Cajas
En una caja guardo tu sonrisa, en otra guardo tu aroma. Hay muchas cajas más. En la última caja guardo lo más importante, cuando la abras no pienses que está vacía, es que se comenzará a llenar el día de mañana y, aunque no lo veas, ahí está la esperanza.
Yo tengo otra caja en la que guardo los relatos que me llegan al corazón. Y el tuyo ya está ahí.
ResponderEliminarPrecioso, Ricardo.
Es una alegría que puedas albergar de tal forma estas simples cincuenta palabras. Un abrazo.
EliminarRicardo, yo no tengo una caja, pero sí una libreta donde van los relatos que me llegan y este ya tiene un sitio en ella. Muy bueno.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pablo
Muchas gracias. Es una alegría que le des ese cobijo a mis cincuenta palabras.
EliminarVeo que, además de cajas, también tienes arte para llegar a la fibra. Felicidades.
ResponderEliminarUn saludo.
Gracias Paloma. Lo mejor que puede tener alguien que escribe es la lectura. Que mis palabras tengan eco, es lo mejor que puede pasarme.
ResponderEliminarCon estas cajas, no importan las mudanzas.
ResponderEliminarMuy tierno, Ricardo.
Un saludo.
Lo más importante en las mudanzas es poder guardar las emociones en palabras. Gracias por leer.
EliminarSe ve, Ricardo, que abriste la caja donde se guarda la inspiración para sacar a la luz este relato tan sencillo y a la vez tan emocional.
ResponderEliminarVa mi "Me gusta" (recién sacado de mi caja) y un saludo que espero guardes en una caja especial: La de tus amigos lectores.
¡Enhorabuena!
Un abrazo José Antonio, que con simplicidad en la palabra pude llamar la atención. Gracias.
EliminarLas cajas están hechas para contener aquello que merece la pena conservarse y, curiosamente, tanto más valor tiene su interior cuanto más intangible es y menos ocupa. Cuanto puede dar de sí una palabra en apariencia bastante plana y con sólo cuatro letras.
ResponderEliminarUn relato sencillo y efectivo.
Un saludo
Gracias Ángel.
ResponderEliminarCajas como pequeños espacios que albergan lo que importa, y la esperanza ocupándolos todos. La esperanza, esa curiosa ilusión que puede resultar ser la más peligrosa ladrona de oportunidades o el más bello medio de transporte.
ResponderEliminarUn bonito relato, Ricardo.
Un saludo
Muy buen punto de vista Antonio. Gracias.
EliminarEspero que la caja sea bien grande, que la esperanza es muy necesaria en los tiempos que corren.
ResponderEliminarUn relato precioso, Ricardo.
¡Saludos!
Muchas gracias por los cumplidos.
EliminarUn micro muy bonito y esperanzador, Ricardo. Un saludo.
ResponderEliminarGracias por leerlo.
EliminarPrecioso Micro. Me encantó, enhorabuena...
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario.
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