Vecinos
Estaba harto de que aquel vecino ignorase sus buenos días. No iba a tolerarlo más.
Esperó en la escalera y al no obtener respuesta a su saludo disparó por la espalda. El hombre cayó y se golpeó la cabeza violentamente. Su implante coclear rodó hasta los pies de su asesino.
Esperó en la escalera y al no obtener respuesta a su saludo disparó por la espalda. El hombre cayó y se golpeó la cabeza violentamente. Su implante coclear rodó hasta los pies de su asesino.
Como me he quedado sin palabras... plas, plas, plas, plas.
ResponderEliminarAplausos, eh, no tiros.
Buenísimo, Miguel.
Muchísimas gracias. Un saludo
EliminarBueno, bueno... Qué verdad es que formamos muchas ideas erróneas en la cabeza a todos los niveles. Enhorabuena, muy bien contado. Un abrazo.
ResponderEliminarEl tema de los vecinos es bien, pero que bien complicado.
ResponderEliminarLo único que en este caso nos traes una historia que refleja muy bien ese dicho de las apariencias engañan y que no hay que dejarse llevar por la primera y siguientes impresiones ... Pobre vecino, con su sordera no oía nada, aunque ... digo yo ... no le hubiera costado nada saludar al cruzarse con alguien, no?
Muy bien contado, besos.
Malu.
Contundente respuesta y contundente relato. De los que no dan lugar a interpretaciones.
ResponderEliminarUna breve historia, completa y bien contada. Me ha gustado.
Y como de todo se aprende, a partir de hoy seré mucho más amable con mis vecinos, sobre todo con ese que me mira raro.
Un saludo
Pues vaya, Miguel. Parece que el asesino tampoco quiso saber mucho de la vida de su vecino (cosa loable, por cierto) y el asesinado con sus problemas de audición no podía escuchar pero, como dice Malu, al menos un gesto no hubiera estado mal. Claro que tampoco es para matarlo.
ResponderEliminarUn saludo.
Pablo
Supongo que el hombre, además de sordo, era un maleducado, aunque el vecinito de la escopeta es un zumbado en toda regla. Un micro muy bien narrado, Miguel. Un saludo.
ResponderEliminarVaya unos humos que se gasta el vecinito... jeje
ResponderEliminarYo siempre saludo, por si acaso...
Me ha gustado.
Saludos.
Pero bueno, ¿dónde ha quedado rallar el coche, robar el correo, dejar notas anónimas en el buzón o poner a parir a alguien a sus espaldas? ¡Vaya maneras!
ResponderEliminarMuy bueno Miguel. Saludos.
quería rayar el coche, pero bueno la intención es la que cuenta, en este caso la mala intención ...
ResponderEliminarSi es que hay vecinos que ya no se contentan con amargarte la vida, ¡no!, que han de arrebatártela. ¡Muy buen micro, Miguel!
ResponderEliminarUn saludo.