El legado
Hijo mío, como un torbellino pasará esta vida, y aunque lo intenté no podré protegerte de ella.
Entonces, aunque no esté y olvides las palabras, quédate con lo primero y último que pude darte, siéntete siempre reconfortado. Porque no se necesita mucho más para sentirse bien que un buen abrazo.
Entonces, aunque no esté y olvides las palabras, quédate con lo primero y último que pude darte, siéntete siempre reconfortado. Porque no se necesita mucho más para sentirse bien que un buen abrazo.
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