Misión cumplida
—Chicas, ha sido un verdadero honor trabajar día tras día con vosotras. Recordad que si una desfallece las demás han de seguir hacia adelante. Lo único que importa es la misión por la que tan duramente hemos estado preparándonos.
A partir de ese día, jamás volvió a dejarse una tilde.
A partir de ese día, jamás volvió a dejarse una tilde.
Las tildes, que saben como nadie poner el acento, tan breves y humildes como necesarias, elemento cuyo olvido es susceptible de bajar nota a los sufridos estudiantes. No dejarse nunca una sin poner correctamente es una misión loable, que requiere su tiempo, como todo lo que merece la pena.
ResponderEliminarUn saludo
Magnífico comentario Angel.
EliminarCoincido totalmente con Isidro. Algo, por otra parte, nada extraño, ya que hasta la fecha no hay comentario tuyo que no me haya gustado, Ángel.
EliminarUn saludo.
El relato de FNR y el comentario de Angel, han hecho que me encante el relato.
ResponderEliminarVa mi me gusta y mis saludos para ambos.
Me alegro de que mi relato también te haya gustado, Isidro.
EliminarUn saludo.
La importancia de esta humilde virgulilla, cuya ausencia puede hacer que unas palabras terminen significando una cosa distinta.
ResponderEliminarEstá muy bien que se nos recuerde. Y encima con estilo, a través de cincuenta palabras.
Un cálido saludo y va mi "Me gusta".
No sé si que con estilo, pero sí recordando la fascinación que sintió una niña cuando aprendió que algo en apariencia insignificante como esa rayita encima de una vocal podía llegar a ser tan importante. Fascinación que pronto se convirtió en respeto, huelga decir ;)
EliminarGracias por tus palabras, tu "Me gusta" y tu saludo, José Antonio.
Un abrazo.
Defendamos esas tildes que dan una entonación más rítmica a nuestros idioma. Son las compañeras ideales de esa preciosa ñ que da una riqueza y originalidad a nuestra forma de hablar y escribir, nunca conocida por otras lenguas.
ResponderEliminarMe gustó y mucho.
Un besote.
Pablo
Exacto, Pablo. Son malos tiempos para las tildes; así que, y a menos que mi micro deje de ser ciencia ficción, estas pobres e indefensas marcas distintivas precisan de todo nuestro apoyo para sobrevivir.
EliminarMe alegra que te haya gustado mi relato.
Un abrazo.
Por mucho que evolucione la lengua supongo que siempre quedarán aquellas tildes necesarias. Para mí hay algunas de las que han quitado que, aunque me acuerde de que ha cambiado la norma, me cuesta no ponerlas. Ya me iré acostumbrando.
ResponderEliminarMuy sensible tu relato, Fina, y muy bien escrito. Como siempre.
Enhorabuena y un abrazo.
Enrique.
¡Ay, Enrique! No quieras saber el disgusto tan grande que me llevé con esas normativas desapariciones. ¡¡¡Si es que a las pobres les llueven palos por todas partes!!!
EliminarGracias por tus palabras siempre tan amables.
Un abrazo.
Yo en acto de rebeldía, sigo poniéndolas a la antigua usanza, "Quizá sólo me quede solo, pero sólo lo haré para protestar..."
EliminarPues yo como vosotros, esos cambios no me gustaron nada y soy incapaz de no ponerlas, sobre todo con "sólo".
EliminarComo ves, Isidro, solo no estás y sólo con organizarnos un poquito tal vez podamos conseguir que, entre todos los casos de tildes eliminadas, éste no pase de ser una recomendación ;)
EliminarEscribo este comentario con pies de plomo y procurando escoger palabras sin tildes para no equivocarme. Sospechaba que alguna vez ibas a homenajear la tilde.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pd- Si falta alguna ya sabes... ;)
Halaaaaaaaa. Tampoco eres tú poco exagerado. Ni que fuera tras tus escritos corrigiéndote las tildes :P
EliminarUn abrazo.
Fina, solo quiero poner el acento en mi admiración por tan buen relato. Un abrazo.
ResponderEliminar¡Caray! Y yo no puedo por menos que agradecerte tus palabras y ese acento, Salvador.
EliminarUn abrazo.
Una eficaz arenga en defensa de tan admirable misión. Me ha gustado tu relato, Fina.
ResponderEliminarSuerte y un abrazo.
Creo que se lo debía, María Jesús, por tantísimos años haciéndonos mutua compañía :) Me alegra saber que te ha gustado.
EliminarUn abrazo.
A mí me encanta que sea una misión cumplida. Me duelen los ojos cuando no veo tildes donde tiene que haberlas y no pongo la mano en el fuego por nadie porque yo también puedo tener algún lapsus, pero hoy en día con todos los correctores que hay ...
ResponderEliminarUn beso fuerte Fina y un me gusta mucho este gran homenaje a la tilde.
Malu.
¡Huy! Si es que hay veces que hasta yo misma me sorprendo de lo optimista que puedo llegar a ser (je, je, je) pues mucho me temo que hay misión para rato. Eso sí, ni se nos ocurra plantearnos que sea una misión imposible. No podemos dejarlas desamparadas ahora que más nos necesitan, Malu, porque, a pesar de tantos correctores, la realidad es que los hay que o bien pasan olímpicamente de ellas o bien las colocan al tuntún, y eso también duele bastante ;)
EliminarMe alegro de que mi relato te haya gustado.
Un abrazo.
Y lo que se echan de menos cuando, después de toda una vida utilizándolas, la bendita RAE nos las quita en algunos casos. :) Un micro muy interesante, Fina. Un saludo.
ResponderEliminarAhora sí... ahora no... Es que esto no es nada serio. De ahí que de un tiempo a esta parte tenga la impresión de que quienes ocupan determinada silla no buscan sino justificar sus honorarios. O eso o marearnos ;)
ResponderEliminarGracias, Matrioska, por tu comentario.
Un saludo.