El donante
Al despertar de la anestesia, después del complicado trasplante de cerebro cuyo donante fue un vecino suyo, comprendió que todo cambiaría favorablemente para él. Así fue, ya que de inmediato volvió a disfrutar de su coche, sus vacaciones, su trabajo... Incluso, a diario, perseguía a su esposa con desmesurada lascivia.
Muy ingenioso, Joaquín.
ResponderEliminarVaya con el vecino! Me ha gustado mucho.
Un abrazo
Pablo
Contribuyó al amor conyugal.
ResponderEliminarMuy bueno y aleccionador. Felicidades
ResponderEliminarPobre señora, seguro que lo mató por el acoso que recibía... y ni después de muerto se libra de él, jajaja
ResponderEliminarMuy bueno, Joaquín.
Un abrazo.
Ese posesivo "su" y su ambivalencia, su doble sentido. ¿De quién es ese "su"? ¿Del transplantado? ¿Del donante?
ResponderEliminarIngenioso tu relato, Joaquín. Va mi "Me gusta" y un fuerte abrazo.
Creo que nos has sembrado la duda con el ambiguo apócope posesivo "su".
ResponderEliminarYo lo tomo como "suyo propio" y de moraleja... no apreciamos lo que tenemos hasta que lo perdemos por desidia, costumbre, rutina... etc.
Joaquín, va mi me gusta y mi abrazo.
Pues ya nos imaginamos en qué tenía ocupada la cabeza el vecino antes de la donación.
ResponderEliminarMuy bueno, Joaquín.
Saludos.
Un cerebro nuevo que, además de la materia gris, viene acompañado de algún que otro pensamiento, también gris, del donante. ;-) Muy bueno, Joaquín. Un beso.
ResponderEliminarEsperemos que transplantado y donante aprovechen esta segunda oportunidad que les brinda la vida/muerte.
ResponderEliminarSaludos, Joaquín
No sé si es bueno o malo, pero esa mujer va a tener a dos en uno, amante y marido, una mezcla curiosa. Has traído a nuestros días el mito de Frankenstein, pero sin drama y de forma simpática, porque tu protagonista sabe vivir la vida, eso, en principio no es ser un monstruo.
ResponderEliminarUn saludo, Joaquín
Me gustan estos trasplantes de cerebro que cuentas. A ver si evoluciona la técnica y, además, pueden transmitir también la cultura del donante.
ResponderEliminarGracias por la sonrisa que me has arrancado.
Un saludo, Joaquín.
Tal vez las asociaciones de donantes deberían incluir tu micro en sus panfletos ;)
ResponderEliminarUn abrazo, Grau.