Inmortales
Hacía tiempo que sus ojos no se encontraban, años. Sabían el uno del otro porque nunca se dejaron de buscar. Sus vidas habían cambiado tanto que ya era complicado dar los besos infinitos no dados, las noches durmiendo juntos, los momentos alejados. Su piel temblaba sin tocarse. Amor eterno platónico.
Nada hay más fuerte que el amor. Precioso relato. Su piel temblaba sin tocarse, al saber que aún se querían y que se querrían para siempre aunque no se volvieran a ver.
ResponderEliminarMe gusta mucho, Jem. Un abrazo.
Muy bien narrado ese amor no consumado pero inmortal. Me ha gustado tu micro, Jem. Un saludo.
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