De lo que aconteció a una guerrera y su amado
Al cruzar el viejo portón, aún podía oír el recuerdo de disonantes voces cruzadas. Mientras desabrocha su fíbula, observa apenada la estancia imaginando tal vorágine. El lecho partido, pertrechos por doquier... Sobre el arca, una carta de despedida:
Destrocé con mi espada lo que no supe defender con el corazón.
Destrocé con mi espada lo que no supe defender con el corazón.
Tu texto evoca (a mí, al menos), historias de batallas medievales, cruces de espadas, polvo, sangre, gritos, amores, desamores, traiciones, polvos, luchas... y aún me cuesta adivinar lo que por su cabeza correria a esa mujer guerrera, amante de un guerrero perdedor de batallas y de amor.
ResponderEliminarBienvenido Tony a este club de los 50palabras. Suerte y un abrazo.
Gracias Isidro. Ese es mas o menos el sentido. Aunque en la última frase condenso toda la historia. Un abrazo.
Eliminar¡Bienvenido al club "cincuentapalabrero", Tony Montes!
ResponderEliminarVa mi primer "Me gusta" y espero que sigamos viéndonos por estos lares.
Saludos.
Gracias Jose Antonio. Seguro que si, soy nuevo en esto pero pica eso de plasmar en 50 palabras algunos pensamientos. Gracias de nuevo por tu mensaje.
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