Envite
En un momento de ciega desesperación, aposté al rojo e impar. Miraba cómo la ruleta giraba. Bailaba con ritmo trepidante sin decidirse a parar, jugando con el destino.
Por un instante deseé retirarme del juego. Pero la fortuna ya estaba escrita. Acerté. Rojo sangre y tiro acertado a su amante.
Por un instante deseé retirarme del juego. Pero la fortuna ya estaba escrita. Acerté. Rojo sangre y tiro acertado a su amante.
Mª Belén, me parece que ese juego de ruleta es más bien una ruleta rusa si no me equivoco.
ResponderEliminarMuy bien contado, lo que no es sorpresa viviendo de ti.
Un besote.
Pablo
Gracias Pablo. La ruleta tras un engaño quiere jugar y las balas en el cargador están dispuesta a ello. Una infidelidad, doble apuesta, amante y amada pierden el juego.
EliminarUn beso.
Un juego peligroso. Más que un envite, diría que es un órdago a la grande en el que sabía que llevaba la mano perdedora.
ResponderEliminarSaludos, Mª Belén.
Gracias Margarita. El verdadero juego peligroso es la infidelidad y ser descubiertos, de ahí que la apuesta segura sea su muerte. Es cierto que sabía que llevaba la mano perdedora. En el amor y en el juego siempre hay alguien que pierde.
EliminarUn beso guapa.
Ha sido el destino, sin duda, él o ella sólo fueron su instrumento ejecutor. Si hubiera salido par y verde no habría ocurrido nada; rojo y par, los dos amantes muertos, así que las culpas a la ruleta. El azar es caprichoso, o quizá todo forma parte de un plan predestinado, quién puede saberlo.
ResponderEliminarMuy imaginativo, María Belén
Un abrazo
Gracias Ángel. Acertado comentario. El destino y el juego son dos inciertos compañeros. Amantes muertos por apostar al par, sangre derramada por acertar en el color. Si fue todo un plan preparado o azar de encontrárselos lo vamos a dejar abierto al gusto del lector.
Eliminarun beso grande.
El giro de la ruleta me trae la imagen del tambor del revólver, de donde sale la bala que llevaba impresa la muerte de ese amante. Un microrrelato muy metafórico, muy bueno, narrado con agilidad.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias Beto. Una imagen muy bien traída. Cierto que el tambor contenía dos balas de castigo. Y es que en el juego del amor si haces trampa pierdes siempre, hay que jugar con honestidad.
EliminarUn abrazo.
Un micro muy ágil y que nos mantiene en tensión hasta el giro final, muy inteligente. Lo que parecía un juego de ruleta rusa acaba siendo una venganza por celos. Has reflejado muy bien la inmediatez de la acción y me ha parecido genial ese breve momento de arrepentimiento. Enhorabuena, tocaya. Una apuesta de altura.
ResponderEliminarGracias Belén. Inteligente comentario el tuyo, sabes captar toda la esencia del texto. Siempre antes de cometer una atrocidad hay momentos de arrepentimiento, pero todos sabemos que en momentos de locura el gatillo, desgraciadamente, va ser oprimido. El fina, un tono rojizo que espanta.
EliminarUn beso preciosa.
Ya lo tenía claro cuando empezó a jugar... apostó al rojo sangre, y al que sobraba... ese número impar así me lo sugiere.
ResponderEliminarDecidirse solo fue cuestión de apretar el gatillo.
Muy buena apuesta, Mª Belén.
Un me gusta merecidísimo.
Muchísimas gracias Rosy. Un comentario acertado de la historia. Unos segundos de duda nada más, él ya sabia a lo que iba. la apuesta estaba en la mesa... o en la cama...
EliminarUn beso y otro más guapa.
Esa ruleta de los celos y la desesperación había decidido en cuanto se puso a girar, en qué acabaría el juego. Muy buen micro, Mª Belén. Un saludo.
ResponderEliminarGracias Matrioska. Cuando uno apuesta alto y sin tener en cuenta las consecuencias, el final está próximo y el resultado nefasto. La locura de los celos llevado al más alto grado.
EliminarUn saludo y un abrazo.
Hay asuntos que lo mejor es no jugárselos ni apostárselos.
ResponderEliminarVa mi "Me gusta", Belén, y mi reconocimiento personal para tu relato. Muy bien descrita una relación amorosa ciertamente trágica (al menos así la veo).
Un saludo.
Buenas José Antonio. En asuntos de amor es mejor no apostar ni jugarselo. siempre hay un perdedor y un ganador vencido de alguna manera, en este caso, como tú bien dices, la tragedia está presente.
EliminarGracias por tus palabras, voto y tú presencia en este pequeño espacio de 50 palabras. Un abrazo.
Celos, venganza, aciertos en esa apuesta desesperada.
ResponderEliminarMuy bueno Belén.
Un beso.
Malu.
Gracias Malu. Con solo tres palabras has resumido el relato de manera acertada. Los celos son malos y cuando se tiñen de venganza el resultado hace perder cualquier apuesta.
EliminarUn beso.