Dicen que todo está en las líneas de la man;, en las que nos has presentado hoy también ha cabido una vida, que empieza bien, sigue los parámetros normales, pero acaba por torcerse, manchándose de sangre. Y es que esas extremidades llenas de dedos son capaces de muchas cosas, desde las más sublimes a las más perversas.
ResponderEliminarUn abrazo, Joaquín
En nuestras manos vemos nuestro pasado pero sepamos que en ellas tenemos nuestro futuro. Precisamente por eso que comentas, por ser capaces de lo mejor y de lo peor, un simple fallo, un enorme error, puede dar al traste con todo lo conseguido hasta ese momento.
EliminarGracias Ángel. Un abrazo.
¡Espléndido, Joaquín! Unas manos como si fueran la pantalla de un cine en el que queda proyectada la película de una vida, ciertamente azarosa, dicho sea de paso.
ResponderEliminarVa mi "Me gusta" y, como Pablo, me levanto y te saludo a base de aplausos. Y para culminar mi comentario, cambio lo de "¡Espléndido!" por ¡SOBERBIO! (en el obvio sentido de "excelente", que no quiero confusiones).
Un saludo y gracias por regalarnos este micro tan grande.
Hola José Antonio. Desde luego qué mejor pantalla para ver nuestras vidas que las manos. Si es que dan ganas de mirarlas cuando no dan nada en la tele.
EliminarComo bien dices, estoy de acuerdo en considerarme un ser superior y te agradezco tus aplausos a pesar de estar acostumbrado a ellos... Ah!.. ya... que dices que es el relato lo que te ha gustado... esto... gracias... ejem...
Un abrazo. ,)
Nada que añadir a un micro tan bueno. Tan sólo felicitarte.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias, Gabriel. Me alegro de que te haya gustado y te agradezco el comentario.
EliminarUn abrazo.
No sabemos el porqué de esas manos, que habiendo recibido y dado tanta ternura en la vida, pueden terminar provocando dolor y tragedia. Personalmente me produce un gran rechazo cada vez que veo unas manos esposadas, es algo psicológico, no sé… Pero tu relato es genial, Joaquín.
ResponderEliminarEnhorabuena. Un abrazo.
Quien sabe. Tal vez esa ternura no fue convenientemente entendida o valorada por el personaje. Tal vez le pesaron más otras cosas que desconocemos de su vida. En cualquier caso optó equivocadamente por la peor y más trágica de las soluciones. ¡Pero atención! Todos tenemos en nuestras manos vidas ajenas, al conducir un vehiculo por ejemplo. Un momento de distracción y...
EliminarGracias y un abrazo, Ma Jesús.
Vaya pedazo de relato, Joaquín. Has conseguido un efecto sobrecogedor al ir aportando con cada imagen un paso de página, de etapa, en una vida que acaba cerrándose con la cadena que une las esposas. Magnífico. Mi más sincera y admirada enhorabuena.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Por cierto, parece que a tu protagonista no le has perdonado del todo lo de la huelga.
Muchas gracias por tus palabras, Enrique. Desde luego aquí coge uno moral para una temporada.. Páginas como la de esos albumes biográficos que nos relatan nuestras vidas y quienes han formado parte de ella.
EliminarEspero que despues de esto no me monte una huelga general que abarque tambien a los vuestros... ;) Yo se que en realidad el problema venía de "Urgencias". Ese es el que él no me perdona a mi por considerarlo indigno.
Un abrazo, Enrique.
Si, un microrrelato muy bueno. Enhorabuena.
ResponderEliminarSaludos.
Muchas gracias, Beto. Me alegro de que te guste.
EliminarUn abrazo
Magnífico, has metido una vida entera en cincuenta palabras.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias, Rosy. Y que rápido pasa,¿ verdad?
EliminarUn abrazo
Últimamente estás más que fino, Joaquín. In fraganti era ternura sin empalague; la teoría del casi todo, un monumento, muy bien escrito, al desenfado; pero estas manos que te has sacado del bolsillo, son una verdadera joya.
ResponderEliminarDe veras que es un placer leerte.
Saludos.
Muchisimas gracias por esas palabras, Notincgas. Ese reconocimiento no voy a negar que me enorgullece y me anima a seguir imaginando nuevos relatos para compartir junto con los vuestros. En todo caso el placer tambien es mio por colaborar y disfrutar de esta comunidad.
EliminarUn abrazo, Notinc.
Si miras en la palma de tu mano, podrás ver que no hay nada que te hayas propuesto y no hayas conseguido (y ni se te ocurra llevarme la contraria en esto, oye). Eso tiene un nombre y tú, mi más profunda admiración ahora también como escritor.
ResponderEliminarUn abrazo, Grau.
Bueno, bueno... como no me dejas llevarte la contraria te diré que mirando en la palma de mi mano veo un paquete de tabaco en la basura. Cosa a la cual tu has contribuido aportando tu granito de arena. Y es que como dicen The Beatles, "con un poco de ayuda de tus amigos..." ;)
EliminarUn abrazo, Fina.
Muy grande este relato de unas manos que refleja la vida de este personaje, desde la más tierna y en teoría feliz infancia, hasta ese asesinato de su mujer con su posterior imagen de las esposas.
ResponderEliminarEnhorabuena, me parece redondo, buenísimo.
Un beso.
Malu.
Y como una vida normal puede cambiar de rumbo en unos instantes y sin posibilidad de vuelta atrás.
EliminarGracias por tus palabras, Malu. Un abrazo.
Me he quedado sin palabras, Joaquín. Lo único que se me ocurre decir es… ¡Chapó! Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Matrioska. Yo si que me quedo sin palabras por culpa de las vuestras. ;)
EliminarUn abrazo.
Me gustaría dominar el arte de la quiromancia como tú dominas el de la palabra para completar tu historia: me muero por saber qué le paso. Pero intuyo que eso no me lo vas a contar, a ahí está la magia.
ResponderEliminarUn saludo, Joaquín.
Muchas gracias por tus palabras, Margarita. El final del micro nos invita a pensar que el personaje no va a tener muchas cosas nuevas que contar al menos en los próximos 20 o 25 años. Así que nos vamos a prometer todos estar vivos en ese momento para ver como continua la historia, Ok? ;)
EliminarUn abrazo.
Buenísimo relato. Bien construido y bien relatado.
ResponderEliminarUn abrazo Joaquín.
Muchas gracias, Isidro. Me alegro de que te guste.
EliminarUn abrazo.
Ante todo quiero decir que estas últimas semanas he andado bastante liado y casi no he podido participar en la página. Dicho esto, os agradezco enormemente vuestros comentarios que iré contestando uno a uno. Gracias.
ResponderEliminarJoaquín, las manos fiel reflejo de una vida esculpida de recuerdos, experiencias y acciones. Muy bueno, Joaquín. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Salvador. Asi son generalmente nuestras manos. Las conocemos muy bien y ellas a nosotros.
EliminarUn abrazo
Grandísimo, Joaquín. Lo que más me gusta de tu micro es que me lleva a pensar en la vidente: cómo es, cómo reacciona ante lo que está 'viendo' y, sobre todo, dónde está leyendo las manos de este señor. He dado rienda suelta a mi imaginación.
ResponderEliminarEnhorabuena por unas enormes 50 palabras.
¡Abrazos!
Gracias Microrelatate. Mi idea original al escribir el micro es la de la imagen del protagonista que, recien detenido y esposado mira sus manos y, dejandose llevar por su imaginación, durante unos instantes hace un recorrido por lo que ha sido su vida hasta llegar y "despertar" en la cruda realidad de su presente. Pero celebro esas otras posibles interpretaciones que tambien pueden darse a partir de la lectura. Se generan nuevas y atractivas historias.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Ostras! Pues me he inventado una historia completamente distinta. Espero que no me lo tengas en cuenta. Tengo muchos pájaros en la cabeza :p
ResponderEliminarY todo eso en las mismas manos...capaces, como cada hombre, de lo mejor y de lo peor...genial tu micro, Joaquín!
ResponderEliminarAsí es. Capaces de cualquier cosa aunque no la podamos ni imaginar.
EliminarGracias y un abrazo, María.