Mala vida
El café aromatizaba la estancia. Ella planchaba con grato esmero la raya del pantalón y el cuello de la camisa mientras él se aseaba. Más tarde se besaron al despedirse con un mutuo "que te vaya bien el día, cariño" mientras ella pensaba ya en recibir a su próximo cliente.
Cuando sea famosa y gane pasta a montón con mis novelas góticas, te compraré los derechos cinematográficos de este relato, M.A. Rodaré un corto: ella, Adriana Ugarte; él, José Coronado. Ahí lo dejo...
ResponderEliminarJajajaja... Patrícia, cuando quieras!!
EliminarGracias!! Un saludo!
Todo tan idílico, que casi parecía de Walt Disney, y de repente ¡golpetazo! Conocemos la profesión de ella, pero miedo me da pensar en la de su marido, seguro que no es convencional y estará acorde con esa "mala vida". Un hombre a quien no le importa acostarse en una cama tan transitada no puede ser trigo limpio.
ResponderEliminarOriginal, contundente y sorprendente, en tu línea.
Un abrazo, campeón
Gracias, Ángel!! Viniendo de tí ... jejeje
EliminarLa interpretación es muy abierta!!
Un saludo! ;)
En cada lectura que hago de este microrrelato me sugiere distintas historias y todas me gustan, incluida la que cuenta el autor.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias por tu comentario, Beto!
EliminarMe gustaaaaaaaa
Un saludo!
Un relato que activa la imaginación.
ResponderEliminarAsí lo espero, Ricardo!!
EliminarMuchas gracias!!
Un saludo!
Una situación doméstica aparentemente por cauces normales y, de repente, ¡zas! en toda la... conciencia. Aunque un pego, Marca: ¿Mala vida? o ¿Tal vez buena? Que todo depende desde el punto de vista de quien mira o habla.
ResponderEliminarVa mi "Me gusta" y un saludo.
GRACIAS, José Antonio!!! Como bien dices, mala o buena??? Yo me acojo a lo de mujeres de "mala vida" ... pero dándole otra vuelta... ;)
EliminarUn saludo!!!
Huelo el aroma del café, veo la raya del pantalón, atisbo las expresiones de tus protagonistas...
ResponderEliminar¡Qué bien expresado con esas cincuenta palabras!
me ha gustado mucho.
Un abrazo
Pablo
Muchas gracias por tus palabras, Pablo!! Es todo un honor!!
EliminarUn saludo!
El tacto de ese beso, el olor del café, el sonido del vapor de la plancha, la visión de la raya perfecta de los pantalones y ese sabor agridulce que queda al final, con esas tres únicas palabras que modifican los sentidos.
ResponderEliminar¡Una auténtica explosión!
Un saludo, Marca.
Gracias, Margarita!!!
EliminarEspero que la explosión no cause bajas!! jajaja
Un saludo!!! ;)
Me queda una duda al leer tu micro, Marca. No es lo mismo “su próximo cliente” que, su “primer cliente”, salvo que a todos les planche el cuello de la camisa. Espero que me aclares porque estoy en un sinvivir. :) Buenas descripciones. Un saludo.
ResponderEliminarMatrioska, lo difícil de un relato de 50 palabras es dejarlo cerrado. Yo lo dejo abierto para que el lector lo termine a su gusto. Algún día los cerraré!! jajajja
EliminarEn este relato me acojo al famoso "por qué le dicen sexo cuando quieren decir amor" ... jejeje por eso la protagonista busca -además- el amor en todos sus clientes.
Un saludo!
Me sumo a lo dicho por aquí arriba, cuantas más veces lo leo, más interpretaciones le doy. Leyendo la explicación que le das a Matrioska, quizá ya lo cierra todo un poquito y qué triste,no? Buscando el amor de forma desesperadas, pidiendo a gritos migajas de cariño.
ResponderEliminar50 palabras cargadas de sentimiento, ¿quizá ignorado?
Un beso fuerte.
Malu.
Malu, muchas gracias por tus palabras!!!
EliminarQuizás, esa "rutina cariñosa", ese "amor natural" lo echamos en falta cuando no lo tenemos... No se!
Un beso!!! ;)
Yo lo que veo aquí es un servicio completísimo o quizá un replanteamiento de las relaciones humanas. Mala vida en ambos casos. Pero muy buen relato.
ResponderEliminarEnhorabuena, Marca, y saludos.
Enrique.
Muchas gracias por tu comentario, Enrique!!
EliminarYa veo que las interpretaciones son variadas y muy válidas! ;)
Un saludo!
Marca, con tu permiso te doy mi interpretación, ya que el relato incita a ello. La protagonista tiene un negocio (la crisis espolea la imaginación); ejerce de mujer con los clichés convencionales, y hombres que no tienen pareja pagan estos servicios de cotidianidad y convivencia. Me ha gustado . Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, Salvador, por tu comentario!!
EliminarPodría ser una "esposa" por horas... Por qué no???? ;)
Recibe un saludo!!!
Tal como lo cuentas, M.A., no hay nada sórdido en esta relación, digamos, profesional. Al contrario, lo que uno se encuentra en tu relato son cuidados mútuos,dedicación e incluso buenos deseos; y una manera elegante y precisa de contarlo, por supuesto.
ResponderEliminarSaludos
Gracias por tus palabras, Notincgas!!!
EliminarUna magnífica interpretación!! ;)
Un saludo!
Un todo incluido, con final feliz y además salen planchados.
ResponderEliminarMarca que gran relato, normalidad en una vida que no lo es, sentimiento en una relación compartida, una vuelta a la vida, un giro inesperado, unas letras que te hacen grande como tu relato.
Magnifico, un beso... te lo has ganado,
MªBelén, muchísimas gracias por tus palabras!!! ;)
EliminarMuchos besos para tí!!
Muy agradecido!
Es una pareja aparentemente "normal". Ella es la perfecta ama de casa, que se despide de su maridito, diariamente con un beso. El hace lo propio, se va a trabajar y le da otro besito. Después cada uno hace lo que le viene en gana. Ella, por ejemplo, busca, encima cobrando; lo que con él ya no tiene. Dudo si él lo sabe, aunque me da que sí. En este tipo de parejas, lo importante es el "aparantaje"... ¡qué guay todo....!
ResponderEliminarMarca, seguro que no he dado ni una... en cambio yo sí te doy un "me gusta" ;-)
Un abrazo.
Jajajaja Rosy, ya me vale tu versión!!
EliminarGracias!!!
Un saludo!! ;-)