El final
Una vieja dama espera cortésmente en la penumbra de la alcoba. Sobre la mesilla enmohecen, inútiles ya, medicinas y remedios. No hay llanto ni bisbiseos de beatas. Al alba esparce su olor dulzón y, tomando con su mano descarnada la del moribundo, la Parca abre la ventana del último suspiro.
Belén: creo que sería imposible contar mejor el final. No le falta un detalle. Me ha parecido MAGNÍFICO.
ResponderEliminarUn bedote de los fuertes.
Pablo
Muchísimas gracias por tu visita y tu comentario, Pablo, y un beso grande para ti también.
EliminarObviamente lo que te quería enviar un besote. No un bedote, jajaja.
EliminarSí, te había entendido bien. Besote para ti también.
EliminarUn 50 palabras de una gran belleza. Con que delicadeza hablas de la dama de la muerte, de ese aroma dulzón y del último suspiro, casi no da miedo morirse.
ResponderEliminarMe encanta de verdad pura poesía.
un beso enorme Belén
Mil gracias, tocaya. Me da mucha alegría que hayas visto algo de poesía siendo tan grande como tú eres en ese campo. Muchos besos para ti.
EliminarEntre las virtudes de doña Parca se destacan la paciencia y la cortesía, sabe mantenerse al margen hasta que es su turno. En este magnífico microrrelato, nos muestre lo inevitable de su compañía, muy bueno. Dejo un me gusta.
ResponderEliminarSaludos.
Muchas gracias, Beto. Me alegro de que te haya gustado y gracias por tu opinión. No siempre es fácil llegar al lector con un tema que no solemos querer afrontar. Un abrazo.
EliminarQué bien se te da la fotografía, Belén. Un tema eterni contado con maestría.
ResponderEliminarBssss
Gracias, Luis. Sí que es un tema recurrente y delicado al que quería dar una visión de paz para restarle dureza.
EliminarSiguiendo el hilo de Luis, quiero resaltar el hecho de que hayas escogido un tema tan usual como el de la muerte y le hayas dado una visión original, en el sentido de única y distinta; y a estas alturas de la película, eso no es nada fácil, así que, enhorabuena.
ResponderEliminarSaludos
Gracias, Notincgas. La muerte suele ser cruel y dolorosa, pero también hay ocasiones en el que es un punto final que forma parte de nuestra condición y es un paso necesario. Un abrazo.
EliminarEl final ineludible contado sin dramatismos, pues de nada sirven, de hecho, se hace hincapié en la ausencia de llantos y bisbiseos. Dos personajes, no hacen falta más, uno de ellos sabe aguardar con paciencia para cumplir su cometido. El paso de una etapa a otra de una forma natural como la noche y el día. Un lenguaje sencillo pero muy cuidado, que por momentos coquetea con la poesía.
ResponderEliminarObvio decir que me ha gustado, como no puede ser menos si se trata de un texto de una gran narradora a la que leo con placer.
Un abrazo veraniego, Belén
De un hábil poeta como tú me halaga que aprecies mi intención de coqueteo con el lenguaje lírico, ya sabes cuánto os admiro a los que lo lográis y expresáis sentimientos tan potentes. Muchas gracias y besos veraniegos para ti también, Ángel.
EliminarCon los cinco sentidos, tu relato se disfruta con los cinco sentidos.
ResponderEliminarFelicidades y un abrazo
EliminarMil gracias, Paloma. Tu opinión me ha llenado de alegría y me encanta que te haya gustado, gran poeta y relatista. Un gran abrazo.
EliminarUn final elegante, cuidadoso; no es la imagen que tengo de La Parca, así que te agradezco que me la hayas dado.
ResponderEliminarFelicidades!!
Gracias, Luisa. A veces también ella se porta como una dama y es de justicia reconocerle el mérito. Un abrazo
EliminarUnir belleza y muerte no es fácil, pero tú lo consigues con solvencia dibujando una escena en la que no se puede decir más con tan poco.
ResponderEliminarEnhorabuena Belén, siempre es una gozada leerte.
Muy agradecida, maestro. Me alegro de que te haya gustado a pesar del tema fúnebre. Un abrazo.
EliminarPrecioso y preciso relato con la soledad, la Parca y el estoicismo del enfermo que afronta su final. A menudo, ante lo bello o lo perfecto me quedo sin palabras.
ResponderEliminarPor no se descortés, al menos te envío un sincero abrazo y mi "me gusta"
ResponderEliminarMil gracias, Isidro. Un honor tu comentario tan amable, hacía mucho que no tenía noticias tuyas. Un gran abrazo.
EliminarFinal del trayecto y la muerte como nueva compañía. Precioso relato, Belén. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, Salvador. Es un comentario que me ha gustado mucho, muy buena interpretación. Un abrazo.
Eliminar¡Magnífico! Si digo más, lo estropeo. Coincido con todo lo dicho anteriormente, por eso no añado más.
ResponderEliminarTe mando un beso grande.
Malu.
Muchas gracias, Malu. Un beso grande para ti también.
EliminarUna imagen gótica, que fácilmente podría ser pintada debido a tus palabras, pero además que cobra un lugar físico y temporal. Saludos.
ResponderEliminarSí, me gusta lo de la imagen gótica, Ricardo. Gracias por la visita.
EliminarMagnifico Belen. Me parece un micro lleno de cariño y elegancia. Enhorabuena y gracias por compartirlo con nosotros.
ResponderEliminarGracias a ti por leerlo y comentar. Un abrazo, Tony.
EliminarTras leer una historia contada de manera tan elegante y delicada resulta imposible temer a la muerte. Espero recordarla siempre. Gracias, Belén.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sí, Fina. Ójala fuera siempre así. Abrazos.
EliminarUn delicado trato a dama tan inmisericorde, aunque consigues llenar de nobleza a tan delicado momento.
ResponderEliminarDe alguna manera, se siente el lívido aliento al abrir la puerta a la penumbra.
Buen relato, Belén. Me ha gustado
Gracias, Antonio. Me ha gustado mucho tu opinión. Gracias por compartirla.
EliminarPreciosa narración, Belén. Ojalá la parca me lleve así cuando me toque, con deferencia y sin prisas ni dramas. Me ha encantado la sensibilidad que imprimes en el micro. Felicidades. Un beso.
ResponderEliminarMatrioska, te agradezco la sensibilidad de tu comentario y tu visita. Un beso.
ResponderEliminarRelato de altísimo nivel literario. Enhorabuena, Belén. Me encantado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Enrique.