Maleta
El conserje arrastra un cuero viejo con el brazo morado de pellizcos.
Ningún asiento libre en la sala. El televisor emite en máximo audio. Las noticias llegan hasta el despacho donde el hombre firma el ingreso de su vecina.
Aurelia abre la maleta mientras los hijos la cierran por vacaciones.
Ningún asiento libre en la sala. El televisor emite en máximo audio. Las noticias llegan hasta el despacho donde el hombre firma el ingreso de su vecina.
Aurelia abre la maleta mientras los hijos la cierran por vacaciones.
María Jesús, esta historia pone los pelos de punta, por la crueldad a la que es sometida esta anciana por parte de sus hijos. Seguro que estará mejor al asilo donde la ha llevado el vecino. Una historia dura en 50 palabras.
ResponderEliminarSaludos.
¡Ojalá fuera sólo una historia de cincuenta palabras!
EliminarGracias por comentar, Beto
Terrible historia por la dura realidad que condena. ¡Enhorabuena!, María Jesús.
ResponderEliminarUn saludo.
Agradezco tu comentario, Fina. Esta historia es tan común como terrible.
EliminarSaludos.
María Jesús, me ha gustado mucho, y creo que la última frase es ya en sí misma un relato. La vejez es ley de vida, pero la soledad y el abandono no. Un abrazo.
ResponderEliminarComo siempre, asgradezco tu comentario.
ResponderEliminarGracias, Salvador
La frase final es brillante. Qué tristeza transmites con esta historia.
ResponderEliminarUn abrazo
Mil gracias Rosy, por seguirme
EliminarSaludo afectuoso