El extraño caso de Leonor K
Él lloraba arrodillado junto al féretro. Ellas quedaron a las nueve en el portal y caminaron arracimadas, en silencio hasta el cementerio.
Todas participaron en la colecta para la corona, "Descanso eterno".
Regresaron a sus casas, confiadas, pero aquella noche tampoco pudieron dormir. Persistieron los jadeos, ahora prolongados y ululantes.
Regresaron a sus casas, confiadas, pero aquella noche tampoco pudieron dormir. Persistieron los jadeos, ahora prolongados y ululantes.
Aterrador, depende de la interpretación que se le dé
ResponderEliminarUna difunta que no termina de cambiar de dimensión, que sigue teniendo "genio y figura" tras la sepultura, que de "descanso" nada, ni propio ni ajeno. Un relato inquieto, donde nada puede darse por sentado.
ResponderEliminarUn saludo, José
consolmr, Ángel, gracias por vuestros comentarios.
ResponderEliminarFeliz verano y buenas letras.
Jose
Desde luego que la envidia no desaparece con la eliminación del objeto que la produce. Me parece magnífico tu relato, José. Esta es mi interpretación, aunque como con todo lo que escribes veo mucho caminos por donde tirar. No sé si está basado en alguien real; esa K recuerda al personaje del Proceso y le da connotaciones clásicas. Por otro lado, su prosa es de gran altura.
ResponderEliminarEnhorabuena y un abrazo.
Enrique.
El descanso eterno dudo que lo encuentren estas mujeres arracimadas, y es que la envidia tiene mal pronóstico y peor cura.
ResponderEliminarMe gusta la historia y que esté tan abierta a la imaginación.
Un saludo, Jose.
Margarita, Enrique, quería sugerir con algunas pistas y pinceladas sueltas una historia de amor y envidia, odio y muerte, para regresar al amor; renacido, inmaterial y eterno.
ResponderEliminarUna pareja de amantes da rienda suelta a su pasión día y noche, sin atender a las quejas de sus vecinas, hurañas y resignadas a la soledad. Hartas de oír lo que ellas olvidaron hace tanto tiempo, se reúnen y se ponen de acuerdo para asesinar a Leonor.
A la vuelta del cementerio descubren horrorizadas que nunca podrán dejar de escuchar la respiración agitada de la consumación del deseo más básico y esencial.
El espíritu o fantasma de ella se ha vuelto a reunir con el afligido amante.
O algo así..., cualquier otra interpretación que pudiera inspirar el texto es tan válida como la mía.
Muchas gracias por vuestros comentarios. Abrazos y que disfrutéis del verano ;))
Jose
José, tu relato estimula nuestra imaginación hacia mil historias, todas ellas inquietantes. Aunque, después de leer tu comentario, juego con ventaja. Muy bueno. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias por tu generoso comentario. Saludos, Salvador.
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