El donante

Al despertar de la anestesia, después del complicado trasplante de cerebro cuyo donante fue un vecino suyo, comprendió que todo cambiaría favorablemente para él. Así fue, ya que de inmediato volvió a disfrutar de su coche, sus vacaciones, su trabajo... Incluso, a diario, perseguía a su esposa con desmesurada lascivia.
Escrito por Joaquín Grau

12 comentarios :

  1. Muy ingenioso, Joaquín.
    Vaya con el vecino! Me ha gustado mucho.
    Un abrazo
    Pablo

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  2. Contribuyó al amor conyugal.

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  3. Muy bueno y aleccionador. Felicidades

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  4. Pobre señora, seguro que lo mató por el acoso que recibía... y ni después de muerto se libra de él, jajaja
    Muy bueno, Joaquín.
    Un abrazo.

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  5. Ese posesivo "su" y su ambivalencia, su doble sentido. ¿De quién es ese "su"? ¿Del transplantado? ¿Del donante?
    Ingenioso tu relato, Joaquín. Va mi "Me gusta" y un fuerte abrazo.

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  6. Creo que nos has sembrado la duda con el ambiguo apócope posesivo "su".
    Yo lo tomo como "suyo propio" y de moraleja... no apreciamos lo que tenemos hasta que lo perdemos por desidia, costumbre, rutina... etc.
    Joaquín, va mi me gusta y mi abrazo.

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  7. Pues ya nos imaginamos en qué tenía ocupada la cabeza el vecino antes de la donación.
    Muy bueno, Joaquín.
    Saludos.

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  8. Un cerebro nuevo que, además de la materia gris, viene acompañado de algún que otro pensamiento, también gris, del donante. ;-) Muy bueno, Joaquín. Un beso.

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  9. Esperemos que transplantado y donante aprovechen esta segunda oportunidad que les brinda la vida/muerte.

    Saludos, Joaquín

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  10. No sé si es bueno o malo, pero esa mujer va a tener a dos en uno, amante y marido, una mezcla curiosa. Has traído a nuestros días el mito de Frankenstein, pero sin drama y de forma simpática, porque tu protagonista sabe vivir la vida, eso, en principio no es ser un monstruo.
    Un saludo, Joaquín

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  11. Me gustan estos trasplantes de cerebro que cuentas. A ver si evoluciona la técnica y, además, pueden transmitir también la cultura del donante.
    Gracias por la sonrisa que me has arrancado.
    Un saludo, Joaquín.

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  12. Tal vez las asociaciones de donantes deberían incluir tu micro en sus panfletos ;)
    Un abrazo, Grau.

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