Compañerismo
Aquella becaria tenía una repelente risa de hiena que prodigaba con los clientes y en la pausa del café, pero dejó de enervarme cuando me confió sus problemas nerviosos. Seguro que incluso ella agradeció que culminara el masaje cervical con un crujido letal, definitivo, que infundió paz en el departamento.
Definitivo, Belén. Vaya giro en cincuenta palabras. El crujido me ha dolido a mí.
ResponderEliminarMuy bien contado.
Un beso.
Pablo
¡Que bueno Belén! Un crujido que he oído y sentido, ciertamente ahora todo está más silencioso y en calma, Los compañeros deben estar agradecidos y yo lo estoy por este ocurrente y fantástico 50.
ResponderEliminarUn beso "compañera" TocayaBombón.
Muy buen micro, Belén. El crujido es tan sonoro como el posterior silencio. Me ha gustado mucho. Felicidades y un saludo.
ResponderEliminarA grandes males, grandes remedios. La incontinencia verbal resulta especialmente molesta, así que todos contentos, hasta la becaria, incluso me atrevería a decir que especialmente ella, libre al fin de una maldición insoportable. También me atrevo a aventurar (estoy osado hoy) que, fino humor negro aparte, has tomado este personaje de la realidad, yo he conocido a alguno/a similar.
ResponderEliminarTe mueves admirablemente en todos los registros, Belén, siempre es un gusto leerte.
Un abrazo
La mayoría de los juicios a priori están sustentados en el desconocimiento y/o la intolerancia, pueden ser muy peligrosos. Un micro muy bueno, sutil.
ResponderEliminarSaludos.
Crack! no me refiero al sonido que ha quedado en el ambiente, me refiero a que eres una crack en el género del sado.
ResponderEliminarMuy bien amiga Belén.
Te envío un me gusta y un beso.
Se me ha metido en las entrañas esa "paz crujiente", Belén. Si tú dices que hasta ella agradeció el remedio, me lo creo, pero para mí que hay terapias menos invasivas que también podrían ser eficaces, para ella y para el masajista, que también tiene su punto.
ResponderEliminarBien contado.
Un saludo.
¡Excelente, Belén! El crujido llegó justo a tiempo para darle esa vuelta de tuerca al micro y hacerlo espeluznantemente genial.
ResponderEliminarUn beso.
Ese micro tuyo lo he soñado yo despierta muchas veces
ResponderEliminarJAJAJA
Muy buen giro final. Enhorabuena.
Saludos
Por favor, quiero que este micro lo lean todos esos personajes con risa de hiena y se atengan a las consecuencias ... Ja, ja, ja.
ResponderEliminarMuy bueno, Belén. Un beso.
Malu.
Muchas gracias a todos por vuestra visita y vuestros comentarios. Sois muy majos y me caéis muy bien, tanto que estoy dispuesta a daros un masajito relajante en la nuca. Quién quiere ser el primero?
ResponderEliminarPaz para ella seguro, y te has ganado el respeto con tintes de terror. ¡A ver quién te lleva la contraria ahora! Contundente y divertido relato, Belén. Un abrazo.
ResponderEliminarBelén, por Dios, no me des ideas... ¡¡¡no me des ideas!!! (je, je, je). Buenísimo.
ResponderEliminarUn abrazo.
A lo mejor con unas pastillas habría valido también, aunque que nada como los remedios naturales. Muy bueno, Belén. Divertidamente cruel.
ResponderEliminarEnhorabuena y una abrazo.
Enrique.